¿Podemos sostener el desperdicio de alimentos y de plásticos?

Alarmante. Preocupante y sin la visibilidad necesaria. Así es como vemos nosotros el problema del desperdicio de alimentos y de los residuos plástico.
El desperdicios de alimentos y de los plásticos de envases, un problema de sostenibilidad
Pero, ¿cómo hemos llegado hasta este punto?, ¿por qué estos 2 problemas representan unos de los mayores retos económicos, ambientales y sociales a los que nos enfrentamos?
Pongamos a los hechos cifras, seguro que así tendremos una percepción más acertada:

El despilfarro de alimentos es un grave fracaso de nuestra economía

En 2015, el valor estimado de mercado global de la pérdida y desperdicio de alimentos fue de 143.000 millones, lo que equivale al presupuesto operativo de la UE.

El desecho de alimentos europeo se sitúa entre los mayores del mundo, alcanzando 173 Kg por persona en 2014

El plástico no ayuda a evitar el despilfarro de alimentos

Los envases de plástico se describen a menudo como un medio para evitar el desecho de alimentos, pero no han aportado una solución integral y ecointeligente.
Han crecido simultáneamente el uso de envases de plástico de alimentos y el desperdicio alimentario en Europa.

La demanda europea total de plástico es de 49 millones de toneladas al año, de las cuales el 40% se utiliza en el envasado

El plástico es un problema medioambiental

Los envases de plástico siguen siendo un serio problema para la gestión de residuos y el medio ambiente.
En Europa se tira de media 30 Kg de envases plásticos por persona y año.
El vertido y la incineración son los métodos que se emplean mayoritariamente para gestionar estos residuos (31 y 39% respectivamente), y el abandono en el entorno sigue presentando tasas inaceptables.

Menos del 30% de los residuos de plástico se recogen para su reciclado, y la mayoría de este porcentaje se realiza mediante exportaciones fuera de Europa o en aplicaciones de bajo valor

El plástico de un solo uso no encaja en la economía circular

Podemos decir que los envases de alimentos no encajan bien con los objetivos de la economía circular.
La mayoría de los envases de plástico se utiliza solamente una vez, perdiendo el 95% de su valor para la economía después de un único uso, lo que supone una pérdida global estimada en 100.000 millones de euros.

El PNUMA calcula que la repercusión anual global de los plásticos de la industria alimentaria sobre el capital natural es de 15.000 millones de euros

El plástico puede suponer un riesgo para nuestra salud

Existe cada vez más evidencia de que muchos de los materiales en contacto con alimentos de un solo uso, entre ellos los plásticos, puedan presentar riesgos para la salud de los consumidores a causa de la migración de químicos.
La migración de moléculas químicas peligrosas, como los disruptores endocrinos, ha quedado demostrada en los envases de plástico, pero también en otros materiales como el cartón reciclado.

Existe una necesidad creciente de conocer en profundidad los impactos sobre la salud de la transferencia de químicos, y desarrollar una legislación en consecuencia

Después de lo visto hasta este punto, es necesario tener en cuenta los retos que presenta la combinación de los residuos alimentarios y de sus embalajes para buscar soluciones en conjunto.
Para ello, hay que comenzar con el análisis del papel del envasado plástico en el sistema alimentario:

Las causas del desecho de alimentos son complejas

Los envases pueden ayudar a proteger los alimentos y prolongar su conservación, pero algunas prácticas de envasado pueden provocar directa o indirectamente un incremento en la producción de residuos tanto de plástico como de alimentos.
La compra ecológica y responsable evita el desperdicio de alimentos
Las causas de la producción de residuos son diversas, pudiendo destacar una disponibilidad excesiva y una infravaloración de los alimentos, lo que requiere cambios sistémicos en nuestro sistema alimentario. Los envases tienen un potencial limitado en este sentido.

Productores

En el sistema alimentario industrializado y globalizado, caracterizado por cadenas de distribución largas y muchos intermediarios, los requerimientos estéticos y de calibre del envasado pueden obligar a los productores a desechar alimentos comestibles.
Repensar la cadena alimentaria puede ayudar a reconocer el valor de la producción agrícola y a la vez a reducir los residuos de alimentos y envases.
Los circuitos cortos de distribución pueden acercar a consumidores y agricultores locales, facilitando la prevención de residuos, además de permitir altos niveles de envases reutilizables y reciclables.

Procesadores y envasadores

Las estimaciones sugieren que en 2020 Europa consumirá anualmente más de 900.000 millones de artículos envasados de comida y bebida.

Los envases tienen varias finalidades, la conservación de los alimentos es sólo una de ellas

A la vista de las limitaciones de los análisis existentes sobre la contribución de los envases a la reducción del despilfarro alimentario, en particular de los estudios de la industria basados en el Análisis de Ciclo de Vida (ACV), queda claro que se necesita una investigación y un debate integral.

Sector de la distribución

Muchas de las prácticas de envasado utilizadas por la industria alimentaria y los distribuidores, como los envases de varias unidades de producto, lo son por objetivos de eficiencia económica, marketing y marca, y no por la conservación del alimento.
Esto puede llevar a la generación de desechos de alimentos a lo largo de la cadena alimentaria. Para muchos productos, es viable y sostenible el envase cero o reutilizable.
Queda patente la demanda de menos envases por parte de los consumidores en el cada vez mayor número de distribuidores y servicios preocupados por reducir el uso insostenible de los envases.

Se necesita más información y transparencia sobre como la distribución controla y gestiona los residuos

Hogares

Los productos que vienen envasados en plástico no necesariamente ayudan al ciudadano a reducir sus desperdicios alimentarios.
Los hábitos de compra y dieta, así como una correcta conservación y preparación de los alimentos, pueden resultar más efectivos para reducir el desperdicio que la utilización de plásticos.

Los envases reutilizables y las soluciones tradicionales de conservación de alimentos pueden tener la misma función que un envase de un solo uso

Servicios de restauración

Muchos de estos servicios, establecimientos de comida rápida o a domicilio, son grandes productores de residuos, tanto de alimentos como de envases.
Muchos negocios exitosos están demostrando cómo la integración de sus servicios en las cadenas locales de distribución, el uso de materiales reutilizables y el empleo de modelos alternativos a domicilio, pueden superar estos retos y crear ventajas competitivas.
Además todos los actores implicados pueden recuperar y redistribuir los alimentos desechados, sanos y nutritivos, para consumo humano.

Municipios

Son actores esenciales tanto en la contratación de servicios de restauración como en la gestión de los residuos de alimentos y envases.
Muchas ciudades están implantando iniciativas para reducir estos residuos, así como sus externalidades socioeconómicas y ambientales negativas.
Los municipios pueden aprovechar los restos de comida no comestibles en compostaje. Se están explorando oportunidades de un desarrollo regional intrínseco a las cadenas alimentarias cortas y la agricultura urbana, que, a la vez, aportan dietas sostenibles.

Vistos los problemas y los actores del sistema, ¿qué podemos hacer para mejorar?
Los desperdicios alimentarios y los residuos de envases de plástico son retos que se plantean en el Paquete de Economía Circular de la UE, y en distintas políticas nacionales y regionales. Sin embargo, son necesarios más esfuerzos para abordarlos.
A nivel europeo, se puede aprovechar la Estrategia sobre Plásticos y el Paquete sobre Alimentación, previsto para 2018, que se espera incluya una propuesta legislativa sobre la cadena alimentaria europea.
A continuación, nos quedan por ver las acciones claves para los actores implicados:

Desarrollar un enfoque holístico

Basado en evidencias sobre el papel del envasado en el sistema alimentario, identificando las causas de los residuos alimentarios y su relación con los envases plásticos.

Se debería incluir un análisis global (incluyendo ciclo de vida), con investigaciones sobre las basuras marinas y los impactos sobre la salud de las migraciones químicas.

Revisar la legislación, para analizar y cubrir las deficiencias existentes

Incluye el establecimiento de tasas para la reducción de residuos de envases de plástico, priorización del envasado reutilizable, revisión de los criterios de ecodiseño, estándares en cosmética y etiquetado.

Usar instrumentos de mercado

Emplear medios para promover cambios de hábitos, reduciendo de desperdicio alimentario y de residuos de envases y a mantener los recursos en la economía.

Hablamos de compra pública verde, esquemas de responsabilidad ampliada del productor, de devolución, depósito y retorno y una tasa progresiva al uso de plásticos vírgenes.

Aportar una mayor inversión y financiación

Recursos destinados a la prevención de residuos, reutilización de envases, venta a granel y una mayor integración de los circuitos cortos de comercialización entre zonas urbanas y rurales, con especial atención a los distribuidores y a los pequeños y medianos comercios.

En resumen, Europa, en este caso, tiene la oportunidad de abordar la producción, procesado, consumo y envasado de alimentos. Si bien los plásticos pueden jugar un papel relevante, la reforma debe tener un alcance más amplio.
Es necesario un mayor conocimiento de los límites de los envases de plástico en la reducción global del despilfarro alimentario. Las mayores innovaciones son las que evitan toda forma de residuo.
Es necesario que los responsables políticos conviertan las iniciativas exitosas en prácticas comunes en Europa.
La alta tasa per cápita de generación de residuos europea no se puede considerar como un mal menor: la realidad ambiental actual nos obliga a abordar la alimentación y los plásticos de manera proteccionista para asegurar el uso de recursos dentro de los límites planetarios.
Europa quiere un sistema alimentario que reconozca el valor de su producción agrícola y apoye a sus productores.
Y las cadenas alimentarias se deberían utilizar para empujar el desarrollo regional y permitir un sistema alimentario que reutilice y recicle, incluyendo los envases.
Hasta aquí la síntesis del clarificador informe: J.-P. Schweitzer, S. Gionfra, M. Pantzar, D. Mottershead, E. Watkins, F. Petsinaris, P. ten Brink, E. Ptak, C. Lacey and C. Janssens (2018) Unwrapped: How throwaway plastic is failing to solve Europe’s food waste problem (and what we need to do instead). Un estudio de Residuo Cero Europa y Amigos de la Tierra para la Coalición Rethink Plastic.
Como es habitual, este documento está disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.