La fusión nuclear, ¿realidad cercana?

Nos ha sorprendido recientemente la noticia de que científicos estadounidenses han logrado producir con éxito una reacción de fusión nuclear capaz de generar una ganancia neta de energía.

La fusión nuclear requiere que átomos de hidrógeno se unan liberando energía, sin apenas generar residuos y sin utilizar combustibles fósiles

Parece que las conclusiones de lo que se ha identificado como avance histórico, presentado por la Secretaría de Estado de Energía del Gobierno de EEUU, pone más cerca el anhelado sueño de disponer de una fuente de energía limpia, barata y potencialmente inagotable.

Cuando hablamos de fusión nuclear nos referimos a una reacción que en la naturaleza se produce en estrellas como el Sol, pero que es muy difícil de reproducir.

El experimento mencionado se ha llevado a cabo en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (EEUU) logrando generar 3,15 megajulios de energía en una reacción en la que los láseres empleados gastaron 2,05 megajulios.

Fue en 2021 cuando la misma instalación produjo cerca del 70% de la energía suministrada a la reacción por estos láseres que, dicho sea de paso, requieren más energía para funcionar que la que proporcionan al reactor, pero, aun así, la ganancia neta de energía que se ha conseguido dentro del sistema es un hito significativo.

En las reacciones de fusión, ya sea en un reactor o en el núcleo de una estrella, los átomos chocan entre sí hasta fusionarse y liberar energía, siendo el objetivo de la energía de fusión es obtener de la reacción más energía de la que se introduce para energizar y mantener el combustible, y hacerlo de forma controlada. Hasta ahora, eso nunca se había demostrado.

En esencia, al contrario que en el proceso de fisión que alimenta en la actualidad las centrales nucleares, donde los núcleos de los átomos se rompen, en la fusión los átomos de hidrógeno se unen liberando mucha más energía, sin apenas generar residuos radiactivos y sin utilizar combustibles fósiles, lo que en un contexto de crisis energética y de crisis climática se revela como una herramienta ideal.

Es una idea que la ciencia persigue desde la década de 1950 y que trata de replicar el proceso de fusión de átomos que está detrás de la energía que produce el Sol

Este logro se produce después de inversiones multimillonarias durante décadas por parte de gobiernos y de entidades privadas de todo el mundo, bajo la promesa de una fuente de energía sin emisiones, renovable e inagotable.

El actual modelo energético es contaminante e ineficiente

Existen varios modelos para conseguir la ansiada energía de las estrellas, siendo el utilizado por los científicos estadounidenses el basado en el confinamiento inercial, que consiste en apuntar con potentes láseres a un punto microscópico consiguen elevar la temperatura y la presión de una minúscula cápsula de oro repleta de deuterio y tritio, generando billones de vatios de potencia de fusión, si bien durante un periodo muy corto.

Según los expertos, de momento, este método del confinamiento inercial parece que tiene menos recorrido de cara a aplicarse en instalaciones con fines comerciales.

En cambio, los de tipo Tokamak, como el reactor europeo JET, los prototipos asiáticos o el futuro ITER (siglas de Reactor Experimental Termonuclear Internacional), sí tienen, a priori, muchas más opciones de convertirse en una solución viable para llevar la energía de fusión a una planta energética conectada.

Estos dispositivos son una especie de rosquilla hueca en cuyo interior se inyecta una pequeña cantidad de este combustible formado por hidrógeno, deuterio y tritio, que se calienta a altas temperaturas y se convierte en un plasma ionizado que alcanza los 150 millones de grados Celsius, produciéndose la fusión.

JET es un reactor de fusión del tipo tokamak más grande del mundo y que se encuentra Oxford (Reino Unido)

Así, podemos decir que la fusión nuclear no es una realidad cercana y tendremos que esperar algunas décadas antes de que los primeros experimentos produzcan avances relevantes para conseguir esos sistemas de producción energía a través de la fusión nuclear que se puedan replicar y comercializar con facilidad.

Lo que es cierto, y es necesario recalcar, es que esta noticia, aunque esperanzadora para la transición energética a medio y largo plazo, en ningún caso va a llegar a tiempo para ser una solución a la emergencia climática que se ha declarado.

La misma ciencia que ha producido este avance, también nos indica claramente que hay que actuar ya, durante esta década, para poder mantener el calentamiento por debajo de los 1,5 – 2º C, antes de que sea tarde para atajar el gran problema del calentamiento global, y del que ya estamos padeciendo sus consecuencias.

Corremos el peligro de que este tipo de avances incluso puedan perjudicar a la lucha contra el cambio climático, ya que pueden promover bajo un enfoque simplista la inacción confiando falsamente nuestro futuro al desarrollo de esta y otras tecnologías que nos resuelvan estos problemas de dimensiones colosales que estamos nosotros mismos ocasionando.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.