La electromovilidad como medio para combatir el cambio climático

Uno de nuestros mayores retos globales es sin duda el cambio climático, siendo actualmente el Acuerdo de París una de las principales herramientas existentes a nivel internacional para hacer frente a este problema, causado principalmente por las emisiones provocadas por el uso masivo de combustibles fósiles.

La movilidad del futuro en la ciudad pasa por olvidarnos del vehículo particular

Resulta por tanto imprescindible emprender una transición energética para cambiar nuestro modelo de consumo de energía, destacando 3 grandes palancas de cambio, relacionadas entre sí, que nos pueden ayudar a diseñar este nuevo paradigma energético:

Descarbonización

De acuerdo con los acuerdos internacionales contra el cambio climático, las fuentes de energía renovable, como la eólica y la solar, están creciendo de una manera notable y se prevé que representen casi el 70% de la producción mundial de electricidad en 2050, a la vez que disminuyen sus costes asociados.

Demanda energética

La electricidad, que actualmente supone en el consumo final de energía menos de la mitad que el petróleo, se prevé que le supere para el año 2040.

El uso de electricidad crecerá a más del doble del ritmo de la demanda total de energía, por lo que la eficiencia energética será clave para dar respuesta a la creciente necesidad de climatización, iluminación, movilidad y otros servicios energéticos.

Electrificación

La electricidad ocupará un lugar fundamental en las economías modernas.

La apuesta por la electrificación como motor industrial, en sectores como el del automóvil con la introducción de vehículos eléctricos, así como en la generación de electricidad potenciando el uso de las energías renovables, será clave.

Se espera que la electromovilidad represente cerca del 23% de toda la movilidad a nivel europeo para 2030.

Así, en este contexto, se presenta el reto y la oportunidad del desarrollo de la electromovilidad como un elemento fundamental para combatir el cambio climático, siendo un medio a nuestro alcance para lograr los objetivos de disminución de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el transporte de personas y bienes.

Estas emisiones GEI son las responsables del calentamiento global del Planeta y del cambio climático que estamos ya sufriendo

En el ámbito de la Unión Europea, los vehículos de pasajeros y los comerciales ligeros representan alrededor del 12% y el 2,5%, respectivamente, del total de emisiones de CO2 en la UE, mientras que los vehículos de carga, autobuses y autocares representan cerca del 6% de emisiones.

El reto actual supone la reducción de un 55% de las emisiones GEI para 2030 en la UE, en comparación con los niveles de 1990, así como la antes mencionada contribución a los Acuerdos de París (COP21).

Siguiendo en la UE, para alcanzar estas metas será necesaria la electrificación del transporte por carretera en los estados miembros, estando algunos países más adelantados que otros, como es el caso de Alemania, considerado líder en ventas de vehículos eléctricos enchufables (PEV, siglas en inglés de Plug-In Electric Vehicle).

Sin embargo, otro país europeo, Noruega, goza de la mayor proporción de registros de vehículos eléctricos (incluyendo eléctricos puros e híbridos enchufables) entre los países de su entorno.

Actualmente en Noruega, los vehículos eléctricos puros (BEV, siglas en inglés de Battery Electric Vehicle) representan más del 60% de los automóviles nuevos registrados en Noruega en septiembre de 2020, cuya población en esa fecha es de aproximadamente 5,4 millones de personas.

Lo cierto es que un vehículo eléctrico movido por baterías no contamina mientras circula, pero la energía consumida durante su fabricación y su uso, y la de los materiales empleados sí pueden ser fuentes contaminantes.

Teniendo presente esto, podemos aplicar principios de diseño sostenible y el consumo responsable para minimizar el impacto de estas 2 cuestiones.

En el caso de la legislación europea, en 2030, al menos un 32% de la producción eléctrica debe provenir de fuentes renovables, por lo que las emisiones indirectas de un coche eléctrico se situarán en algo más de 3 kilogramos de CO2 de media por cada 100 kilómetros, una quinta parte de las emisiones de un vehículo de gasolina actual.

Este escenario de ausencia de emisiones es especialmente beneficioso en el caso de las ciudades, por lo que la implantación con éxito de estos modelos de movilidad sostenible puede ser replicándose en otras urbes, adaptándose a las necesidades y particularidades de cada una de ellas.

El diseño sostenible puede aportar un ciclo de vida del vehículo integrado en una economía circular, combinado con un cambio de hábitos de los usuarios donde se le de preferencia a un uso colaborativo más que a la posesión del bien.

En Shenzhen hay más e-bus que en el resto del mundo

También debemos tener en consideración que el desarrollo del transporte eléctrico colectivo de una forma generalizada seguramente tendrá trascendencia e impulsará de forma determinante la movilidad individual.

Esto requerirá del apoyo de los gobiernos, en sus diferentes instancias, y de las regulaciones en lo relativo a la carga de los vehículos y el impulso de corredores eléctricos, lo cual generará confianza en los compradores que quieren pasar de vehículos de combustión altamente contaminantes a vehículos eléctricos.

Por otro lado, los fabricantes de esta nueva generación de vehículos eléctricos deben avanzar rápidamente de cara al coste de estos vehículos para el usuario final, permitiendo que este sea asequible a todo público y abriendo la puerta a esta transición.

Finalmente resaltar que la electromovilidad es únicamente uno de los grandes pasos que debemos dar para generar impactos positivos en la sostenibilidad de nuestro estilo de vida, al que nos debemos sumar todos para contribuir en la lucha contra la crisis climática que ya está haciendo patente.

¡El tiempo se nos empieza a agotar y nosotros somos piezas clave para cambiar esta tendencia de degradación climática y de biodiversidad!

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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