El modelo económico basado una sociedad que utiliza los recursos y las materias primas como si fueran infinitas con el fin de incrementar la producción y el consumo tienes los días contados.
Y no es que lo digamos nosotros, es que el impacto en el Planeta y el despilfarro hacen que el sistema sea insostenible.
Generamos al año millones de toneladas de basura que afectan directamente a nuestra salud y a la del entorno, por lo que es importante repensar el modelo económico actual, tomando como ejemplo el ciclo de la naturaleza (Biosfera) donde nada se destruye y todo se reconvierte.
Esta ttransición hacia lo circular no va a ser precisamente fácil ya que todo, desde nuestro estilo de vida, pasando por las infraestructuras hasta nuestros sistemas financieros, está configurado para respaldar al adictivo modelo lineal.
Se empezó a utilizar el término bloqueo para describir la resistencia peculiar de las tecnologías dominantes, a pesar de la aparición de mejores alternativas.
Las tecnologías modernas y complejas a menudo muestran rendimientos crecientes de adopción, en el sentido de que cuanto más se adoptan, más experiencia se gana con ellas y más se mejoran.
A medida que la tecnología mejora, la adopción aumenta aún más, y los factores políticos, tecnológicos y sociales evolucionan conjuntamente en apoyo.
Este ciclo de refuerzo puede acaparar el mercado, bloqueando la tecnología dominante y las alternativas posteriores, incluso si son superiores.
A su vez, la interacción de las condiciones de apoyo crea una inercia que dificulta el cambio de una solución hacia otra.
Una decisión tomada históricamente, con la mejor intención, puede tener un impacto duradero en la actualidad
La misma lógica se ha aplicado a nuestro sistema económico. Nuestro sistema industrial se formó en una era en la que la población mundial era mucho más pequeña y los recursos aparentemente abundantes.
El sistema de fabricar – usar – tirar no parecía problemático al principio, sin embargo, a medida que el mundo ha crecido, esta situación ha alcanzado su límite.
A pesar del creciente reconocimiento de las limitaciones de este sistema y de la conciencia internacional sobre las ventajas económicas y ambientales de una economía circular, poderosas dinámicas nos encierran en el adictivo modelo lineal.
Una serie de restricciones individuales, quizás superables por sí solas, juntas tienen un efecto de refuerzo que crea lo que denominamos bloqueo lineal.
Si tomamos como ejemplo los residuos de equipos eléctricos y electrónicos (RAEE), podemos observar que el flujo de residuos crece rápidamente en los países desarrollados, generando un mercado de materias primas secundarias con un valor superior a los 50.000 millones de euros.
A pesar de las políticas, de la tecnología y del potencial comercial existentes para adoptar un sistema más circular, estudios recientes muestran que la adopción de estas soluciones aún es lenta.
Las razones de la inercia son innumerables y están relacionadas. Por ejemplo, la infraestructura existente está configurada para el reciclaje de trituración destructiva que solo recupera una cantidad limitada de metales y plásticos de baja calidad.
La inversión inicial en nueva infraestructura de circuito cerrado para capturar la combinación completa de materiales, particularmente elementos críticos de tierras raras, sería significativa.
Los productos suelen adolecer de diseño sostenible para ser desarmados y las cantidades de material pueden ser pequeñas, lo que hace que la recolección de volúmenes de materiales económicamente viables sea un desafío, especialmente a medida que los dispositivos se encogen.
Así, la economía lineal domina a las empresas, que pueden deshacerse de los equipos de la manera actual a bajo costo y al mismo tiempo cumplir con las regulaciones ambientales.
Las regulaciones de envío de residuos, necesarias para evitar el viaje de la basura a países poco desarrollados, pueden bloquear inadvertidamente el desarrollo de servicios de reciclaje hiperespecializados para recuperar materiales, lo que puede requerir la cooperación internacional.
La legislación aún se está desarrollando y ha logrado aumentar el reciclaje en el mundo desarrollado, pero no ha fomentado la reducción del consumo de materiales ni ha incentivado la reutilización hasta el momento, lo que se conoce como jerarquía multierre.
En innumerables sectores, los actores, la infraestructura y la legislación crean un poderoso conjunto de fuerzas que apoyan el statu quo y dejan de lado a los innovadores.
De esta manera, las decisiones políticas y comerciales pueden dar lugar a inversiones a largo plazo que nos encierran en un determinado modelo durante muchos años.
Entonces, ¿podemos librarnos del bloqueo lineal? Si, éstas son las claves:
Innovación
La innovación y el diseño circular se pueden aplicar en la mayoría de los sectores de actividad, y las nuevas compañías y las empresas emergentes (startup) tienen la agilidad y la creatividad para ser pioneras en modelos de negocio circulares y disruptivos.
Las instituciones pueden promover la innovación apoyando activamente la I+D+i, financiando multitud de programas en busca de innovaciones circulares.
Las empresas pueden respaldar nuevas formas circulares de hacer negocios mediante el despliegue de su capacidad de investigación y desarrollo para descubrir nuevas soluciones.
Inversión
Una vez que se han encontrado soluciones viables, necesitan inversión para alcanzar la escala suficiente y desafiar la poderosa inercia del negocio habitual.
La industria financiera tiene un papel fundamental que desempeñar en la movilización de una economía circular, que a cambio ofrece una gran oportunidad para que el sector financiero cumpla con los compromisos climáticos y los objetivos objetivos ASG (ESG, en inglés) mientras aprovecha las fuentes de un crecimiento nuevo y mejor.
Empresas y banca son muy conscientes de esta oportunidad, por lo que las grandes compañías no solo contribuyen a la innovación, sino que también invierten en oportunidades circulares para acelerar la adopción.
Política
Unido a lo anterior, la política puede ser un habilitador poderoso y un buen diseño de medidas políticas puede romper el bloqueo lineal y empujar un sistema hacia un cambio positivo.
Los formuladores de políticas tienen una gran responsabilidad, ya que las consecuencias a menudo son imprevistas y, en algunos casos, las políticas pueden tener el efecto contrario al deseado, bloqueando enfoques lineales aún más estrictos.
Es todo un desafío establecer tales regulaciones, pues hay mucho en juego para muchos actores, y una vía posible es la de apoyar a los que pierden en esta transición circular para que encuentren nuevas formas de hacer negocios de una manera responsable y sostenible.
En definitiva, el mundo necesita tener conciencia de la importancia del cambio de nuestro modelo productivo y de consumo, totalmente caduco, por medio de la implantación de una economía circular que aproveche los recursos actuales y consiga un mejor desarrollo sostenible en todos los países independientemente de su potencia económica e industrial.
Aunque en nuestras vidas lo nuevo es una constante, cambiar algo tan grande como una economía no es fácil, pero es posible y necesario, ya que los negocios de siempre han dejado de funcionar y el adictivo modelo lineal, basado en el fabricar – usar – tirar, se está viendo finalmente desbloqueado, no sin mucho esfuerzo.
