La tecnología sostenible aúna una serie de medios habilitadores que impulsan los resultados de las organizaciones en cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza, lo que se conoce por las siglas ASG (en inglés, ESG).
Si nos centramos en lo digital, entendemos por tecnología sostenible aquel conjunto de soluciones digitales que impulsa los mencionados resultados ASG en beneficio de la organización y de las distintas entidades relacionadas con ella.
Teniendo claro que lo tecnológico debe servir para mejorar las condiciones, conocimiento y capacidad de las personas, lo cierto es que la disrupción tecnológica, la transformación digital y la tecnología sostenible se han convertido en catalizadores de la Agenda 2030.
La tecnología sostenible relacionada con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) es cada vez más importante en términos operativos, principalmente en cuestiones como la optimización de costes, el uso de la energía y la utilización de los activos, pero también impulsa resultados en cuestiones ASG, como la mejora del bienestar y la trazabilidad necesaria para asegurar unas prácticas responsables.
También, la tecnología sostenible es fuente de inspiración de nuevos modelos de negocio, productos y servicios para llegar de una forma mejor al cliente.
Así, la tecnología sostenible digital muestra su potencial en 3 áreas fundamentales de la empresa:
Operaciones internas
Tecnología (digital) sostenible significa seleccionar los equipos, el software y los proveedores adecuados y trabajar con ellos para obtener el máximo rendimiento posible con los mínimos recursos necesarios.
Algunos objetivos internos, en este sentido, pueden ser reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de alcance 2 y 3, las emisiones indirectas asociadas con la electricidad consumida por la tecnología de la información y las emisiones ajenas al control directo de la empresa (como el carbono incorporado en las TI fuera de servicio).
Relacionado con otras vertientes de la sostenibilidad, no sólo la ambiental, también se puede requerir un enfoque firme sobre aspectos esenciales como son los derechos humanos, el abastecimiento ético y la transparencia de la cadena de suministro.
Otros enfoques sostenibles para la administración responsable de los activos TIC pueden ser el uso de robots de reciclaje o la externalización de las operaciones TIC hacia operadores sostenibles, como es el caso (en cierta medida) de los proveedores de computación en la nube (cloud computing).
Procesos de la empresa
A modo de ejemplo, se trata de ofrecer transparencia en cuanto al abastecimiento y las prácticas comerciales, mejorar la eficiencia energética y en uso de recursos y materiales, reducir las emisiones y aplicar unas prácticas laborales justas.
Algunas oportunidades para promover los objetivos ASG en los procesos de la empresa mediante Tecnologías Habilitadoras Digitales (THD) son:
- Automatización de procesos (RPA, Robotic Process Automation) para reducir las actividades que requieren muchos recursos.
- Inteligencia artificial (IA) y procesamiento del lenguaje natural para realizar predicciones en el ámbito de la empresa.
- Análisis avanzado con Big Data sobre el rendimiento de la organización en tiempo real.
- Computación en la nube para desubicar los procesos y posibilitar el teletrabajo.
- Blockchain sobre la cadena de suministro puede proteger, verificar y rastrear las transacciones con los proveedores.
Relación con clientes
La tecnología sostenible digital también proporciona un prisma distinto a través del cual suministrar productos y servicios que ayuden a los clientes a cumplir sus propios objetivos de sostenibilidad.
Esto requiere un buen conocimiento de las prioridades de los clientes y buscar el equilibrio con sus deseos, en ocasiones contradictorios.
Por ejemplo, mediante THD podemos crear entornos virtuales para los clientes experimenten y alineen sus necesidades y deseos con un mínimo impacto en términos de sostenibilidad.
Al final, toda esta tecnología sostenible puede incorporar tanto THD consolidadas como las más innovadoras y disruptivas, lo que requiere que seamos capaces de ordenar y prioriza la inversión en función de los principales problemas que queramos abordar.
En resumen, la tecnología sostenible (digital) debe estar al servicio de las personas, dinamizando la Agenda 2030 y apoyándose en el sector empresarial, un tejido que sabe de la oportunidad de negocio que representa la tecnología.
Y no nos podemos olvidar que este despliegue también puede acarrear impactos negativos, que es necesario analizar y paliar para que la implantación de la tecnología sostenible no afecte (o lo haga en la menor medida posible) a las personas y al Planeta.
