Diferencias entre el vehículo eléctrico y el vehículo de combustión

La contaminación relacionada con la alta emisión de gases y su relación con el aumento del calentamiento global ha provocado que se cuestione la implantación generalizada del motor de combustión y se impulse el desarrollo de alternativas más limpias y eficientes para abordar los retos derivados del cambio a un estilo sostenible de vida.

Este nuevo escenario sostenible ha propiciado una serie de acuerdos y planes internacionales que incentivan la presencia de los distintos tipos de vehículos eléctricos, que son menos contaminantes y más ecoeficientes.

Uno de los mayores condicionantes de los vehículos eléctricos actuales son las baterías ya que son las que proporcionan la autonomía, algo decisivo, junto al precio inicial de compra, a la hora de adquirir un vehículo de estas características.

Actualmente hay una gran variedad de modos de recarga del vehículo eléctrico que garantizan unos determinados tiempos de recarga y potencia, y gracias al desarrollo de las tecnologías asociadas a las baterías, se está reduciendo el precio de compra de los vehículos eléctricos.

Cuestiones recurrentes son las relacionadas con las diferencias entre un vehículo eléctrico y uno de combustión, cuya respuesta nos puede ayudar a comprender por qué el vehículo eléctrico surge como alternativa al motor convencional de combustión:

Emisiones de CO2

La primera y gran diferencia es la emisión de gases contaminantes y de efecto invernadero (GEI).

En el caso de los vehículos eléctricos es menor, debido a una disminución de la intervención del motor térmico durante su funcionamiento, y que dependiendo del tipo de vehículo eléctrico tendrá un mayor o menor protagonismo, siendo nula en el caso de vehículos eléctricos propiamente eléctricos.

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Eficiencia

El rendimiento energético durante la conducción es el cociente entre la energía producida y la suministrada.

Una de las grandes diferencias entre estos motores es la eficiencia, 25% en los motores térmicos frente al 90% de los eléctricos, esto se debe a la ausencia de engranajes y a un menor número de pérdidas en forma de calor.

Costes de mantenimiento

Los costes de mantenimiento del vehículo eléctrico llegan incluso a verse reducidos un 50%.

Esto es debido a la simplicidad del sistema de propulsión, como la ausencia de correas de distribución, de circuitos de aceite y de refrigeración, incluso sin embrague que se pueda desgastar.

Vida útil

La simplicidad del motor y su maquinaria implica de manera sustancial un menor número de elementos expuestos a la fricción y desgaste, hará que el vehículo eléctrico sufra menos averías alargando su vida útil respecto al vehículo de combustión.

Desembolso inicial

El precio inicial de compra de los vehículos eléctricos respecto al convencional se ve incrementado por el alto precio de las baterías y al ser una tecnología aún en desarrollo.

A este coste hay sumar si es necesario la instalación de un punto de recarga en el propio domicilio.

Este punto debe ser complementado con un análisis de ciclo de vida (ACV) donde se puede observar que el coste total de un vehículo eléctrico es inferior al basado en motor de combustión, cuestión que generalmente no se suele tener presente y sólo nos fijamos en el precio de adquisición.

Autonomía

Actualmente otra de las grandes diferencias recae sobre las baterías que son las que proporcionan autonomía al vehículo eléctrico.

Las baterías que hay actualmente en el mercado no son capaces de competir y ofrecer la misma autonomía que el vehículo de combustión, por eso se trabaja por mejorar éste gran condicionante.

Este es actualmente un campo de investigación y desarrollo (I+D) existiendo vías muy interesantes como son las baterías de estado sólido.

Peso del vehículo 

Pese al alto peso de las baterías, el peso de los vehículos eléctricos en general suele ser menor.

Esto es debido a que el número de piezas que le componen se ve reducido hasta en un 60%, a pesar de que algunos, como los híbridos, necesitan el apoyo del motor de combustión.

Curva de potencia

Los motores eléctricos se caracterizan por tener una curva de potencia casi ideal en tracción, por lo que proporcionan una potencia constante y esto les permite llegar al máximo par a baja velocidad, y al par mínimo a altas revoluciones.

Por lo tanto el vehículo puede arrancar a 0 rpm al par máximo logrando una velocidad máxima en poco tiempo.


Esperamos que este resumen sobre las diferencias más importantes entre el vehículo eléctrico y el basado en motor de combustión os ayuden a tener el panorama más claro y a dar el paso a la electromovilidad.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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