De la arquitectura ecológica a la urbanización sostenible

Es un paso que hemos vivido en otros ámbitos de nuestra vida y es de esperar que también ocurra en algo tan importante para nosotros como es la arquitectura y el urbanismo. Nos referimos a la evolución de considerar únicamente lo ambiental o ecológico, a desarrollar e integrar todas las vertientes de la sostenibilidad.
Hacia una urbanización sostenible con técnicas ecointeligentes
Por arquitectura verde o ecológica entendemos aquella que en su diseño busca optimizar los recursos naturales y los sistemas constructivos de tal modo que minimicen su impacto sobre el medio ambiente.
Si bien la concepción de lo sostenible en la arquitectura se ha fundamentado principalmente en el cuidado ambiental, desde hace ya un tiempo han aparecido múltiples enfoques en los que se aborda el diseño arquitectónico desarrollando el concepto de sostenibilidad desde sus 3 vertientes: la económica, la social y, la ya comentada, medioambiental.
Estos planteamientos nos permiten configurar una diversidad de espacios habitables con mejores rendimientos, en términos de sostenibilidad, respecto a las aproximaciones convencionales. Y como habrás intuido, esto es de suma importancia para los habitantes del Planeta, los presentes y los futuros.
En informes recientes, como los del International Resource Panel del PNUMA, se pone de manifiesto lo necesario que es aplicar nuevos enfoques, tanto en edificaciones como en la urbanización de espacios, para conseguir un equilibrio sostenible en nuestro desarrollo.
Se estima que, en los próximos 30 años, alrededor de 2.400 millones de personas se trasladarán a las ciudades, elevando al 66% en 2050 el porcentaje de la población mundial que vive en zonas urbanas, frente al 54 % registrado en 2015.
Con datos como éstos, se vislumbra un nuevo escenario en el se hace patente la necesidad de nuevos modelos de urbanización que rompan el ritmo de crecimiento lineal en el consumo de recursos.
Hong Kong, líder ICIM 2018 en Tecnología
Por suerte existen estas nuevas estrategias para la arquitectura y la urbanización del siglo XXI, que van a dar como resultado urbes con bajas emisiones de carbono, que usan los recursos de manera ecoeficiente, que son socialmente justas y en las que las personas vamos a poder vivir con un estilo de vida sostenible y saludable.
La transición hacia estas ciudades sostenibles es ya una realidad, y muchos de estos planteamientos los podemos encontrar en webs especializadas en proyectos sostenibles como Urban Hubdonde la planificación urbana, el diseño respetuoso con el medio ambiente, el uso de componentes responsables con su entorno y las alianzas intersectoriales nos muestran claros ejemplos del camino a seguir.

Avanzar en el diseño de ciudades ecointeligentes puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el consumo de recursos entre un 34 y un 56 %

Técnicas nuevas y no tan nuevas para un desarrollo sostenible

En concreto, son varias las técnicas que nos podemos encontrar cuando hablamos de urbanización y arquitectura sostenible. Una es la incorporación de vegetación, tanto en fachadas como en cubiertas, que proporciona a las construcciones de claros beneficios ambientales, como pueden ser el aislamiento térmico y acústico, y económicos por los ahorros energéticos que produce, siendo compatible con propuestas sociales como los huertos urbanos compartidos.
Otra posibilidad es el uso de materiales locales, para acondicionar tanto espacios exteriores como interiores, principalmente para adecuarse a las condiciones climáticas exteriores. Sus beneficios están ligados a un menor gasto económico respecto del transporte y del mantenimiento, lo que también redunda en una menor emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Otro aspecto importante es el desarrollo del empleo a nivel local.
Energía solar fotovoltaica en la cubierta de un aparcamiento
También nos gustaría destacar la implantación de las fuentes de energías renovables, tanto a nivel residencial como en las empresas y negocios. Muchas organizaciones (algunas de ellas muy grandes como Apple) están demostrando que consumir energía 100% renovable es factible, abarcando las oficinas corporativas, su red de tiendas y los centros de producción y logísticos.
Todo esto es, sin duda, un buen comienzo: vegetación, recursos autóctonos y construcciones que aprovechan, mediante su diseño arquitectónico, las energías naturales del sol y del viento.
Y si en un sentido más amplio, sumamos a lo anterior nuevas políticas sociales y modelos de gobernanza y de negocio innovadores, aparecerá ante nosotros una oportunidad única de avanzar en un camino de arquitectura y urbanización que nos llevará a la tan buscada (y necesaria) sostenibilidad, sin olvidarnos de ninguna de sus facetas: la económica, la medioambiental y la socialmente justa.
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