El calentamiento global va a superar 1,5°C en los próximos años, abriéndonos la puerta a riesgos sistémicos que pueden desbordar la capacidad de adaptación de sociedades y ecosistemas.

El Global Tipping Points Report 2025 impulsado por la Universidad de Exeter (Reino Unido) llega con el mensaje anterior, tan contundente como necesario para activar nuestras mentes.
Además de las alarmas este informe insiste en algo igual de poderoso, y es que existen puntos de inflexión (tipping points) que son positivos y capaces de acelerar, por retroalimentación, la transición hacia un mundo descarbonizado, resiliente y más justo. Un alivio …
La próxima COP30 en Belém (Brasil) tiene la oportunidad de anclar esa visión, pasando del miedo a la esperanza con una cadena de acción que dé lugar a soluciones a escala, especialmente desde el Sur Global.
El mundo ha entrado en una nueva realidad … ya estamos en la zona de peligro donde múltiples puntos de inflexión climáticos amenazan a miles de millones de personas
En este artículo vamos a sintetizar los hallazgos clave del informe, tanto los riesgos de los puntos de inflexión negativos, como las oportunidades para avanzar en la dirección correcta.
1. La zona de peligro: por qué cada décima de grado cuenta
El diagnóstico científico es claro, acreditándose que con incrementos en el entorno de los 1,4°C de calentamiento global ya observamos mortalidad sin precedentes en los arrecifes de coral por blanqueamiento masivo, con un umbral térmico central de unos 1,2°C que se ha sobrepasado.
Los mantos de hielo de Groenlandia y la Antártida occidental se acercan (o han cruzado) puntos de inflexión que nos comprometen a metros de subida del nivel del mar a largo plazo. Y cada 0,1°C adicional incrementa la probabilidad de activar más puntos de inflexión, como un posible colapso de la circulación de retorno del Atlántico (AMOC), con impactos globales en seguridad alimentaria e hídrica.
El informe subraya que minimizar la magnitud y duración del exceso por encima de 1,5°C es crítico y requiere reducir a la mitad las emisiones humanas para 2030 (en comparación con las de 2010), alcanzar cero neto en 2050 y, después, lograr remoción neta de gases de efecto invernadero (GEI) de forma sostenible y equitativa, siendo la mitigación rápida de metano y otros contaminantes climáticos de vida corta un acelerador inmediato.
Así, es claro que urge actuar, pues si esperamos a ver cuál es el siguiente punto de inflexión que se cruza, llegaremos tarde.
2. Riesgos encadenados: del Amazonas al Atlántico Norte
Los riesgos no vienen solos, sino que interactúan entre ellos. El AMOC aparece como mediador clave en casi la mitad de las interacciones evaluadas entre sistemas de inflexión.
Ejemplo de esto es que la degradación del permafrost puede acelerar la pérdida de hielo marino ártico, lo que a su vez agrava la degradación del permafrost en un círculo vicioso.
En la Amazonia, la combinación de calentamiento y deforestación sitúa al bosque amazónico en riesgo de pérdida masiva por debajo de 2°C, con daños incalculables a la biodiversidad y a más de 100 millones de personas que dependen del bosque. La protección de territorios indígenas y áreas protegidas es decisiva para mantener existencias de carbono y resistencia al colapso.
Relacionado con los arrecifes de coral, incluso estabilizando el calentamiento global en 1,5°C, los arrecifes virtualmente sobrepasan su tolerancia, comprometiendo servicios ecosistémicos de los que dependen cientos de millones. Reducir cuestiones no climáticas que los estresan (sobrepesca y contaminación por nutrientes) puede darles margen, pero a medio plazo habrá que volver hacia 1,0 °C para conservarlos a escala significativa.
Y sobre los glaciares de montaña, hay evidencias de comportamientos no lineales donde, una vez cruzado cierto umbral morfológico y térmico, el retroceso se acelera, induciendo impactos locales (turismo, recursos hídricos, riesgos de aluviones súbitos) y culturales para comunidades indígenas.
Estos riesgos se traducen en 9 dominios críticos (seguridad alimentaria, infraestructura energética, estabilidad económica, cohesión social, entre otros), con impactos desiguales, desde islas pequeñas que afrontan inhabitabilidad, hasta Asia del Sur y Sudeste, con miles de millones dependientes de monzones. Es un tema de derechos humanos y de justicia intergeneracional.
3. Puntos de inflexión positivos: cuando la esperanza se retroalimenta
La buena noticia es que los cambios autoacelerados ya están ocurriendo. Desde 2023 hemos visto la aceleración radical de la solar fotovoltaica y de la electromovilidad, ya que los costes de baterías han caído de forma exponencial, y las mejoras tecnológicas fortalecen el efecto bola de nieve.
En mercados líderes, el vehículo eléctrico y las bombas de calor están en plena curva S de adopción. Estos avances se contagian entre sí, ya que mejores baterías facilitan más renovables, que abaratan la electricidad y hacen más atractiva la electrificación.
El informe identifica lo que denomina superpuntos de palanca (super-leverage points) donde políticas coordinadas desencadenan cascadas entre sectores, siendo éstas algunas de las claves para acelerar los puntos positivos:
- Mandatos de transición: prohibición progresiva de venta de coches de combustión interna y calderas de gas; estándares de acero/hidrógeno verde; objetivos de bombeo de calor en edificios. Estas medidas, bien diseñadas, abaratan y normalizan las alternativas limpias.
- Financiación asequible, especialmente para el Sur Global: reducir el coste de capital de tecnologías limpias y resiliencia; internalizar los beneficios sanitarios y económicos de actuar y los costes mayores de no hacerlo. El itinerario de Bakú (COP29) a Belém (COP30) ofrece una ventana transformadora en financiación climática.
- Gobernanza y justicia: la transición rápida debe ser colaborativa y local, con participación real para alinear políticas con las prioridades comunitarias, evitando efectos colaterales como activos varados y percepciones de injusticia.

4. Palancas sectoriales para 2025–2030
Son 3 las palancas que se identifican:
4.1 Energía: duplicar, integrar, simplificar
La solar fotovoltaica duplica capacidad cada 2–3 años, y la eólica mantiene crecimientos robustos. Para consolidar el punto de inflexión, hay que recortar cuellos de botella, es decir, simplificar trámites, aliviar redes eléctricas saturadas y planificar nuevo almacenamiento.
La digitalización y la gestión de demanda añaden flexibilidad. Y separar los precios de la electricidad renovable del marginal fósil puede acelerar el beneficio al consumidor.
La electrificación puede ser un multiplicador de la descarbonización, ya que calentar, mover e impulsar la industria con electricidad renovable reduce emisiones y atrae inversión en nuevas renovables, cerrando el ciclo virtuoso.
4.2 Movilidad: paridad de precios y ecosistema de recarga
El vehículo eléctrico (VE) se masifica donde confluyen paridad de coste total, buen rendimiento de batería y red de recarga.
Paquetes de coadopción (paneles + batería + VE + cargador bidireccional) disparan el valor para el usuario y el sistema. En este sentido, China lidera fabricación, Noruega roza la adopción total, y EEUU y la UE aceleran.
Mandatos claros y compras públicas empujan la curva.
4.3 Alimentación y bosques: cortar emisiones y liberar tierra para la naturaleza
El sistema alimentario concentra alrededor del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), identificando la palanca en producción y consumo sostenibles:
- Políticas claras y aplicadas (moratorias exitosas como la de la soja en Amazonia), estándares de deforestación cero y trazabilidad, alineación entre países productores e importadores y finanzas para la transición del productor.
- Dietas sostenibles y agricultura regenerativa que reduzcan presión sobre ecosistemas.
- Restauración con diseño sostenible: reintroducción de especies clave, reducción de nutrientes, plantaciones agrupadas que activen retroalimentaciones de recuperación.
5. COP30, justicia climática y ciudadanía: un único frente de cambio
La COP30 en Belém (Brasil) debe pasar del diagnóstico a la ejecución, elevando la ambición para reducir rápido las emisiones (mitigación adelantada), desplegar mandatos de transición (fin de ventas de vehículos fósiles, objetivos de bombas de calor, estándares de construcción cero emisiones) y desbloquear financiación asequible para el Sur Global.
Esa arquitectura internacional solamente será legítima y eficaz si integra justicia climática, es decir, repartir beneficios (energía más barata, aire limpio, empleo digno), proteger derechos de pueblos indígenas y comunidades locales, y evitar que la transición deje atrás a quienes menos emitieron y más sufren los impactos.
Así, la justicia puede ser un acelerador, por lo que diseñar políticas que bajen facturas, mejoren salud y movilidad, y fortalezcan servicios públicos reduce la polarización y crea aceptación social.
La cooperación internacional, junto a gobernanza local participativa, puede activar puntos de inflexión sociales que propaguen soluciones (restauración de ecosistemas, gestión de recursos comunes, ciudades más habitables).
Y, ¿qué puede hacer la ciudadanía para inclinar la balanza?
- Co-adoptar soluciones: combina fotovoltaica/renovable, eficiencia y bomba de calor, movilidad activa/eléctrica y dietas de baja huella para multiplicar beneficios.
- Influir: apoya normas de deforestación cero, trazabilidad y compras públicas verdes; participa en procesos municipales, campañas por aire limpio y seguridad vial; vota por programas con mandatos claros.
- Cuidar la naturaleza: respalda restauración y derechos indígenas, reduce desperdicio y demanda cadenas libres de deforestación.
En síntesis: COP30 fija el marco, la justicia lo hace viable, y la ciudadanía lo vuelve imparable

6. Conclusión: del borde del abismo al efecto dominó de soluciones
Estamos en un punto de inflexión histórico.
Los riesgos son reales: Amazonia, arrecifes, glaciares y la circulación del Atlántico nos recuerdan que el sistema Tierra no cambia de forma lineal.
Pero también las oportunidades lo son: renovables y electrificación ya muestran dinámicas de cambio autoacelerado; los sistemas alimentarios pueden virar si alineamos políticas, finanzas y consumo; y la justicia climática puede ser motor, no freno, si traducimos la transición en mejor vida cotidiana.
De cara a COP30 en Belém, los mensajes prácticos del informe son inequívocos: mitigación adelantada, mandatos de transición, financiación accesible para el Sur Global, protección de derechos e impulso ciudadano para dar el mandato político.
Cada décima de grado y cada año cuentan. Y la ventana para prevenir puntos de inflexión dañinos se está cerrando rápidamente, y la respuesta es activar puntos de inflexión positivos que encadenen beneficios.
¿Qué podemos hacer? Exige ambición en COP30, actúa en tu esfera y protege la naturaleza.
La elección es nuestra: encadenar colapsos o encadenar soluciones.
Nosotros lo tenemos claro, ¿te sumas?