La transformación digital impulsa la sostenibilidad

Pocos dudan a estas alturas de que la transformación digital es ya un factor determinante en el crecimiento para las economías más desarrolladas.

También se puede constatar que el binomio transformación digital – sostenibilidad se afianza, siendo hoy en día condición necesaria la digitalización para alcanzar la sostenibilidad, principalmente en su vertiente medioambiental donde está contribuyendo de manera importante a la descarbonización de nuestra economía.

Informes recientes constatan que la transformación digital muestra una relación de U-invertida con las emisiones de CO2 per cápita, demostrando con resultados que las distintas economías mundiales siguen un patrón sistemático de aumento de emisiones cuando estas se encuentran en niveles de baja digitalización que, tras alcanzar un umbral de digitalización invierten su tendencia y comienzan a descender.

Existe, por tanto, un umbral o punto de inflexión a partir del cual una mayor digitalización reduce las emisiones per cápita anuales

Se puede concluir de estos estudios que un aumento del índice de digitalización en un punto conllevaría un descenso en las emisiones de CO2 sobre el entorno de las 142.000 toneladas, equivalentes a las emisiones anuales del sector financiero.

La relación entre transformación digital y sostenibilidad se materializa en numerosos ámbitos de nuestra vida, permitiéndonos realizar actividades impensables hace unas décadas, o llevarlas a cabo sin recurrir a desplazamientos físicos o al consumo de bienes y servicios accesorios con una elevada huella ambiental en términos de consumo energético, emisiones de CO2 y con un elevado coste de oportunidad en relación con el tiempo dedicado a su realización en su modalidad convencional.

Es el caso del teletrabajo, la digitalización de los servicios financieros o la capacidad de celebrar reuniones virtuales, que actividades habituales que han demostrado ser una versión más sostenible a sus alternativas tradicionales.

Añadir un día más de teletrabajo por semana en relación con los días de teletrabajo que se disfrutaran antes de la irrupción de la pandemia COVID19 ahorraría 406 toneladas de CO2 diarias en Madrid o 612 toneladas diarias en Barcelona.

Una transacción con tarjeta de débito ahorra 0,8 gramos de emisiones CO2

En conjunto, y si todos los pagos en efectivo se realizaran con tarjeta de débito, el ahorro de emisiones superaría las 9.000 toneladas de CO2 al año.

Transitar de las conferencias y reuniones en persona a una celebración en modalidad virtual puede reducir sustancialmente la huella de carbono en un 94% y el uso de energía en un 90%, con el transporte como el aspecto más crítico en términos ambientales.

En este sentido, el desarrollo logrado en infraestructura de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) a raíz de la pandemia ha sido esencial para el despliegue definitivo de la economía digital.

Para que la economía se digitalice, es necesario generar servicios digitales (streaming, gaming, computación en la nube, eLearning, banca electrónica, eSalud …) que se desarrollen gracias a esta infraestructura que interconecta organizaciones y personas.

La digitalización está transformando sectores económicos enteros, como puede ser la Industria 4.0, y su despliegue depende de esta infraestructura TIC, que es compleja, indispensable y especializada, y que permite habilitar estos innovadores servicios digitales.

Inteligencia Artificial en la Economía circular: robot en la agricultura

Así, el rápido crecimiento de estos servicios requiere un importante despliegue de las plataformas que los soportan para que puedan ofrecer a sus clientes mayores capacidades, disponibilidad y latencia.

También hay que destacar que el desarrollo de la economía del dato, internet de las cosas (IoT) y la inteligencia artificial (IA) va a impulsar la transformación digital del resto de sectores económicos, ayudando además a reducir su demanda energética e impacto medioambiental, y a optimizar los recursos que necesitan en sus procesos de generación de valor.

Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), entre los sectores con mayor margen de mejora en términos de consumo de energía y emisiones se encuentra el transporte por carretera, cuya digitalización contribuiría a reducir casi el 50% de su demanda energética, y el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2050.

Otros sectores relevantes en estos términos son la industria manufacturera, la agricultura, y la construcción.

En resumen, las mejoras en el uso ecoeficiente de los recursos que el sector TIC propicia sobre otros sectores lo convierten en una de las actividades con mayor capacidad para la reducción de emisiones de CO2 en el conjunto de la economía, además de contribuir en el plano social, aumentando la calidad de vida de las personas, y en el plano económico, con el aumento de productividad asociado al uso de las nuevas herramientas.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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