Aliméntate de manera sostenible y protege la biodiversidad (1)

Si crees que ha llegado el momento de transformar tu alimentación para que sea sostenible, sigue leyendo que esto te interesa.

Fomenta la sostenibilidad consumiendo alimentos locales

Empecemos por el principio:

¿Qué es la alimentación sostenible?

Entendemos por alimentación sostenible un modelo alimentario que genera un impacto ambiental reducido, contribuye a la seguridad alimentaria y nutricional actual y futura, y que además, respeta la biodiversidad, la cultura y saberes tradicionales.

Puede que te surja una duda:

¿Cómo va la alimentación a proteger la biodiversidad?

De primeras puede que pensemos que el hecho de, por ejemplo, comprar pastelería industrial para desayunar no tiene nada que ver con la cantidad de especies que viven en nuestro Planeta, pero no podríamos estar más equivocados.

Muy probablemente si miramos el envoltorio de ese producto industrial veamos que uno de sus ingredientes es el aceite de palma.

Más allá de sí es sano o no, la obtención de este aceite tiene graves consecuencias para la biodiversidad en sus zonas de producción porque para poder plantar la palma aceitera se talan o queman grandes áreas de bosque tropical, hogar de muchas especies en peligro de extinción como los orangutanes o los tigres.

El la producción de aceite de palma provoca la desforestación de bosques tropicales

Esto es solo un ejemplo, existen muchos otros alimentos que en su proceso industrial de producción y elaboración afectan negativamente a la biodiversidad como son los aguacates o los langostinos, pero no es todo negativo.

En muchas partes del mundo encontramos formas sostenibles de obtener alimentos, un gran ejemplo son las dehesas españolas donde la cría de ganado (porcino, bovino…) están en equilibrio con el ecosistema y sin el que la biodiversidad de estas zonas podría estar en peligro.

La dieta mediterránea, clave para una alimentación saludable y sostenible

En España la dieta predominante es la dieta mediterránea, rica en frutas y verduras, es sinónimo de alimentación saludable y sostenible.

La manera de cocinar, aspectos culturales, el uso de alimentos frescos y locales, así como la puesta en valor de los alimentos y el entorno dónde se producen son aspectos clave para considerar a la dieta mediterránea como sostenible

Pero ¿qué es la dieta mediterránea?

En 2013 la dieta mediterránea fue declarada por parte de la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y se describió de la siguiente manera: 

La dieta mediterránea es el conjunto de habilidades, conocimientos, rituales, símbolos y tradiciones, que van desde el paisaje hasta la mesa, que en la cuenca mediterránea concierne a los cultivos, la recolección, la pesca, la ganadería, la conservación, el procesamiento, el cocinado y, en particular, el intercambio y consumo de alimentos.

Los puntos claves de esta dieta son:

  • Consumo abundante de alimentos de origen vegetal, como, por ejemplo, frutas, verduras, cereales, legumbres, frutos secos y semillas.
  • Empleo del aceite de oliva virgen extra como fuente principal de grasa.
  • Ingesta diaria de cantidades moderadas de lácteos como leche, yogures, quesos, requesón …
  • Consumo semanal de cantidades moderadas (4 ó 5 raciones) de pescado y marisco, pollo o conejo y huevos.
  • Consumo de fruta fresca como postre diario, reduciendo los dulces a unos pocos por semana.
  • Consumo de carnes rojas pocas veces por semana (por ejemplo la ternera), en raciones pequeñas, y normalmente como ingrediente complementario dentro de platos principales (lentejas, cocido, etc.).
  • Consumo moderado de alcohol, con mayor frecuencia el vino (y, en particular, el tinto), en las comidas y con carácter social.
  • Comidas como acto social y cultural. Cuando comemos en compañía damos más valor a los alimentos y dedicamos más tiempo a apreciar su sabor.
Los alimentos de temporada es una buena opción para nuestra cesta

Con estos puntos en mente y con todo lo que hemos dicho hasta ahora, podemos decir que las bases de una alimentación sostenible son:

  • Alimentos frescos, locales, de temporada, accesibles, saludables y de calidad que cubren las necesidades nutricionales y son económicamente justos.
  • Formas de producción de alimentos, como la ecológica o agroecológica, que protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas, asegurando una vida saludable para las generaciones presentes y futuras.
  • Consumo responsable que lucha contra el despilfarro de alimentos y apoya los alimentos sostenibles.
  • Cocinado a través del cual se preservan los saberes y sabores tradicionales, a la par que se busca ser eficiente y evitar el desperdicio de alimentos.

En nuestra próxima entrega repasaremos los primeros pasos para conseguir una alimentación más sostenible.

Si te ha gustado este tema y quieres profundizar, puedes acceder a la Guía FSV – La alimentación: cambia tus hábitos para mejorar tu salud y la del Planeta, preparada por la FVS – Fundación Vida Sostenible, y que está disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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