¿Qué es una zona de bajas emisiones?

El consumo desmesurado de combustibles fósiles es una de las principales causas tanto del calentamiento global que sufre nuestro Planeta, como de la mala calidad del aire que respiramos en nuestras ciudades.

Una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) es un área de acceso regulado y restringido en función de las emisiones de los vehículos

Centrándonos en España, casi un 10% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) tienen su origen en el transporte que transcurre en las aglomeraciones urbanas.

Así, podemos identificar el papel fundamental de las ciudades en la lucha contra el cambio climático y en el impulso a la descarbonización, principalmente apoyada ésta última en una movilidad sostenible de cero o muy bajas emisiones.

Una de las medidas que se han mostrado más eficaces para hacer frente simultáneamente a las emisiones de gases de efecto invernadero y a los problemas de contaminación atmosférica en las ciudades, es la implantación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).

¿Qué es una ZBE?

Una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) es un área de acceso regulado y restringido en función de las emisiones de los vehículos, y por lo general, los vehículos con mayores emisiones no pueden entrar a estas zonas.

Cuanto mayores sean las emisiones del transporte por carretera de una ciudad, mayor será el impacto de una ZBE sobre la reducción de las mismas

En España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) propone una reducción de 27 Mt CO2 equivalente en el transporte para 2030, lo que equivaldría a una reducción del 33% de las emisiones actuales en este sector.

También prevé que a partir de 2023 se generalice a todas las ciudades de más de 50.000 habitantes la delimitación de ZBE, con acceso limitado a los vehículos más contaminantes. Este objetivo se concreta en España como obligación en el artículo 14 de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.

Para asegurar que las ZBE cumplan eficazmente su papel, resulta imprescindible definirlas correctamente y estandarizarlas, estableciendo un nivel de ambición suficiente que sirva como punto de partida para que cada urbe consiga sus objetivos según sus posibilidades.

Circular por ciudad requiere una conducción eficiente

Además, esta regulación deberá incluir un mecanismo de revisión que permita aumentar o reforzar las restricciones de acceso con el paso del tiempo hasta conseguir llegar al tan deseado nivel de emisiones cero.

Cada vez más ciudades se están comprometiendo en la implantación de Zonas de Emisión Cero dentro de su territorio

Para definir correctamente una ZBE hay que tener en cuenta las siguientes cuestiones:

1. La extensión, que debe ser lo suficientemente grande como para inducir una mejora real en el cambio de la movilidad hacia modos más sostenibles, y no limitarse a trasladar los vehículos contaminantes (y sus emisiones) entre distintas zonas de una ciudad.

2. Se debe unificar criterios de tipología de vehículos que pueden acceder a estas zonas.

Como propuesta, y de acuerdo con los objetivos comprometidos por España, así como por los provenientes de la Unión Europea, sólo deberían permitir el acceso a vehículos particulares y comerciales que sean cero emisiones o de bajas emisiones (que no superen los 95 gr CO2/Km).

En paralelo, deberían establecer una vía para permitir únicamente la movilidad de cero emisiones en esas zonas a más tardar en 2030.

3. En las ZBE se debe incorporar de forma prioritaria:

  • Vehículos de cero emisiones para el transporte de mercancías de última milla, y zonas con puntos de recarga eléctrica (al menos de 150 kW) dedicadas a estos vehículos.
  • Se debe dar prioridad a los vehículos de transporte público y movilidad compartida de cero o bajas emisiones.
  • Para el transporte privado se debe habilitar aparcamiento en superficie con cargo en función de las emisiones del vehículo.
  • Puntos de recarga para vehículos sin emisiones (eléctricos)
  • Medidas que desincentiven y reduzcan el acceso con vehículos particulares, como por ejemplo parking disuasorios

4. Las ZBE se deben implantar de forma clara y precisa para que los usuarios adapten su comportamiento y cambien a vehículos o formas de movilidad más limpias, siendo necesario establecer y comunicar un calendario claro y predecible.

También deben estar meridianos los mecanismos de control de vehículos a las ZBE e imposición de las correspondientes sanciones a los que vulneren la normativa.


Otras cuestiones importantes a considerar están relacionadas con la concesión de exenciones para determinados grupos o tipos de vehículos y el control periódico de las emisiones de estos vehículos.

Tampoco nos podemos olvidar de la comunicación y la sensibilización ciudadana como pilares básicos en la puesta en funcionamiento de una ZBE.

Es recomendable establecer mecanismos de formación y sensibilización internos y realizar sesiones pedagógicas con asociaciones de vecinos y entidades.

Finalmente, nos gustaría indicar que para que las iniciativas ligadas a las ZBE sean eficaces, se requiere del liderazgo de la administración local y la máxima coordinación entre todos las organismos involucrados, sumando iniciativas y recursos para conseguir el objetivo de descarbonizar nuestras ciudades.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Esta entrada tiene un comentario

  1. Jorge Lopez

    Buena estrategia para mitigar y combatir las emisiones de gases.

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