¿Ha dejado de estar de moda la sostenibilidad?

Aunque algunos descreídos se pregunten de manera inoportuna si realmente alguna vez la sostenibilidad ha estado de moda, la verdad es que, durante un tiempo ha parecido estar en el centro de todo: titulares, cumbres internacionales, movilizaciones masivas. Greta Thunberg y sus huelgas por el clima, los ODS, o el Acuerdo de París (COP21) marcaron la conversación global.

Hace unos años estaba de moda la sostenibilidad siendo el centro de todo: titulares, cumbres internacionales, movilizaciones masivas

Sin embargo, hoy la sensación es distinta. La crisis climática sigue su curso, pero la atención pública y mediática parece haberse diluido. ¿Realmente ha perdido relevancia la sostenibilidad? Si realmente es así, salimos perdiendo todos …

En esta ocasión vamos a analizar por qué el interés por la sostenibilidad ha menguado, identificando los factores que lo explican y proponiendo claves para reactivar la conciencia colectiva.

Porque, aunque parezca haber pasado de moda, el desafío de adoptar un estilo de vida sostenible sigue siendo tan urgente e importante como siempre.

1. El declive de un tema estrella

En 2019, millones de personas salieron a las calles en las mayores protestas climáticas de la historia. Fue un año de movilización sin precedentes. Pero esa efervescencia se ha enfriado.

Según el Media and Climate Change Observatory, en 2023 la cobertura mediática global sobre el cambio climático cayó un 4% respecto a 2022, y un 14 % desde su pico en 2021, a pesar de ser el año más cálido registrado hasta ese momento.

En España, el Observatorio de Comunicación del Cambio Climático señala una tendencia similar: el cambio climático sigue presente en los medios, pero cada vez como telón de fondo, no como tema central.

A nivel activista, la pandemia interrumpió las dinámicas de movilización y, aunque el activismo siguió online, perdió fuerza y visibilidad. Las manifestaciones siguen, pero con menor convocatoria y foco mediático.

La figura de Greta Thunberg ilustra bien este proceso: omnipresente en 2019, ha criticado duramente el greenwashing institucional, e incluso se ha ausentado de cumbres como la COP27.

Su denuncia del espectáculo verde, que hacemos nuestra en ecointeligencia, refleja una percepción más amplia de desencanto, es decir, demasiados discursos, pocos cambios reales.

2. ¿Por qué hablamos menos del clima?

El descenso del interés puede explicarse por una combinación de factores interconectados:

2.1 Fatiga climática

Después de años de alertas constantes, parte del público experimenta saturación. La ecofatiga o apocalypse fatigue se refiere a la insensibilización ante un flujo continuo de noticias negativas.

El cambio climático se ha vuelto omnipresente, pero también ha perdido su capacidad de conmocionar.

2.2 Competencia de agendas

Los últimos años han estado marcados por otras crisis: pandemia, guerra en Ucrania, inflación, conflictos geopolíticos.

Estas urgencias han desviado el foco mediático. Incluso eventos climáticos importantes se han visto diluidos en un contexto informativo sobresaturado.

2.3 Estancamiento y frustración

A pesar de décadas de cumbres, las emisiones siguen aumentando y transición energética y los ODS avanzan muy lentamente, alcanzándose en este último caso sólo un 17% de sus metas están en camino de cumplirse.

Este desajuste entre discurso y acción genera desánimo. La sostenibilidad, al perder efecto sorpresa, se percibe como un reto crónico e irresoluble.

2.4 Greenwashing

El uso interesado de la sostenibilidad como eslogan ha generado cinismo. Cuando empresas contaminantes se presentan como verdes o gobiernos proclaman emergencias climáticas sin actuar, la ciudadanía percibe incoherencia.

Esta desconexión entre imagen y realidad erosiona la confianza.

2.5 Desinformación y negacionismo

Aunque en retroceso en medios tradicionales, los discursos negacionistas o escépticos aún circulan en redes y ciertos espacios políticos. Restan legitimidad a las medidas ecológicas, tildándolas de alarmistas o elitistas, y refuerzan la parálisis.

Todo esto configura un escenario en el que la sostenibilidad ha perdido tracción como narrativa dominante, a pesar de que los datos científicos alertan de lo contrario.

Greta Thunberg y Trump se verán las caras de nuevo en Davos 2020

3. La urgencia sigue, aunque hablemos menos de ella

El Planeta no se toma un respiro. 2024 fue el año más caluroso registrado (+1,5°C aproximadamente sobre la media preindustrial), con fenómenos extremos en todo el mundo: incendios en Canadá y Hawái, olas de calor en Asia, sequías, inundaciones … Y cada mes trae récords.

Según el IPCC, el margen para evitar impactos catastróficos se reduce rápidamente. Pero mientras los datos se agravan, la atención mediática disminuye. Este desfase entre realidad científica y respuesta social es preocupante.

Sin embargo, no todo es inacción. Las encuestas indican que la preocupación ciudadana por el clima persiste, incluso crece. Pero muchas personas se sienten impotentes o escépticas ante la falta de avances. El reto no es sólo técnico, sino también comunicativo y emocional: convertir la inquietud difusa en acción transformadora.

4. Claves para reactivar el interés y la acción

Para devolver la sostenibilidad al centro de la conversación pública, es necesario cambiar tanto el enfoque como las estrategias.

Estas son algunas claves:

4.1 Comunicar con honestidad y empatía

Evitar tanto el alarmismo paralizante como la banalización. Contar la verdad, pero también visibilizar soluciones reales y beneficios concretos: empleos verdes, salud pública o ahorro energético.

Las historias de cambio inspiran más que únicamente los datos.

4.2 Relacionar el clima con lo cotidiano

Cuando se conecta con problemas cercanos (salud, economía familiar o bienestar de nuestros seres queridos) la sostenibilidad deja de parecer abstracta.

Mostrar cómo nos afecta directamente es esencial para activar el compromiso.

4.3 Denunciar el greenwashing

Recuperar la credibilidad exige transparencia. Hay que distinguir entre sostenibilidad real y lavado verde.

Visibilizar las buenas prácticas, pero también señalar incongruencias institucionales y corporativas, y exigir coherencia en todos los niveles.

4.4 Renovar el activismo

El impulso ciudadano sigue siendo clave. Necesitamos un activismo diverso, inclusivo y creativo, orientado a campañas locales, acciones digitales, alianzas con otros movimientos sociales.

No se trata de repetir 2019, sino de adaptarse y evolucionar.

4. 5 Mantener el clima en la agenda

Los medios y políticos reaccionan a lo que perciben como prioritario. Cada conversación, cada noticia climática, cada exigencia cuenta.

Hacer del clima un tema transversal (en salud, economía, cultura) ayuda a sostener la presión social.

4.6 Fijar metas intermedias

Pensar a largo plazo es necesario, pero también lo es celebrar avances tangibles: más renovables, menos plásticos, ciudades más limpias.

Estos hitos permiten mantener el ánimo y la narrativa positiva. El cambio se construye paso a paso.

5. Conclusión: de la moda al compromiso

La sostenibilidad no puede ser una tendencia efímera. Es, y debe ser, una prioridad permanente. Aunque otros temas hayan copado los titulares, el desafío sostenible no ha desaparecido. Al contrario: se intensifica.

Es hora de reconectar con esa urgencia, sin caer en el catastrofismo ni en la apatía. Implica aprender de errores pasados, exigir coherencia a quienes deciden y recordar por qué importa: no hay planeta B, y el futuro que queremos depende de lo que hagamos hoy.

Si eres lector de ecointeligencia también eres testigo de nuestro compromiso, alejado de modas y tendencias. Actuar es más necesario que nunca. Mantenerse informados, críticos y comprometidos es nuestra mejor respuesta a un reto que sigue siendo, sin duda, la tarea más urgente e importante de nuestro tiempo.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.