El mundo está entrando en una década decisiva: la capacidad solar acaba de duplicarse de 1 a 2 teravatios en sólo 2 años, la caída de precios de las baterías ha sido la mayor en 7 años y las ventas de coches eléctricos rozan los 17 millones anuales.
Estos 3 vectores (solar, almacenamiento y movilidad eléctrica) configuran un efecto palanca que, por primera vez, comienza a desplazar de forma perceptible al carbón, el gas y el petróleo.
Sin embargo, muchas personas todavía no notan el cambio porque la curva de adopción de las tecnologías limpias sigue una trayectoria exponencial, mientras que los resultados tangibles se concentran al final de la curva S.
Vamos a ver por qué 2025 marca el punto de inflexión energético y qué señales anticipan una aceleración cada vez más visible.
1. La transición energética va más rápido de lo que algunos quieren
La transición energética solía describirse como un proceso lineal y lento. Hoy tenemos constancia de que su dinámica real es exponencial.
La prueba más evidente es la energía solar fotovoltaica: tardó 22 años en instalar el primer teravatio (TW) y solo 24 meses en sumar el segundo TW, logrado en noviembre de 2024.
El mismo patrón se observa en la electricidad renovable en conjunto, que superó por primera vez el 30% del mix global en 2023.
A esta aceleración se añaden 2 factores clave: baterías cada vez más baratas, 20% de descenso interanual hasta 115 $/kWh en 2024, y un mercado de vehículos eléctricos (VE) que vende 1 de cada 5 coches nuevos y que se ha apuntado 17 millones de unidades en 2024.
2. El crecimiento exponencial de la energía solar
2.1 De 1 TW a 2 TW en tiempo récord
Solar Power Europe y BloombergNEF confirman que el sector tardó 2 décadas en alcanzar el primer teravatio (2022) y apenas un par de años en instalar el segundo (2024).
Esto significa que, a partir de ahora, cada nuevo TW llegará aún más rápido porque la base instalada genera economías de escala y demanda de componentes
2.2 Cinco razones detrás de la aceleración
- Costes mínimos históricos: el precio de los módulos fotovoltaicos cayó casi un 50 % en 2023 por sobrecapacidad de producción global.
- Políticas industriales y de seguridad energética: 140 países han situado las renovables en el centro de sus estrategias, según la IEA.
- Objetivo de triplicar la capacidad: tras la COP28, los gobiernos persiguen multiplicar por 3 la capacidad global antes de 2030; la senda actual ya la multiplica por 2,7 veces.
- Manufactura en expansión: la capacidad de fabricación de paneles superará los 1.100 GW anuales en 2024, muy por encima de la demanda prevista.
- Mercados emergentes: China aporta un 60% de las nuevas instalaciones hasta 2030, pero India, Brasil, EEUU y la UE duplicarán su ritmo de crecimiento.
3. Las baterías: el eslabón que multiplica el impacto
3.1 Costes en caída libre
BloombergNEF señala una reducción del 20% en el precio medio de los paquetes de baterías entre 2023 y 2024, hasta 115 $/kWh (el mínimo histórico), gracias a la caída del litio y al auge de las químicas LFP.
IEA añade que la capacidad de fabricación mundial alcanzó los 3 TWh en 2024 y puede triplicarse en 5 años.
3.2 Almacenamiento a escala y flexibilidad de red
Las instalaciones de almacenamiento energético han batido récords consecutivos: el mundo añadirá más de 100 GWh en 2024 por primera vez, según estimaciones de BloombergNEF, mientras que solamente en Estados Unidos se instalaron 12,3 GW en 2024.
Según Wood Mackenzie, eso representa un crecimiento del 33% interanual. El escenario Net Zero de la IEA prevé casi 1 000 GW de baterías en 2030, 35 veces la capacidad de 2022.
3.3 Sinergia con la solar
Cada gigavatio de almacenamiento facilita la integración de mayor proporción de solar y eólica, reduce vertidos y desplaza rampas de gas.
En países con alta penetración renovable, como puede ser el caso de Chile, Alemania o Portugal, IEA observa que el almacenamiento es ya la opción preferente para aportar flexibilidad.
4. Vehículos eléctricos: la revolución silenciosa de la movilidad
4.1 Volúmenes récord y cuota de mercado
El Global EV Outlook 2024 proyecta 17 millones de ventas mundiales de coches eléctricos en 2024, un 25% más que en 2023 y más de 1 de cada 5 vehículos vendidos. Reuters confirma la cifra y subraya que China aporta 11 millones de unidades.
4.2 Barriles de petróleo liberados
La electrificación del transporte evitará casi 6 millones de barriles diarios de demanda de crudo en 2030 bajo las políticas actuales. Esa cifra equivale a toda la producción diaria de Canadá.
4.3 Más allá del automóvil
Las ventas de furgonetas, autobuses y camiones eléctricos siguen la misma curva S, mientras que las dos ruedas eléctricas ya dominan en Asia.
Todo ello dispara la demanda de baterías, que alcanzó 750 GWh en 2023, un 40% más que en 2022.
5. ¿Por qué no se percibe aún el cambio?
5.1 Inercia del sistema fósil
A escala global, la demanda de energía creció casi el doble de su media reciente en 2024, empujando al alza el gas natural.
La misma IEA recuerda que las emisiones de CO₂ se mantienen altas porque los fósiles siguen dominando el transporte pesado, la aviación y la industria.
5.2 La curva S y el efecto masa
Las tecnologías limpias crecen exponencialmente, pero su impacto sobre la matriz energética solamente se vuelve visible cuando la base instalada es lo bastante grande.
Por eso los críticos argumentan que las renovables no hacen mella, ignorando que estamos entrando en la fase vertical de la curva S.
5.3 Indicadores que cambiarán la percepción
- Electricidad: la participación renovable superará el 50% en 2030, el doble que hoy, y solar y eólica entregarán el 30% mundial.
- Emisiones del sector eléctrico: IEA prevé estancamiento gracias al despliegue renovable hasta 2027.
- Costes: con módulos solares y baterías en mínimos, nuevas plantas de gas y carbón serán cada vez menos competitivas.
6. El caso español: un laboratorio de transición
España cerró 2024 con un 56% de electricidad renovable y récord fotovoltaico (17% del mix).
Estos números sitúan al país entre los líderes europeos y anticipan cómo la combinación de solar a gran escala, autoconsumo, baterías domiciliarias y VE puede acelerar la salida de combustibles fósiles incluso en sistemas energéticos complejos.
7. Conclusión
Los datos dejan claro que 2025 no es un año más: es el comienzo de la fase acelerada de la transición energética.
La energía solar se expande a ritmo de cientos de gigavatios al año, las baterías abaratan y multiplican su capacidad, y los vehículos eléctricos reducen la demanda de petróleo.
Estos 3 vectores, actuando al unísono, constituyen el punto de inflexión que convertirá la reducción de combustibles fósiles en un fenómeno visible, no solamente en gráficos de analistas, sino también en la factura y el día a día de la ciudadanía.
Lejos de ser un futuro lejano, la revolución energética ya está en marcha: quienes la abracen temprano disfrutarán antes de sus beneficios económicos, climáticos y sociales.
