Cumplir con el Acuerdo de París exige reducir las emisiones de carbono

Y cuando decimos reducir queremos decir reducir mucho más, ya que ninguna de las 20 economías más desarrolladas del mundo está descarbonizando sus economías lo suficientemente rápido como para poder limitar el calentamiento global del Planeta a 1,5°C en 2050.

Reducir las emisiones de CO2, una de las medidas para combatir la crisis climática

La nueva edición del Net Zero Economy Index de PwC concluye que, en 2021, el ritmo de descarbonización de la economía global fue sólo del 0,5%, el nivel más bajo de los últimos diez años, y que nueve de las veinte mayores economías del planeta vieron cómo aumentaba su intensidad de carbono.

De hecho, si queremos cumplir con los objetivos marcados en el Acuerdo de París, y refrendados en la COP26, deberíamos reducir las emisiones de carbono en el mundo un 15,2% de media anual.

Al analizar el comportamiento de las mayores potencias económicas del mundo, China consiguió reducir la intensidad de carbono un 2,8%, mientras que Estados Unidos (0,1%), India (2,9%), Japón (0,6), Alemania (1,7%) y Francia (1,4%) han visto cómo aumentaba debido, en parte, a la recuperación de la pandemia.

En esta línea, en 2021, España aumentó un 4,39% la intensidad de sus emisiones respecto al año anterior

A pesar de ello, la intensidad de emisiones en España se encuentra al mismo nivel que la media de la UE y por debajo de la media mundial, siendo ésta en España de 132 tCO2/$m PIB y a nivel mundial de 266 tCO2/$m PIB.

A pesar de estos datos, parece que las empresas siguen impulsando la agenda climática, motivadas por los cambios en el entorno normativo y de consumo, y por el mayor reconocimiento por parte de los inversores de la importancia de una transición hacia una baja emisión de carbono.

Sin embargo, advierte que el actual contexto geopolítico, marcado por el aumento de los precios de la energía y las amenazas al suministro, está favoreciendo el uso de los combustibles fósiles a corto plazo.

Este es el resumen de las principales conclusiones de este informe:

Nivel de descarbonización mundial

En 2021 nos alejamos aún más del objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C.

Con solo un 0,5% de reducción, la tasa mundial de descarbonización en 2021 se situó el año pasado en su nivel más bajo de los 10 últimos años.

Si bien es cierto que esta circunstancia ha contribuido el repunte de la actividad económica tras la pandemia, parece claro que la recuperación económica no ha sido ecointeligente, al menos de momento.

Tasa de descarbonización anual del 15,2%

Para volver a la senda correcta se necesita una acción colectiva y conseguir que la tasa media de descarbonización sea del 15,2% al año, frente al 12,9% del análisis del año pasado.

El ritmo de reducción deberá ser 11 veces mayor que la media mundial alcanzada en las 2 últimas décadas y supera con creces lo conseguido por cualquier país hasta la fecha.

Un entorno geopolítico y económico frágil

El contexto geopolítico y económico actual supone un riesgo real para cualquier progreso en materia de descarbonización.

Se ha rozado el fracaso en el COP19

El plazo fijado por el IPCC para reducir, en 2030, las emisiones de CO2 en un 43% está cada vez más cerca y nuestro análisis muestra que los países deberán hacer esfuerzos adicionales para cumplir con esta cifra.

Si se tiene en cuenta la intensidad de carbono a nivel mundial, necesitamos que esta se reduzca un 77% hasta 2030.

Cero emisiones netas

Cada país y cada sector tendrá su propia ruta para alcanzar la meta de cero emisiones netas.

Las empresas, los gobiernos y los inversores tendrán que centrarse en aquellas medidas que les permitan avanzar con mayor rapidez de cara al 2030 y, al mismo tiempo, tendrán que poner en marcha las iniciativas, más largo plazo, que nos permitan alcanzar el resto de objetivos planteados.

Además, tendrán que adaptarse a los impactos del cambio climático que ya se están experimentando y a los que son cada vez más probables a corto plazo.

Empresas e inversores, papel protagonista

Las empresas siguen impulsando la agenda climática presionadas por los cambios regulatorios y de los hábitos de consumo, y por el mayor reconocimiento por parte de los inversores de la importancia de una transición hacia una economía baja en emisiones de carbono.

Las campañas internacionales, como los 2030 Breakthroughs y los Glasgow Breakthroughs, han animado a los líderes a fijar objetivos para acelerar la innovación y el despliegue de tecnologías limpias en los sectores de la energía, el transporte por carretera, el acero, el hidrógeno y la agricultura, así como en otros aspectos concretos de la economía real.

Además, la Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ), creada junto con la campaña Race to Zero, respaldada por la ONU, cuenta con más de 450 empresas miembros de todo el sector financiero mundial, que representan más de 130 billones de dólares en activos gestionados y asesorados.

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La colaboración, fundamental para el éxito

Las iniciativas entre los distintos sectores siguen incrementando la acción de las empresas y de los inversores: más de 3.000 empresas e instituciones financieras colaboran ya con la iniciativa Science Based Targets (SBTi) para reducir sus emisiones fijando objetivos.

Ahora más que nunca, es urgente la colaboración estratégica entre países y entre empresas e inversores a nivel mundial y nacional.


Para finalizar indicar que el objetivo principal de este estudio es calcular la intensidad del carbono a nivel nacional y mundial, y hacer un seguimiento del ritmo de reducción necesario para limitar el calentamiento del Planeta a 1,5°C según el Acuerdo de París (COP21) de 2015.

Si te ha gustado este tema y quieres profundizar, puedes acceder a informe Net Zero Economy Index 2022, elaborado por la PwC, y que está disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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