¿En qué consiste una comunidad energética?

El concepto de comunidad energética se construye alrededor del desarrollo del autoconsumo de energía a nivel local, y el interés creciente de producir energía para ser consumida a nivel individual o colectiva en el mismo lugar en el que se genera.

Una comunidad energética se construye alrededor del desarrollo del autoconsumo local de energía

Aunque la idea no es nueva, ha ganado relevancia en los últimos años tras haber sido dotada de estatus jurídico y normativo y ser incluida como una herramienta para la tan necesaria transición energética que tenemos en ciernes.

Formalmente podemos entender por comunidad energética aquella asociación, cooperativa, sociedad, organización sin ánimo de lucro u otra entidad jurídica que esté controlada por accionistas o miembros locales, generalmente orientada al valor más que a la rentabilidad, dedicada a la generación distribuida y a la realización de actividades de un gestor de red de distribución, suministrador o agregador a nivel local, incluso a escala transfronteriza.

Así, la esencia de una comunidad energética es la colaboración, cooperación, sostenibilidad y economía de escala, poniendo el foco en la ciudadanía, en la generación y consumo local de energías limpias, la protección del medio ambiente y el empoderamiento social en el marco energético.

Con respecto al objetivo social principal se puede ver que es el de ofrecer beneficios energéticos, de los que se deriven también otros relacionados con las 3 vertientes de la sostenibilidad (medioambiental, económica y social) de los que se beneficien los miembros o la localidad en la que desarrolla su actividad, todo ello más allá que generar una rentabilidad financiera.

En suma, una entidad de este tipo concentra sus fuerzas en tener un control directo de la energía que finalmente consumirán las personas que forman parte del proyecto, beneficiándose de una reducción de los precios de la energía, y en impulsar el cambio de modelo energético con su actividad.

Ejemplo de estación de recarga para el coche eléctrico en una vivienda unifamiliar

Si nos fijamos en las actividades que deberá desarrollar una comunidad energética, estás serán, entre otras, la generación de energía procedente de fuentes renovables, la distribución, el suministro, el consumo, la agregación, el almacenamiento de energía, la prestación de servicios de eficiencia energética y la prestación de servicios de recarga para vehículos eléctricos, principalmente.

Y es que, aunque parece que una comunidad energética es como una pequeña empresa de energía tradicional, ésta se distingue por su preocupación por la comunidad, en detrimento de la finalidad lucrativa de la empresa, en fomentar una participación abierta y voluntaria, en disponer de una gobernanza democrática directa, y en gozar de autonomía e independencia.

Como hemos comentado antes, las comunidades energéticas son una pieza clave en la reorganización de los sistemas de producción y distribución de energía, ya que permiten aprovechar los recursos renovables allí donde están y son una puerta abierta para la participación activa y colaborativa de los ciudadanos en el sistema energético.

Este planteamiento da lugar a una serie de ventajas de las que se beneficia una comunidad energética:

  • Evita el uso de energías de origen fósil, lo que contribuye a reducir la huella de carbono a nivel local.
  • Favorece la eficiencia en el consumo, lo que ayuda a mejorar la distribución y reducir el gasto de las viviendas y del transporte.
  • En una alternativa de inversión colectiva para el desarrollo de las energías renovables.
  • Permite implantar un nuevo modelo basado en energías limpias y enfocado en las necesidades del ciudadano.
  • Es parte de la solución a la pobreza energética, ya que favorecen la aparición de precios energéticos más bajos para las personas con menos recursos.
  • Desarrolla la economía local y fortalece los lazos entre los miembros de la comunidad.
  • Redistribuye los beneficios de las actividades ligadas a la energía, que redundan en una mejoría de comunidad.

A nivel europeo, las comunidades energéticas han sido recientemente reconocidas legalmente, y a nivel nacional, países como Alemania, Dinamarca, Francia, Polonia y Reino Unido ya las contemplan en su normativa, lista a la que se van a incorporar en breve otros estados, como puede ser España.

Fuera de Europa, las comunidades energéticas también han sido reconocidas en Estados Unidos y Canadá.

Las energías renovables presentes en viviendas y barrios

Sin embargo, en América Latina, la figura está muy poco desarrollada, a pesar de que la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA) ha reconocido el potencial renovable de la región y, en particular, el de las comunidades energéticas para producir electricidad sostenible en las zonas más aisladas y desfavorecidas.

En resumen, la comunidad energética se erige como una nueva forma de enfocar la generación y la distribución de la electricidad, así como multitud de servicios energéticos, siendo clave su desarrollo a nivel local y el colocar en el centro el beneficio de la comunidad y su sostenibilidad.

Y tú, ¿estarías dispuesto a unirte a una comunidad energética?

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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