La carrera del coche eléctrico acaba de comenzar (2)

Más kilómetros por carga, puntos de recarga abundantes, baterías eficientes y asequibles y la incorporación de tecnologías de vanguardia son cuestiones que, sin duda, ayudarán a que el coche eléctrico definitivamente se incorpore a nuestras vidas.

La carrera del coche eléctrico empieza con una oferta variada

Pero hay otros factores menos relacionado con lo físico y más con ideas preconcebidas y con mapas mentales de los que es difícil zafarse.

Actualmente cuando compramos un vehículo no nos preguntamos dónde vamos a llenar su depósito. No es relevante ya que prácticamente en cualquier parte hay una estación de servicio y en pocos minutos podemos repostar para recorrer centenares de kilómetros.

Sin embargo con un coche eléctrico esta circunstancia requiere una manera diferente de pensar a la hora de alimentar el vehículo. Cargar la batería no es algo que tengamos en nuestra lista de tareas habituales cuando nos desplazamos, ya que requiere de cierta logística.

Aunque los fabricantes de vehículos eléctricos están decididos a acortar el tiempo requerido para cargar una batería, por lo general no será una parada rápida.

En este sentido, los cargadores se intentar colocar donde el vehículo pueda estacionarse durante un período prolongado de tiempo, como puede ser nuestro garaje, en la oficina, en centros comerciales o en hoteles.

Pero las personas no se decidirán a comprar un coche eléctrico a menos que sientan que pueden hacer ocasionalmente un largo viaje a través del país sin preocuparse. Ahí es donde entran los cargadores de carretera en las paradas de descanso. Actualmente hay varias compañías y grupos industriales que trabajan en la construcción de estas redes de cargadores rápidos.

Este tipo de infraestructuras combinadas con aplicaciones software que gestionen y optimicen las recargas de nuestro viaje van a ser claves, ofreciendo unas oportunidades de negocio a las que algunos ya se han lanzado a aprovechar.

Para que el coche eléctrico sea una realidad es necesario que este tipo de electrolineras de desplieguen un poco por delante de la demanda de consumidor para que se venzan estas barreras mentales que hacen que nos cuestionemos la incorporación de la electromovilidad como una opción viable para todos nuestros desplazamientos.

General Motors y la empresa constructora Bechtel anunciaron recientemente que se están asociando para construir una red de cargadores rápidos. Los datos de los conductores de coches eléctricos y de gasolina de esta marca se recopilan a través del sistema OnStar de GM y ayudarán a determinar dónde se emplazarán estos cargadores.

Electrify America, una compañía de redes de carga financiada por Volkswagen como parte de su solución al Dieselgate, también está construyendo rápidamente una red de carga y tiene acuerdos para permitir que su red funcione con otras marcas.

Supercargador de Tesla en Murcia (España)

También es conocida la red de supercargadores de Tesla, desplegada por casi todo el mundo y que la compañía utiliza como argumento de venta para sus automóviles.

Junto al despliegue tenemos que los cargadores son cada vez más rápidos. La multinacional suiza ABB afirma que sus cargadores podrán llenar la batería de un automóvil al 80% en menos de 10 minutos.

Sin embargo, la carga rápida se enfrenta a que los vehículos eléctricos estén preparados para esta circunstancia, lo que provoca que esta posibilidad sea también una ventaja diferencial a la hora de comparar distintos modelos de coche eléctrico.

Así, los automóviles más modernos podrán por sí mismos variar el tipo de carga para adaptarlo a las necesidades del desplazamiento

Otra cuestión que nos ayudará a que mentalmente seamos más receptivos a la idea de adquirir un vehículo eléctrico es que tengamos muchas más opciones para elegir.

En el sector de la automoción, siempre ha existido una interacción complicada entre lo que los clientes quieren y lo que está disponible.

Por ejemplo, los SUV (Sport Utility Vehicle o Vehículo Utilitario Deportivo) son una opción muy popular actualmente, lo que nos lleva que veamos un montón de modelos distintos en nuestras carreteras.

Sin embargo hace unos años esto no era la tónica general, siendo los fabricantes los que detectaron este tipo de demanda que fue desarrollada con la elección de los clientes de estos modelos en detrimento de otras opciones que había en el mercado.

En este momento, aquellos que se inclinan por comprar un automóvil eléctrico tienen muy pocas opciones. Suele ser habitual es los estadios de adopción de nuevas propuestas.

Pero, también es cierto que, a medida que más actores entren a competir en este mercado, las ventas de vehículos eléctricos se estimularán de manera natural, ya que es más probable que los clientes encuentren una vehículo eléctrico que se ajuste a sus necesidades y preferencias.

De igual manera, la competencia abaratará las distintas opciones que tendremos a nuestra disposición. Sucedió con la telefonía móvil, también relacionada en su día con el avance en las baterías.

A medida que los costes de sus sistemas cruciales se abaraten, como es el caso de la batería, el precio de los vehículos en su conjunto comenzará a disminuir.

Cuando se introdujo el Nissan Leaf con un precio 35.000 dólares en 2010, éste tenía únicamente una autonomía certificada EPA de solo unos 120 km con una carga. En 2019, la nueva versión del Leaf tenía una autonomía para 250 km y un precio inicial de unos 6.000 dólares menos.

Nissan LEAF, un veterano eléctrico actualizado

También es cierto que los coches eléctricos perdían mucho valor para su reventa en comparación con sus equivalentes con motor de combustión.

Precisamente el aumento de autonomía de los distintos modelos está provocando que se minimice la pérdida de valor y se conviertan en una opción interesante en el mercado de segunda mano.

Otra baza a favor de los vehículos eléctricos son sus bajos costes de mantenimiento en comparación con los modelos de gasolina o diésel. Sin embargo, el reto es que los clientes aprecien esta ventaja.

Un primer paso sería que los compradores y gestores de flotas corporativas entienden fácilmente estos ahorros relativos al mantenimiento de sus inversiones en automóviles, furgonetas y camiones, ya que los clientes privados se fijan más en el precio de compra y se olvidan del resto de costes que ocurren durante el ciclo de vida del bien.

Los analistas indican que en poco tiempo el coche eléctrico será una buena opción para los consumidores, incluso sin ningún tipo de incentivos de compra adicional.

En este sentido y si nos fijamos en Tesla encontramos un ejemplo en este sentido. Las subvenciones para la compra de estos vehículos en EEUU están reduciéndose y, sin embargo, sus ventas están alcanzando máximos.

Incidiendo en las estimaciones y en ausencia de incentivos, las ventas de eléctricos se igualarán a las de vehículos convencionales en unos 10 años.

Y dentro de 10 años, los coches eléctricos pasarán de ser una novedad a una realidad consolidada.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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