¿Qué son los Certificados de Ahorro Energético (CAE)? (2)

Según hemos visto, los Certificados de Ahorro Energético (CAE) tienen como objetivo acreditar una reducción real en el consumo de energía final gracias a medidas de eficiencia energética, permitiendo, además, monetizar esos ahorros energéticos.

Los Certificados de Ahorro Energético (CAE) tienen como objetivo acreditar una reducción real en el consumo de energía final

De esta manera, inversiones que realizan los usuarios en eficiencia energética, como cambiar electrodomésticos antiguos por eficientes, mejorar el aislamiento de un edificio o modernizar maquinaria industrial, se ven recompensadas de manera doble, por una parte, con el ahorro en la factura energética, por otra parte, con un ingreso extra por la venta de los CAE generados.

Pero, ¿qué tipo de actuaciones podemos llevar a cabo?

1. Tipos de actuaciones que generan CAE y ejemplos prácticos

El sistema reconoce 2 tipos de actuaciones susceptibles de generar certificados:

1.1 Actuaciones estandarizadas

Son medidas de eficiencia comunes y fácilmente replicables, recogidas en un Catálogo oficial con fichas técnicas predefinidas.

Dichas fichas establecen cómo calcular el ahorro de energía de cada intervención típica. Existen más de 50 fichas aprobadas, que abarcan 4 grandes sectores: residencial, industrial, terciario (servicios) y transporte.

Por ejemplo, incluyen mejoras tan habituales como:

  • Sustitución de electrodomésticos antiguos por modelos de alta eficiencia (frigoríficos, lavadoras, hornos …).
  • Rehabilitación térmica de edificios: aislamiento de fachadas, cambio de ventanas o mejora de cubiertas en viviendas y edificios públicos.
  • Renovación de sistemas de calefacción y climatización: por ejemplo, cambiar una caldera de gas por una bomba de calor (aerotermia) en una vivienda unifamiliar, o mejorar salas de calderas comunitarias.
  • Iluminación eficiente: sustitución de luminarias tradicionales por tecnología LED en industrias, comercios u oficinas.
  • Optimización de procesos industriales, como reemplazar un compresor por uno más eficiente o aislar térmicamente tuberías y equipos para evitar pérdidas de calor.

Estas medidas estandarizadas tienen metodologías simplificadas para cuantificar ahorros, facilitando a muchas empresas y ciudadanos la participación en el sistema sin necesidad de estudios complejos.

La eficiencia energética tiene oportunidades de negocio en el ámbito de la industria

1.2 Actuaciones singulares

Son proyectos de eficiencia más específicos o innovadores, no contemplados en las fichas estándar, requiriendo un estudio individualizado para estimar y luego verificar el ahorro logrado.

Suelen darse en entornos industriales o casos especiales (por ejemplo, optimización de un proceso productivo concreto, recuperación de calor en una fábrica …).

Si bien implican mayor complejidad técnica y un seguimiento riguroso (a veces con un año previo de datos de línea base para asegurar la fiabilidad de la estimación), también suelen generar ahorros muy cuantiosos.

De hecho, en 2024 solamente un 6,5% de las actuaciones certificadas fueron singulares, pero representaron cerca de 68% del ahorro total obtenido, evidenciando que este mecanismo puede catalizar grandes proyectos de eficiencia de alta intensidad energética.

Ejemplos en el sector industrial son los proyectos singulares relacionados con la optimización de hornos industriales o la recuperación de calor en procesos de alta temperatura, que llegan a ahorrar decenas de GWh cada año.

Estos ahorros masivos se transforman en miles de CAE que aportan retornos económicos significativos, incentivando a las empresas a emprender inversiones de gran envergadura en eficiencia energética.

Al mismo tiempo, miles de pequeñas actuaciones estándar (desde la instalación de paneles solares térmicos en hoteles hasta el cambio de iluminación en supermercados) se están llevando a cabo por todo el país, sabiendo que cada kWh ahorrado cuenta y tiene valor en el mercado de certificados.

2. Beneficios que aporta el sistema CAE

El enfoque del sistema CAE conlleva múltiples beneficios para todos los involucrados:

2.1 Para quienes realizan las mejoras

Para ciudadanos, empresas y administraciones, el CAE supone un ingreso adicional por ahorrar energía, algo inexistente antes. Se recupera parte de la inversión realizada, mejorando la rentabilidad de proyectos de eficiencia que de por sí reducen la factura eléctrica.

En comunidades de vecinos y pymes, esa monetización del ahorro puede cubrir típicamente entre un 10% y un 30% de la inversión según el precio negociado de los certificados. Además, el usuario final sigue disfrutando de la mejora (menos consumo, más confort o productividad), y puede acumular apoyos de distintas fuentes (subvenciones + CAE) sin incompatibilidades en la mayoría de los casos.

En resumen, se democratiza el acceso a la eficiencia energética, ya que no solamente las grandes industrias, también pequeñas empresas, ayuntamientos o comunidades de propietarios pueden beneficiarse del sistema CAE si ejecutan proyectos de ahorro.

2.2 Para las empresas energéticas obligadas

Disponen de una vía flexible y eficiente para cumplir con sus cuotas de ahorro. En lugar de realizar un pago fijo al FNEE, pueden optar por comprar CAE en el mercado a un coste menor. De hecho, en el primer año las transacciones se han cerrado muy por debajo del valor de referencia. Esto supone un ahorro económico para las compañías obligadas frente a la alternativa de pagar el impuesto completo. A su vez, las anima a invertir o colaborar en proyectos reales de eficiencia que tienen un impacto tangible en sus clientes y en la sociedad, mejorando su imagen corporativa y contribuyendo a sus propias estrategias de responsabilidad climática.

2.3 Para el conjunto de la sociedad

El sistema CAE es un motor para acelerar la transición energética. Moviliza capital privado hacia la eficiencia, generando empleo verde (instaladores, ingenierías, fabricantes de equipos eficientes) y estimulando la innovación tecnológica.

En apenas su primer año de funcionamiento completo (2024), se certificaron más de 1.200 actuaciones de mejora en toda España, desde hogares hasta grandes fábricas, creando un nuevo ecosistema económico alrededor del ahorro energético.

Estas actuaciones supusieron un importante ahorro anual, evitaron la emisión de medio millón de toneladas de CO₂, y, además, redujeron la dependencia energética exterior y mejoraron la competitividad. Cada euro que un consumidor o empresa ahorra o gana mediante eficiencia energética es dinero que puede destinar a otras necesidades, dinamizando la economía local.

    En definitiva, todas las partes salen ganando con el CAE, suponiendo la implementación de este sistema un paso decisivo, incentivador y tractor en el camino hacia la descarbonización, activando multitud de iniciativas orientadas a la eficiencia energética.

    En nuestra próxima entrega trataremos el impacto del sistema CAE en la transición energética y la lucha contra el cambio climático.

    Ricardo Estévez

    Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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