La movilidad inteligente y su desarrollo en la Smart City (1)

Las bases en las que se sustenta la movilidad actual nos han permitido avanzar pero muestran síntomas de ausencia de sostenibilidad, por lo que los nuevos proyectos de movilidad inteligente que están siendo desarrollados reflejan ese cambio necesario de paradigma hacia la ecoeficiencia, las fuentes de energía renovables, los recursos públicos, la tecnología y el transporte no motorizado.

La movilidad inteligente en la smart city requiere un cambio de  paradigma centrado en la ecoeficiencia, las fuentes de energía renovables, recursos públicos y transporte no motorizado

De esta manera, los retos de la movilidad en la ciudad deben afrontarse mediante programas a nivel metropolitano que sean capaces de proponer alternativas a la movilidad urbana con una visión global, sostenible y responsable.

Los proyectos de movilidad comprendidos en las estrategias de smart city o ciudad inteligente están organizados en diversos tipos de movilidad que va desde la peatonal a la motorizada, otorgando también especial importancia a la multimodalidad o las posibilidades de intercambio entre ellas.

A esto se le añade una segunda clasificación puede realizarse respecto a la propiedad de los medios de transporte: transporte público y transporte privado.

Por último, la movilidad en la ciudad no se refiere únicamente a pasajeros, sino que el transporte de mercancías juega un papel fundamental en el que la introducción de las nuevas tecnologías supone una mejora sustancial atendiendo a la ecoeficiencia y a la sostenibilidad de las operaciones.

Los avances en la infraestructura del transporte y en su gestión constituyen elementos clave en los proyectos de smart city que incluye la dimensión de la movilidad. Los retos a los que se pretende hacer frente a través de estos proyectos están muy cercanos a la dimensión medioambiental, y guardan una estrecha relación con los temas de contaminación y ahorro energético.

La sostenibilidad se convierte así en el hilo conductor de las estrategias inteligentes de movilidad en la ciudad, articulando las iniciativas y favoreciendo un enfoque multidimensional que tenga en cuenta factores económicos, sociales y ambientales.

Gestión del tráfico

La gestión del tráfico desde un punto de vista ecointeligente se refiere a la adecuada organización de los flujos de tráfico para conseguir carreteras y vías más seguras y menos congestionadas reduciendo las externalidades negativas, como pueden ser el gasto energético y la contaminación generada.

La importancia de una gestión inteligente del tráfico reside en su capacidad para mejorar la movilidad sostenible, la contaminación y la congestión producidas por el tráfico

La evolución de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC) ha ampliado el abanico de posibilidades que la gestión inteligente del tráfico ofrece a través de plataformas para optimizar los flujos de tráfico en las cuales diferentes entidades pueden colaborar, sistemas de aparcamiento sensorizados, gestión variable, monitorización y control del tráfico, así como la velocidad dependiendo del óptimo por flujos, semáforos de control en los accesos a autovías dependiendo de la saturación de la carretera (ramp metering) o la posibilidad de abrir los arcenes al tráfico en tiempo real para aumentar el espacio de rodado.

Todas estas posibilidades de nueva creación para la gestión del tráfico se pueden sintetizar en:

  1. Gestión de los flujos de tráfico
  2. Gestión de las incidencias
  3. Mejora de la seguridad
  4. Información al viajero en tiempo real

La comunicación entre la información recogida para estos 4 subgrupos es considerada de vital importancia para una adecuada gestión.

EL centro de Pamplona limita el tráfico contaminante

Existen estudios que indican que un promedio del 30% del tráfico de las ciudades está generado por viajeros en busca de aparcamiento, de manera que la integración de sistemas de aparcamiento inteligente está cobrando cada vez mayor importancia en los planes de movilidad actuales.

Sin embargo, estas iniciativas llevan aparejado el riesgo de fomentar el vehículo privado en la ciudad al facilitar la búsqueda de aparcamiento, con las externalidades que este aumento trae consigo.

Por esta razón se considera muy importante introducir estas iniciativas junto a un servicio regulado de aparcamiento o de peaje adaptado a las condiciones y necesidades de la ciudad.

Se ha demostrado que la velocidad óptima de circulación en una carretera depende del volumen de saturación de la misma reduciendo el número de frenadas.

Así, se han comenzado a implementar sistemas dinámicos de limitación de la velocidad máxima, reduciéndola hasta la óptima cuando el tráfico es más denso, siendo un ejemplo la M25 en Londres (Reino Unido), que permite gestionar en tiempo real la velocidad de circulación dependiendo del volumen de flujo de vehículos.

Transporte público

El transporte público urbano ha sido una de las áreas que tradicionalmente mayor uso ha hecho de las nuevas tecnologías, aunque centradas principalmente en el lado de la gestión.

Sin embargo, la penetración del enfoque smart city continúa modificando intensamente el panorama del transporte público desde su misma concepción, ampliando los esquemas de servicio que abarca su definición: transporte multimodal público o privado, que proporciona al público un servicio de forma regular y continua.

Desde el punto de vista de la demanda, y del mismo modo que en otras áreas de la smart city, las soluciones de transporte público que evolucionan adaptándose a las necesidades y expectativas de los clientes, y no al revés son las que prosperan.

Con la aparición de soluciones como planificadores de viaje, apps de información del servicio en tiempo real, esquemas de uso compartido, o la exigencia de servicios bajo demanda, el cliente tipo de los servicios de transporte evoluciona, con un perfil cada vez más flexible, multimodal y responsable.

Desde el punto de vista de la gestión, el desarrollo de las nuevas tecnológicas, además de estar impactando la demanda del servicio y generando demanda de otros servicios complementarios, está liderando un cambio en los procesos permitiendo su optimización, aumentando la seguridad, diversidad y calidad de servicio, al mismo tiempo que las emisiones, los tiempos de viaje y la energía consumida se ven reducidas.

El tranvía de Vitoria entre espacios verdes y sostenibles

Destaca la introducción de soluciones como tarjetas y tarifas de transporte integrado, posicionamiento de flotas, flotas de bicicleta compartida, vehículos públicos eléctricos y soluciones basadas en Open Data.

Los principales retos en que el transporte público participa en la smart city son los de lograr una movilidad sostenible, integrada e inclusiva, reducir el consumo energético y la emisión de contaminantes, así como de la congestión y la ocupación de espacio público.

Resulta esencial para todo ello una política de transporte público que abrace la multimodalidad como pieza clave del sistema fomentando el uso de modos alternativos al vehículo privado, ya sea a modo sustitutivo o complementario.

Las iniciativas más arriba enumeradas pueden ser englobadas en:

  • Información a viajeros en tiempo real
  • Información de gestión en tiempo real
  • Mejoras de seguridad física y protección
  • Modos de pago integrado

Alrededor de estos grupos ha surgido interesantes iniciativas de colaboración entre ciudades europeas y de otras partes del globo que han dado lugar a proyectos piloto de movilidad inteligente que son un foco para el intercambio de buenas prácticas.


En nuestra próxima entrega nos ocuparemos de la logística, la movilidad no motorizada y el uso de la energía en la smart city.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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