La Smart City requiere la transformación digital de la ciudad

En este siglo, las ciudades se están conformando como un lugar de concentración de capital creativo e innovador, que busca asegurar el bienestar de sus ciudadanos y el mejor uso de lo público en beneficio de sus habitantes, ya sean residentes o visitantes.
La smart city requiere de la transformación digital
Sin embargo, este objetivo general encuentra en su camino numerosos desafíos debidos a cuestiones como el aumento de la población urbana, el crecimiento de la desigualdad, el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y una tendencia a la disminución de los recursos públicos.
A todo esto, podemos añadir la dificultad de encontrar un modelo sostenible de crecimiento para la enorme variedad de ciudades que ocupan el globo.
Pensamos que la ciudad del futuro, la smart city, pasa por ser inteligente, digital y sostenible, cualquiera de ellas se encuentra inmersa en un proceso de transformación, no muy distinto al que afecta a otros ámbitos de nuestra vida, como individuo o sociedad.
Si nos fijamos en lo digital, las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) son unas grandes facilitadoras para mejorar la organización y la vida en las ciudades.
La transformación digital de las ciudades permite fundamentalmente la adaptación e integración de infraestructuras y procesos tradicionales existentes y en funcionamiento en las urbes ciudades a unos inteligentes y conectados, soportados por las nuevas capacidades de detección, comunicación, almacenamiento, análisis y visualización de ingentes cantidades de datos que permiten las TIC.
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En lo relativo a la innovación y la incorporación de nuevas tecnologías, el transcurso de los años nos permite ver el camino digital recorrido por las ciudades y como éste se asemeja a una carrera de fondo de la que hemos recorrido un pequeño trecho hasta el momento.
Sin embargo, buena parte de las dificultades a las que se enfrenta el modelo de smart city no se deben a cuestiones de carácter tecnológico, sino a cuestiones de índole económica y social acrecentadas por la siempre presente resistencia al cambio.
Se suele decir que no hay una definición oficial de smart city pero si se está de acuerdo de que el concepto surgió originalmente vinculado al uso de las TIC como herramientas de gestión eficiente.
Este concepto ha ido creciendo y no solo abarca la dimensión digital sino otros atributos necesarios relativos al cuidado medioambiental, la eficiencia, la participación, la innovación, la gobernanza y la inclusión social, que han dado lugar a áreas clave dentro de lo que se entiende como ciudad inteligente.
Pero conviene dejar claro que los agentes transformadores en la smart city son las personas, en la medida en que participan en las Administraciones públicas locales, en el sector privado (empresas, emprendedores) y del tercer sector (asociaciones, fundaciones y cooperativas).

Más aún las personas gozamos de esta en su doble condición de protagonista de la transformación y de destinatario esencial de todas las actuaciones desarrolladas en la ciudad

Por su parte, las TIC conforman el conjunto de herramientas que hacen posible la existencia de las Smart Cities de acuerdo con las directrices establecidas por los administradores de la ciudad y con la colaboración imprescindible del sector privado y los ciudadanos.
Así, son las TIC un elemento fundamental para la planificación y gestión económica de las ciudades que se ayuda, por ejemplo, del valor de los datos generados por los ciudadanos a través de sus dispositivos electrónicos, así como de las múltiples redes de sensores desplegados en la ciudad en espacios comunes, como calles, equipamientos, infraestructuras, mobiliario urbano, hogares o centros de trabajo o de ocio.
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Los retos que enfrentan los agentes líderes del desarrollo o transformación de las ciudades en ciudades del siglo XXI son fundamentalmente tecnológicos, humanos e institucionales.
A nuestro entender, los retos de naturaleza tecnológica son los menos complejos de entre los enunciados. No obstante, para su superación y efectivo aprovechamiento, el reto tecnológico debe ir acompañado de la superación de los retos humanos e institucionales, fundamentalmente garantizando que la ciudad cuenta con ciudadanos y organismos preparados.
A modo de conclusión, la incorporación de las TIC contribuyen a maximizar la eficiencia en la provisión de los servicios de carácter urbano, a facilitar y fortalecer los procesos de toma de decisiones sustentados en el análisis de datos.
El ciudadano de la Smart City es el protagonista y el centro alrededor del cual deben generarse soluciones digitales inteligentes e interoperables a los problemas de la ciudad.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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