El uso generalizado de las energías renovables no sólo se justifica por el ahorro energético y la rentabilidad económica, sino que además contribuye a que podamos llevar un estilo de vida sostenible y respetuoso con nuestro Planeta.
El uso de recursos autóctonos, las posibilidades de generación de nuevos empleos y a la reducción de la dependencia energética externa del país, son ventajas y beneficios evidentes y que se pueden medir.
Cada vez hay más países, regiones, ciudades y ciudadanos que apuestan por las renovables e incorporan equipos ecointeligentes
Entre éstos, la energía solar térmica ó termosolar es una alternativa muy asequible y con una gran variedad de aplicaciones, entre las que se encuentra la climatización de piscinas, la producción de Agua Caliente Sanitaria (ACS) y la calefacción, siendo éstas tres, aplicaciones plenamente probadas y contrastadas.
Hay otra aplicación, la refrigeración solar, que está mostrando buenas expectativas de desarrollo con resultados prácticos muy interesantes.
En esta ocasión vamos a ocuparnos de las 2 primeras aplicaciones de la energía solar térmica que hemos citado:
Climatización de piscinas
Emplear captadores solares para calentar piscinas es una de las aplicaciones más interesantes de la energía solar térmica, tanto si se trata de instalaciones cubiertas como al aire libre.
Estas últimas merecen especial atención, ya que existe un gran número de ellas y se consiguen resultados muy satisfactorios con sistemas poco complejos y cada vez más baratos.
Este equipamiento permite lograr una temperatura de confort y estable en una piscina al aire libre de una manera asequible económicamente, principalmente, por estos motivos:
- El agua de la piscina circula directamente por los captadores y no se requiere ningún tipo de intercambiador de calor, ni tampoco sistema de acumulación, pues el propio vaso de la piscina ejerce la función de acumulador. Tanto intercambiadores como acumuladores encarecen la instalación.
- La temperatura de trabajo suele ser baja, alrededor de los 30 °C, lo que permite prescindir de cubiertas, carcasas y aislantes. De esta manera, se consigue reducir el precio de la instalación sin sacrificar demasiado su rendimiento.
Se suelen emplear captadores de plástico, generalmente de polietileno o polipropileno, sin cubiertas ni aislantes, y con tratamiento frente a los efectos climatológicos, ya que este equipamiento suele estar a la intemperie, y a los agentes químicos utilizados para depurar el agua de la piscina.
En casos más exigentes, como la necesidad de climatización de la piscina prolongada durante todo el año (como es el caso de las piscinas cubiertas), el espacio disponible para ubicar los captadores es limitado, o bien la misma superficie de captación cubre otras necesidades (ACS, calefacción, refrigeración), resultará necesario utilizar tecnologías más sofisticadas como los captadores planos o los captadores de tubos de vacío.
Agua caliente sanitaria (ACS)
Después de la calefacción, la producción de Agua Caliente Sanitaria (ACS) es el segundo uso que más energía consume en nuestras viviendas, estimándose en un 20% del consumo energético total de las mismas.
La producción de agua caliente es la aplicación más extendida de cuantas ofrece la tecnología solar actualmente. Además, su uso no sólo se limita a las viviendas, también puede aplicarse en hoteles, superficies comerciales y oficinas.
Desde hace años, la energía solar térmica es una solución idónea para la producción de ACS, al ser una alternativa muy madura y rentable
Entre las razones que hacen que esta tecnología sea muy apropiada para este tipo de usos, cabe destacar los niveles de temperaturas que se precisan alcanzar, normalmente entorno a los 45°C, se adecúan perfectamente con los sistemas solares disponibles en el mercado.
Además, la demanda de ACS tiene lugar durante todo el año, por lo que la inversión en la instalación solar se rentabiliza de forma más rápida que en el caso de otras aplicaciones, como la calefacción o la refrigeración, que las requerimos menos días al año.
Los actuales sistemas de energía solar térmica pueden cubrir entre el 50 y el 80% de la demanda anual de agua caliente sanitaria, pudiendo llegar al 100% en zonas con muchas horas de sol al año (como es el caso de nuestra vivienda 🙂
Para satisfacer la mayor parte de las necesidades de agua caliente, en una vivienda familiar se tendrá que instalar una superficie de captación comprendida entre 2 y 4 m2, y un depósito de entre 100 y 300 litros, siempre en función del número de personas que habiten en la vivienda y la zona climática en la que se encuentre.
Esperamos que os haya resultado interesante estas posibilidades reales de incorporar las energías renovables en nuestras viviendas. En nuestra siguiente entrega trataremos cómo climatizar con energía solar térmica nuestra vivienda.
Y tú, ¿sigues pensando que las energías renovables son caras e inaccesibles para los ciudadanos?