Captura y almacenamiento de dióxido de carbono

Como sabemos, el dióxido de carbono (CO2) es un gas de efecto invernadero que se encuentra naturalmente en la atmósfera. Las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles y otros procesos, aumentan significativamente su concentración en la atmósfera contribuyendo al calentamiento global del planeta.
La captura y almacenamiento de CO2 (CAC) podría limitar las emisiones atmosféricas de carbono derivadas de las actividades humanas. Esta técnica consiste en capturar el CO2 producido en las centrales eléctricas o plantas industriales, y luego almacenarlo por un largo periodo de tiempo, ya sea en formaciones geológicas del subsuelo, en océanos o en otros materiales.

No debe confundirse con el secuestro de carbono, que consiste en eliminar el carbono presente en la atmósfera mediante procesos naturales como el crecimiento de bosques.

Se espera que los combustibles fósiles sigan siendo una fuente de energía muy importante hasta mediados de este siglo por lo menos. Por lo tanto, las técnicas para capturar y almacenar el CO2 producido, podrían contribuir en combinación con otros esfuerzos a combatir el cambio climático y a estabilizar la concentración atmosférica de los gases de efecto invernadero.

Con respecto a las fuentes de emisión, El CO2 podría capturarse en las centrales eléctricas o plantas industriales que emitan grandes cantidades de este gas.
Potencialmente se podría capturar una parte importante del CO2 producido por las centrales eléctricas que usan combustibles fósiles.

En 2050, esto podría representar del 21 al 45% del total de las emisiones de CO2 derivadas de las actividades humanas.

Para capturar el CO2 es preciso empezar por separarlo de los demás gases resultantes de los procesos industriales o de combustión. Una vez capturado el dióxido de carbono deberá purificarse y comprimirse, para luego poder ser transportado y almacenado.
Es posible reducir entre un 80 y un 90 % las emisiones de CO2 generadas por centrales eléctricas nuevas, pero aumentaría los costes de producción de electricidad entre un 35 y un 85%. Por norma general, el precio por tonelada de CO2 capturada es más bajo para los procesos industriales que producen una corriente de CO2 relativamente pura.
El CO2 debe ser transportado hacia el lugar de almacenamiento, salvo que éste se encuentre directamente debajo de la fuente de emisión. En EEUU, el transporte ya se hace a través de gasoductos desde los años 1970. También puede efectuarse mediante barcos parecidos a los que transportan el gas licuado derivado del petróleo (GLP).

Sea cual sea el medio de transporte utilizado, los costes dependen de la distancia y de la cantidad de CO2 transportada.

El CO2 comprimido puede inyectarse en las formaciones rocosas porosas del subsuelo mediante muchos de los métodos que actualmente se utilizan en las industrias del gas y del petróleo. Los tres grandes tipos de almacenamiento geológico son las reservas agotadas de gas y petróleo, los acuíferos salinos y los lechos de carbón inexplotables. El CO2 puede retenerse físicamente, por ejemplo, bajo una capa rocosa hermética, o en los espacios porosos del interior de la roca. Asimismo, puede retenerse químicamente al disolverse con agua y reaccionar con las rocas que le rodean. En este tipo de reservas, el riesgo de fugas es más bien reducido.
El almacenamiento de CO2 en formaciones geológicas es la opción más barata y más aceptable desde el punto de vista medioambiental.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Esta entrada tiene 6 comentarios

  1. MAUREN

    No explican qué técnicas emplean para capturar el CO2, ¿cómo se separa de los demás gases resultantes producto de la combustión? Pensé encontrar alternativas pero solo explican el proceso de captura, separación, purificación, comprensión, transporte y almacenamiento?

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.