¿Qué es la ansiedad climática?

Cuando hablamos de ansiedad climática hacemos referencia a la preocupación, la frustración, el dolor e incluso la ira asociados a la realidad de la crisis climática y al constante fracaso de los gobiernos a la hora de actuar con la urgencia que requiere.

Cada día es más frecuente que nos sintamos algo traicionados por nuestros líderes y que nos asuste el futuro. Son sentimientos incómodos y difíciles que surgen como una respuesta perfectamente normal y saludable frente a la crisis climática, la destrucción del mundo natural y a la inacción política. 

No es cuestión de intentar por todos los medios que esta ansiedad desaparezca, sino que tenemos que aprender a vivir con ella. Cada uno de nosotros debe aprender a reconocer esos sentimientos para así poder comprometernos con la resolución de estas crisis y pedir cuentas a nuestros líderes sin caer en la desesperación o en la negación de estas cuestiones cruciales.

Es frecuente que nuestra sensación de ansiedad provenga del amor, respeto y dependencia que tenemos por el Planeta y los recursos que nos proporciona. ¿Cómo no sentirnos ansiosos ante la degradación a la que estamos sometiendo a la Tierra?

Nuestros sentimientos no son el problema. La realidad de la crisis climática y la crisis de biodiversidad, junto con el fracaso político, si que lo son.

Esta ansiedad climática la sienten personas de todas las edades y en todas partes las partes del globo.

Los jóvenes de todo el mundo son muy conscientes de que los gobernantes nos están fallando. Algunos utilizarán esto como otra excusa desesperada para no hablar del clima, como si ese fuera el verdadero problema. Según mi experiencia, lo que peor sienta a los jóvenes es lo contrario: el hecho de que ignoremos la crisis climática y no hablemos de ella. Greta Thunberg, activista

Estudios recientes muestran que en la mayoría de los países la ansiedad relacionada con la crisis planetaria es muy alta y no es solo porque estemos presenciando desastres climáticos devastadores sino porque los gobiernos están obviando o fracasando sistemáticamente a la hora de tomar medidas significativas para detener la crisis.

Pero ¿qué podemos hacer con la ansiedad climática? Si la ansiedad climática es una respuesta saludable y natural, entonces, ¿cómo podemos vivir con ella?

En este sentido es bueno conocer algunos consejos e ideas que nos puede ayudar:

  • Recuerda que no estás solo. Muchas personas quizá estén igual de ansiosas que tú, simplemente puede ser que no estén hablando de ello.
  • Crea un espacio para hablar sobre el cambio climático, específicamente sobre los sentimientos que surgen en ti y en los demás. Escucha cómo se sienten personas de tu misma edad y tómate sus sentimientos en serio. Explícales que sus sentimientos tienen todo el sentido y que son una señal de que son buenas personas. Es normal sentirse triste y frustrado según están las cosas ahora mismo.
  • Debes saber que esto no depende solo de ti. Es poco lo que una sola persona puede hacer y, aunque las medidas individuales si que tienen un impacto, la responsabilidad es colectiva. Por ejemplo, apoya que los jóvenes actúen, por pequeño que pueda parecerte su impacto. Cuando somos suficientes los que nos unimos, ¡podemos marcar una gran diferencia!
  • Haz todo lo que puedas para cuidarte física y emocionalmente. Suena obvio, pero cuidar de lo básico puede ayudarte a mejorar tu resiliencia y a mantener los pies en la tierra.
  • Pasar tiempo en la naturaleza puede servirte. Conecta con la naturaleza y permítete disfrutar de su belleza. Nuestro amor por la naturaleza puede inspirar nuestra lucha por proteger el planeta.

Es importante tener presente que todavía tenemos en nuestra mano frenar el cambio climático y gran parte de sus consecuencias.

El coste de la pérdida de la biodiversidad en la Amazonía

Tenemos el suficiente conocimiento para diseñar planes para que los gobiernos se pongan a trabajar. Pero sabemos que esto requerirá de una voluntad política y de una férrea determinación, cosas de las que tristemente hemos carecido.

Algunas iniciativas y una sensibilidad creciente de los ciudadanos nos indican que las cosas se están moviendo, hay un nuevo impulso, y existe todavía muchísimo espacio para cultivar una esperanza sostenible radical y fundamentada.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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