El capital natural como solución al deterioro ambiental

Existe un importante consenso entre la comunidad de estudiosos preocupados por la conservación de nuestro Planeta en la idea de que gran parte de la crisis ecológica se explica porque es invisible el deterioro ambiental producido por la inmensa mayoría de nuestra actividad económica.

La actividad humana está tras el daño a los ecosistemas

Por lo tanto parece lógico apostar por el desarrollo de algunas herramientas conceptuales que permitan reflejar la importancia del papel que juegan los ecosistemas en el bienestar de la Tierra y de sus habitantes, no solo cuando son objeto de explotación, sino también cuando son conservados.

Conceptos como el de capital natural o servicios ecosistémicos son claros ejemplos de este tipo de herramientas.

Recordemos que entendemos por capital natural aquellas reservas de activos naturales (renovables y no renovables) disponibles en el Planeta que generan beneficios y servicios a la sociedad.

Es un término de gran interés empresarial ya que permite evaluar la relación de las organizaciones con el medio natural de 2 maneras:

  1. Reduciendo los riesgos derivados de su relación con el medio natural (gestión, valoración, activos …)
  2. Aprovechando las oportunidades y preservar los recursos naturales

Si aceptamos que la biodiversidad es la variedad de especies, dentro de cada especie y entre los ecosistemas, entenderemos fácilmente que un servicio ecosistémico se puede definir como los beneficios que obtienen personas y empresas a partir de los ecosistemas.

Pese al gran potencial que ofrecen las diversas formas de valoración económica de cara a reorientar la toma de decisiones sobre bases más sostenibles, es importante señalar que la valoración de los servicios ecosistémicos no llevará por si misma a una situación de sostenibilidad.

Primero, los seres humanos dependemos de los servicios de los ecosistemas independientemente de que esto sea reconocido o no por las preferencias humanas.

Segundo, las técnicas actuales de valoración tienen una validez muy limitada ante los comportamientos no siempre lineares en los ecosistemas. La existencia de umbrales de cambio que pueden suponer cambios bruscos en los flujos de servicios ecosistémicos, demandan el desarrollo de nuevas técnicas de valoración desarrolladas desde la teoría de los sistemas complejos.

Ejemplo de práctica pesquera NO sostenible

La valoración de los ecosistemas y sus servicios no debe ser entendida como un fin en si mismo, sino como un medio práctico que busque la consideración de la naturaleza y los costes asociados a su degradación dentro de la toma decisiones.

El papel de la conceptualización de la naturaleza en términos de capital natural y servicios ecosistémicos no debería buscar la suplantación de los valores intrínsecos por los valores instrumentales como forma de animar la conservación, sino como complementarios de los mismos, haciendo llegar argumentos ecologistas a foros donde a menudo han sido ignorados.

La defensa de la naturaleza puede plantearse desde distintas perspectivas y lenguajes de valoración. Naturaleza, ecosistemas y capital natural son conceptos que pertenecen respectivamente al lenguaje convencional, a la ecología y a la economía.

La utilización de uno u otro lenguaje será especialmente adecuada en función del contexto en el que se inscriba y de los interlocutores implicados.

Hablar de ecosistemas y sus procesos en términos como capital natural, funciones o servicios, supone una adaptación de determinados conceptos de la ecología al lenguaje económico, que es el que domina la toma de decisiones en la actualidad.

Así, plantear la conservación o el buen uso de los ecosistemas en torno al capital natural y sus servicios, puede ser apropiado a la hora de exponer argumentos a los distintos gestores de recursos comunes.

Ejemplo de explotación responsable de recursos madereros

Sería el caso de los encargados de la gestión de nuestras ciudades que habitualmente están presionados por cuestiones y aspectos económicos, y que suelen dejar de lado comunidades ligadas a los recursos naturales que les inspiran ciertos valores sociales, religiosos y espirituales.

Esperamos que este breve recorrido sobre el capital natural y los servicios ecosistémicos sirva de refresco para que estos conceptos sean tenidos en cuenta como herramientas para paliar el deterioro ambiental que estamos sufriendo y que parece que se ha instalado en nuestro día a día.

Y tú, ¿te conformas con esta situación o estás dispuesto a pasar a la acción?

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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