¿Ha llegado el momento del coche eléctrico?

Es cierto, el motor de explosión forma parte de nuestro estilo de vida de hace más de 100 años. Nuestro estatus, parte de nuestro ocio, cánones estéticos, en todo ello tiene presencia el rugido de los motores.

Electromovilidad compartida en Grenoble (Francia)

Sin embargo, algo parece que está cambiando. Tímidamente el coche eléctrico está resurgiendo, pero los grandes intereses en su contra impiden su consolidación.

Y no es de extrañar ya que el automóvil, así como las actividades y las tecnologías vinculadas a él, es el producto o sistema más potente que ha existido a lo largo de aproximadamente el último siglo

Quizás parezca un invento reciente pero el vehículo eléctrico surge en siglo XIX. Si bien es cierto que el primer coche fue eléctrico, ningún modelo llegó a ser un éxito comercial, y la tecnología eléctrica pronto fue arrinconada a favor del motor de explosión y los combustibles fósiles.

Así, la tecnología del coche eléctrico ha permanecido como hibernada a la espera de su oportunidad. Y parece que su momento ha llegado.

Hay buenas razones para que la electromovilidad se imponga. Vamos a repasarlas:

El petróleo es un recurso finito.

No se sabe exactamente cuando se acabará, pero el petróleo es un recurso limitado que se consume a un ritmo exponencial.

La extracción de petróleo tiene su límite

Cuando el motor de explosión desbancó al eléctrico, el petróleo era muy barato y accesible ya que se utilizaba para la iluminación. Nada que ver con el escenario actual y el pico de precio de más de 150 dólares por barril alcanzado hace unos años.

Las emisiones contaminantes nos están ahogando, y sus ruidos, ensordeciendo

Todos sufrimos las emisiones de los vehículos con motor de explosión que provoca graves problemas de salud a la población. El transporte con vehículos convencionales genera hoy el 25% los gases de efecto invernadero que causan el cambio climático, mientras que la ausencia de emisiones del coche eléctrico reduciría drásticamente la cantidad de CO2 que emitimos.

La implantación de un sistema de transporte basado en la electricidad limpiaría el humo de las ciudades y nuestros pulmones

Además, los vehículos eléctricos se mueven de forma silenciosa.

El petróleo es un recurso mal repartido

Los países que no tienen reservas de petróleo dentro de su territorio, sufren lo que se conoce como dependencia energética (como es el caso de España) estando a expensas de aportes externos y, en muchas ocasiones, y de fuertes variaciones del precio que hacen tambalear la economía.

Sin embargo la producción de electricidad es mucho más flexible, se genera localmente y es fácil de transportar.

La electricidad se obtiene de varias fuentes

La electricidad puede obtenerse de varias fuentes energéticas, de forma que puede diseñar un mix que racionalice los recursos y su explotación.

La electricidad se puede obtener de fuentes renovables

Este punto es definitivo. La electricidad puede producirse de forma renovable y con tecnologías limpias. Desarrollos tecnológicos como el almacenamiento y la recarga nocturna de las baterías ayudaría a gestionar de forma mucho más ecoeficiente el mercado eléctrico, ya que se podría racionalizar la demanda y adecuarla a la oferta.

Smart Grid, renovables y coche eléctrico

El coste por recorrido es marginal

Al contrario de lo que pasa con el motor térmico, el precio por kilometro para el eléctrico es insignificante y tiende a ser marginal.

En definitiva, la tecnología del transporte necesita evolucionar y ser sostenible

Pero ¿qué frena el avance de la electromovilidad? Principalmente los factores esgrimidos para justificar su escasa implantación son su alto precio y su falta de autonomía.

Al igual que ha pasado con otras tecnologías, su adopción masiva dará al traste con los precios actuales, sobre todo en lo que afecta a las baterías.

Con respecto a la autonomía, la denominada range anxiety ó miedo a no tener autonomía suficiente para llegar al destino, es uno de los mitos con menos fundamento que hay alrededor del coche eléctrico.

Sabemos por un estudio realizado en el MIT sobre la adopción de vehículos eléctricos para nuestro transporte personal, que la oferta actual en el mercado de este tipo de vehículos podría cubrir perfectamente las necesidades de casi el 90% de nuestros desplazamientos.

Toyota Prius, buen ejemplo de coche híbrido

Pero lo que más teme el lobby petrolero, es que la adopción generalizada del vehículo eléctrico conllevaría una importante reducción del consumo de derivados del petróleo, estimándose en el caso de los Estados Unidos en más de un 60%.

Si la tecnología avanza de nuestra parte, el vehículo eléctrico y un estilo de vida ecointeligente nos podrían proporcionar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y de partículas contaminantes que tanto necesitan el Planeta y nuestra salud.

Después de lo visto, ¿tu próximo vehículo será eléctrico?

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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