La necesaria evolución hacia el automóvil conectado

En efecto, hablamos de evolución y no de revolución. El automóvil conectado cambiará el concepto de coche tal y como lo conocemos.

La compra de automóviles está disminuyendo en muchas economías desarrolladas y la generación del milenio está a favor de opciones alternativas. Para 2034, aproximadamente el 35% de los consumidores no esperan ser propietarios de un coche, y que, en cambio, estarían utilizando opciones alternativas tales como los sistemas de coche compartido ó car sharing.

Un nuevo escenario se nos ofrece. Los usuarios al conducir podrán comprobar el rendimiento y el estado de su vehículo en tiempo real. Podrán diagnosticar al instante su vehículo, lo que supondrá un cambio importante en la relación de usuarios con el mantenimiento preventivo del auto.

El acceso remoto al vehículo a través de dispositivos móviles proporcionará un plus de seguridad al notificar al propietario cambios de estado inesperados

En lo que respecta al entretenimiento, la conectividad también supondrá un gran avance, al permitir al conductor y a los pasajeros acceder fácilmente a los servicios de información multimedia para hacer más grato el tiempo que pasan dentro del vehículo.

Sin embargo, la demanda del automóvil conectado está en una etapa temprana y existe cierta incertidumbre sobre su futuro, lo que no va a ayudar a que el desarrollo de esta industria sea sencillo.

El paradigma de la Industria 4.0 será una buena baza para recorrer este camino en la industria del automóvil, empleando nuevos recursos tecnológicos para reducir costes, y conseguir mejorar tanto los tiempos de producción como la eficacia y la eficiencia en toda la cadena de valor.

La denominada en algunos foros como la nueva automoción, además de dificultades, tiene un espacio lleno de oportunidades, en el que destaca especialmente lo que pueden aportar Internet de las Cosas y la conectividad.

En lo relativo al mercado, se prevé la demanda de automóviles conectados alcance una penetración importante que aquí a 2020, estimándose que el número total de vehículos con conectividad integrada aumentará de 10% al 90% del mercado global en este periodo.

Más del 80% de los conductores están de acuerdo en que su próximo coche tendrá un nivel de conectividad y servicios similar al de su smartphone

Los conductores tienen claro el tipo de servicios que les gustaría ver en su próximo coche. Casi el 75% de los conductores consideran las funciones de diagnóstico y seguridad como las más importantes.

Es de destacar el interés en los servicios de navegación que ofrezcan información sobre el tráfico en tiempo real.

Entre los conductores existe un amplio consenso en disponer de funciones que les ayuden a reducir el coste de funcionamiento y mantenimiento de su vehículo, siendo la más demandada el conocer el rendimiento del combustible.

Otra posibilidad que ofrece el coche conectado es la de contar con información suficiente para que nos personalicen una póliza de seguro basada en nuestros hábitos de conducción.

El automóvil conectado no es sólo un concepto, sino una realidad fruto de la evolución. Tenemos las plataformas, las alianzas y el conocimiento de la industria para dar este salto cualitativo.

¿Y la revolución? Pues está cercana y vendrá de la mano de la implantación a gran escala de la electromovilidad, de la industrialización de conceptos como el coche autónomo de Google, y el gran impulso definitivo de mano de las propuestas de un fabricante innovador y atrevido como es Tesla, que dicho sea de paso les ha ganado la partida a las grandes multinacionales del automóvil y del sector energético 😉

Full Self-Driving Hardware on All Teslas from Tesla Motors on Vimeo.

¡Esto si que es el futuro a nuestro alcance!