El actual modelo lineal basado en fabricar – usar – tirar sabemos que resulta intensivo en el consumo de recursos, de ahí que instituciones, gobiernos, empresas y ciudadanos apuesten por , ahora de manera decidida, economías de tipo circular.
Para romper esta linealidad, las empresas y sus cadenas de suministro deberían movilizarse en la implantación al menos de 2 estrategias: por un lado, establecer formas de producción que logren una reducción efectiva del uso de los recursos energéticos y materiales, y por la otra, un desafío de mayor rango, migrar del modelo actual de negocio basado en la fabricación del producto, hacia nuevos negocios que incrementen la complejidad del producto y le incorporen más atributos de servicio.
Las empresas impulsoras de estos nuevos servicios buscan un cambio de enfoque en el modelo de negocio desde el diseño, fabricación y venta de productos hacia el diseño y venta de un mix de productos y servicios que, de manera conjunta, sean capaces de satisfacer las necesidades de los diferentes clientes. La implantación de este tipo de estrategias empresariales posee un gran potencial para desvincular el éxito económico, basado en la venta de productos, del consecuente uso intensivo de materiales.
Este nuevo planteamiento se fundamenta en la premisa de que los clientes no buscan poseer los objetos materiales sino el resultado que con éstos se puede conseguir, es decir, su función.
Esto enlaza directamente con los postulados de la economía colaborativa
Debido al consumo intensivo, la disponibilidad de algunas materias primas se ha convertido en una preocupación política y económica tanto para los gobiernos como para las empresas. Los materiales escasos y preciosos son esenciales para muchos de los productos que usamos todos los días.
Para afrontar este desafío será preciso diseñar pensando:
- En la reutilización y la reparación de productos, dándoles una segunda o tercera vida, que no sólo beneficia al medio ambiente, sino que ahorra dinero a las empresas y además, puede generar puestos de trabajo y obtener beneficios sociales.
- En el reciclaje y en invertir en tecnologías comercialmente viables que permitan recuperar todos los materiales de los residuos, avanzando hacia un modelo económico circular en cuanto sus flujos de materiales.
Una vez introducido el tema vamos a enumerar las claves para gestionar la sostenibilidad de nuestros productos y servicios:
- Fomentar el concepto de ciclo de vida
- Comprometerse con los clientes y suministradores
- Conocer exactamente donde aporta valor el producto o servicio
- Saber cuáles son y dónde están los aspectos ambientales críticos
- Medir, monitorizar y administrar
- Comprender que un residuo es un recurso
- Mantenerse al día con los requisitos políticos y normativos
- Utilizar el mejor conocimiento científico en la toma de decisiones
- Garantizar la transparencia
En una próxima entrega trataremos un concepto muy interesante que ahora anticipamos y definimos. Se trata del Análisis de Costes del Ciclo de Vida (Life Cycle Costing y sus siglas en inglés LCC) que consiste en el estudio de todos los costes asignables a un producto ó servicio desde que se inicia la concepción de la idea hasta el final de su vida útil, por o para cualquier agente asociado a las fases de la vida del producto ó servicio.
¿Crees que seremos capaces de sacar el fabricar – usar – tirar de nuestro estilo de vida?
En su artículo, «9 claves para gestionar la sostenibilidad de los productos», habla acerca de la responsabilidad que tienen las empresas como tal para fomentar el concepto de vida, pero ¿cómo consumidores, de qué manera podrían contribuir ante la situación?
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