En Murcia solemos decir que eres más viejo que los pinos de Churra para referirnos a alguien con muchos años, y no es casualidad, porque estos árboles monumentales, situados en la pedanía de Churra, han superado ya el siglo de vida y forman parte inseparable de nuestra identidad colectiva.

Durante décadas, su silueta inconfundible ha sido un hito en el paisaje de la huerta murciana, ofreciendo sombra, cobijo a la fauna y un vínculo emocional con generaciones de vecinos. Sin embargo, lo que fue símbolo de orgullo se ha transformado en motivo de preocupación para muchos, entre los que me encuentro.
A pesar de contar con protección legal como árboles monumentales de la Región de Murcia, la realidad es que los pinos centenarios de Churra (Murcia, España) atraviesan un momento crítico.
La combinación de sequías cada vez más intensas, la presión urbanística y la falta de cuidados específicos ha provocado la pérdida de la mayoría de los ejemplares, y los pocos que quedan en pie, luchan por sobrevivir en un entorno cada vez más seco y hostil, alejado del equilibrio natural que antaño les proporcionaban las acequias y los cultivos de la huerta.
Vamos a continuar repasando como se ha protegido legalmente a los pinos centenarios de Churra y cuál es el estado actual de conservación de este patrimonio natural.
1. Un estatus protegido: el Catálogo de Árboles Monumentales de Murcia
Conscientes de su singular valor, las autoridades regionales incluyeron a los pinos de Churra en el Catálogo de Árboles Monumentales y Singulares de la Región de Murcia, creado al amparo de la mencionada Ley 14/2016, y actualizado en 2020.
Esta inclusión significa que dichos ejemplares cuentan con una protección jurídica especial, es decir, están reconocidos oficialmente como parte del Patrimonio Arbóreo Monumental de Murcia, lo que obliga a garantizar su conservación, evitar intervenciones dañinas y promover su difusión y puesta en valor.
De hecho, la propia ley enfatiza la responsabilidad institucional y social en la protección de estos auténticos monumentos naturales. En la práctica, esto se traduce en que no pueden ser talados, dañados ni alterados sin autorización expresa de la administración, y que deben recibir cuidados adecuados para prolongar su vida todo lo posible. Las infracciones contra un árbol monumental pueden conllevar sanciones, dada la consideración de bien público que ostentan.
Además de la protección regional, los pinos de Churra también figuran en la normativa municipal. El Plan General de Ordenación Urbana de Murcia (PGOU) identifica este arbolado como elemento a conservar. De hecho, el PGOU de 2001 registró la existencia de 26 ejemplares centenarios en la zona, e incluye cláusulas específicas para preservar el paisaje tradicional de la huerta, acequias y su vegetación asociada.
Esto significa que, sobre el papel, el Ayuntamiento de Murcia tenía la obligación de velar por el mantenimiento tanto de los pinos como de la propia acequia en condiciones naturales. La protección legal, por tanto, existía y era doble (regional y municipal).
Cuando la aplicación de la norma falla, incluso lo que se considera intocable por ley termina muriendo y desapareciendo
Sin embargo, como veremos, dicha protección no se ha traducido en acciones preventivas suficientes para evitar su deterioro. El caso de Churra evidencia que inscribir un árbol en un catálogo no basta, si no va acompañado de vigilancia, recursos y voluntad política para cuidarlo activamente.
Un gran recurso para complementar este catálogo es libro titulado Árboles monumentales y singulares de la Región de Murcia y territorios limítrofes, de Antonio Félix Carrillo López, Pedro Sánchez Gómez y Juan Guerra Montes, publicado en Murcia en el año 2000, y con el que podemos tomar perspectiva con datos objetivos del deterioro ambiental en el estamos sumidos con relación a este tipo de patrimonio natural.

En este libro podemos encontrar el árbol monumental catalogado el la Ficha nº 78 y ésta es su imagen en aproximadamente el año 2000.
En la siguiente fotografía, que corresponde a la actualidad, encontramos 3 tocones de los ejemplares centenarios que veíamos anteriormente y que fueron talados ya hace unos años, debido principalmente a la falta de agua por el entubamiento de la acequia Churra la Nueva. Una pena …

2. Estado actual: deterioro, pérdida de ejemplares y amenazas
El panorama hoy es alarmante. A pesar de su estatus protegido, los pinos centenarios de Churra han sufrido un rápido deterioro en las últimas décadas, acelerado en los años recientes. De aquellos 26 ejemplares monumentales censados a inicios de siglo, sólo permanecen en pie 8 en 2025, lo que implica la desaparición de cerca del 70% del arbolado original.
Varios de los pinos han muerto por desecación o enfermedad, quedando reducidos a troncos secos, y al menos uno de los supervivientes se encuentra en estado crítico, con pocas esperanzas si no se actúa de inmediato.

La imagen actual del paraje es desoladora: donde antes se elevaban copas frondosas, hoy se observan tocones y troncos caídos en el suelo, testimonios mudos de árboles centenarios que ya no están
Unas pocas copas verdes siguen en pie, muestra del martirio al que estamos sometiendo a los pinos de Churra y de la agonía de estos gigantes de la huerta
Las causas de esta situación son múltiples, pero todas apuntan a factores ambientales y humanos combinados. Uno de los principales problemas ha sido la sequía prolongada y la falta de agua disponible para los árboles.
La Región de Murcia sufre un clima semiárido, y en los últimos años ha atravesado recurrentes episodios de sequía agravados por el cambio climático. Olas de calor cada vez más intensas, como las registradas en 2023-2025, incrementan el estrés hídrico de la vegetación, y, en este sentido, Huermur advierte que las altas temperaturas de este verano han acelerado la muerte de los ejemplares ya debilitados.
En el caso de Churra, este estrés se vio magnificado por la intervención humana en la gestión del agua (entubamiento de la acequia de Churra la Nueva) para modernizar infraestructuras y urbanizar, eliminando así la filtración natural de agua al terreno donde crecen los pinos.
Según técnicos municipales, el cierre de la acequia de Churra la Nueva podría estar afectando al estado de conservación del pinar, al impedir que el suelo se empape de agua como antaño. En otras palabras, los pinos centenarios han quedado en la práctica desconectados de su fuente tradicional de humedad.
A la escasez hídrica se suman plagas y enfermedades que suelen atacar a los árboles debilitados. En particular, se ha detectado la presencia de insectos perforadores (barrenadores de la madera) en algunos ejemplares, un problema común en coníferas estresadas por la sequía.
Estos insectos, como ciertas especies de escarabajos de corteza, pueden colonizar el tronco y las ramas, agravando el decaimiento e incluso matando al árbol. Las autoridades han tenido que aplicar tratamientos de endoterapia (inyecciones de fitosanitarios en el tronco) para combatir estas plagas en los pinos de Churra.
Otra amenaza potencial en la región es la procesionaria del pino, aunque no se ha informado que ésta sea la causa principal de la mortandad en este caso específico. Lo cierto es que la confluencia de sequía y plagas crea un círculo vicioso: la falta de agua debilita a los pinos, haciéndolos más susceptibles a insectos patógenos, los cuales a su vez aceleran el deterioro del árbol.
Por otra parte, la presión urbanística y la gestión inadecuada del entorno han jugado su papel. La construcción de infraestructuras y viviendas cerca de la arboleda pudo conllevar movimientos de tierra, compactación del suelo o alteración de drenajes que impactaron las raíces.


Algunos ejemplares quedaron enclavados en parcelas privadas tras la reorganización del suelo urbano. De hecho, a inicios de 2025 el Ayuntamiento tuvo que autorizar la tala de emergencia de uno de los grandes pinos ubicado en un terreno particular, porque el árbol ya se había secado completamente y representaba un peligro de caída sobre las viviendas colindantes.
Este incidente no es más que una muestra de cómo la ausencia de riego y cuidados está matando a estos árboles
Parece que este destino que han corrido los que ya han desaparecido, es el que les espera a los pocos supervivientes: abandono, muerte y olvido.

Cabe destacar que organizaciones ecologistas locales habían alertado reiteradamente de la situación sin que, según ellas, las administraciones reaccionaran a tiempo.
La Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur), muy activa en este tema, denuncia la pasividad tanto del Ayuntamiento de Murcia como del Gobierno Regional frente al declive de los pinos.
Huermur documentó cómo más del 60% de los ejemplares murió ante la mirada impasible de las autoridades, incumpliéndose sus deberes legales de protección. En julio de 2024 y de nuevo en agosto de 2025, la entidad ha hecho pública la situación dantesca del lugar, con fotos de enormes troncos abatidos, exigiendo actuaciones urgentes para salvar los pocos árboles vivos restantes.
En este sentido, la crítica fundamental es que faltó una gestión preventiva: no se mantuvo el régimen hídrico tradicional, no se tomaron medidas de apoyo a tiempo (riego, poda, tratamiento) y se dejó que el problema escalara a un punto casi irreversible.
Si bien la sequía es en gran parte natural, su impacto pudo mitigarse con planificación y cuidado, máxime tratándose de ejemplares reconocidos oficialmente como monumentales.
Para comprender un poco mejor del deterioro e impacto ambiental del que estamos hablando, os dejamos con un vídeo grabado por la Asociación Huermur en julio de 2024, que muestra restos de pinos muertos, así como una gran cantidad de escombros y un abandono generalizado de toda la zona.
En nuestra próxima entrega revisaremos las medidas para la preservación de los pinos centenarios de Churra.