Capitalismo Natural: garantía de conservación de los recursos naturales

El capitalismo natural es una propuesta de desarrollo empresarial y social impulsada por el Rocky Mountain Institute de Estados Unidos.
Su tesis básica es que hay que pasar de la economía del consumo a la de los servicios y reinvertir los beneficios obtenidos en garantizar la conservación de los recursos naturales. Ofrecen ejemplos concretos de estrategias de negocio basadas en un uso radicalmente más productivo de los recursos naturales con el fin de resolver muchos problemas ambientales a la vez que aumentar las ganancias de la empresa.

El 16 de septiembre de 1991, un pequeño grupo de científicos fue encerrado en Biosfera II, un reluciente habitáculo de 1,3 ha de vidrio y metal en Oracle, Arizona. Dos años más tarde, cuando se dio por finalizado el radical intento de replicar en miniatura los principales ecosistemas de la tierra, el entorno ingeniado se estaba muriendo.
Los desolados investigadores habían sobrevivido sólo porque se bombeaba aire fresco hacia el interior. A pesar del complejo equipo, valorado en 200 millones de dólares, Biosfera II había fracasado en generar aire respirable, agua potable y comida adecuada para ocho personas.
Sin embargo, Biosfera I, el planeta en que todos habitamos realiza diariamente sin esfuerzo esas tareas para más 6 mil millones de personas.
Inquietantemente, también Biosfera I está ahora en riesgo. La habilidad de la tierra para sustentar la vida y con ella la actividad económica, está siendo amenazada por la forma en la que extraemos, procesamos, transportamos, y desechamos un gran flujo de recursos -unos 220 mil millones de toneladas al año o lo que es lo mismo: más de 20 veces el peso medio de los americanos al día-.
Con un enfoque peligrosamente limitado, nuestras industrias sólo se interesan por los recursos explotables de los ecosistemas de la Tierra -sus océanos, bosques, y llanuras – y no por los servicios más amplios que esos sistemas proporcionan de forma gratuita. Los servicios de los recursos y los ecosistemas ambos provienen de la Tierra – incluso de los mismos sistemas biológicos- pero son dos cosas diferentes.
Los bosques, por ejemplo, no sólo producen recursos como la madera, sino que también proporcionan servicios al ecosistema como almacenamiento de agua, refugio y alimento para plantas y animales y regulación del clima y la atmósfera. Sin embargo, las compañías que obtienen ingresos de la tala de madera como recurso, a menudo lo hacen de forma que perjudican la capacidad del bosque para desempeñar sus tareas vitales.

Desafortunadamente, el coste de destruir los servicios del ecosistema sólo se evidencian cuando los servicios empiezan a estropearse. En la cuenca del Yangtze en China por ejemplo, en 1998, la deforestación desencadenó inundaciones que mataron 3700 personas, desalojaron 223 millones e inutilizaron 24 millones de hectáreas de tierra de cultivo.
Ese desastre de 30 mil millones de dólares obligó a una moratoria en la extracción de madera de los bosques y a un programa de choque de 12 mil millones para la reforestación.
La razón por la que compañías y gobiernos son tan pródigos con los servicios del ecosistema es que el valor de esos servicios no aparece en la hoja de balances de su negocio. Pero esta omisión es aberrante. La economía, después de todo, se desenvuelve en el medio ambiente.

El valor de todos los servicios de los ecosistemas de la Tierra son por lo menos de 33 billones de dólares al año

Cálculos recientes publicados en la revista Nature estiman (y son datos conservadores!) que el valor de todos los servicios de los ecosistemas de la Tierra son por lo menos de 33 billones de dólares al año. Eso se aproxima al Producto Mundial Bruto e implica un valor capitalizado del orden de 500 billones de dólares. Lo que es más, para la mayoría de esos servicios, no existe sustituto a ningún precio y no podemos sobrevivir sin ellos.
Esta aproximación quiere poner de relieve un nuevo enfoque no sólo para la protección de la biosfera sino también para mejorar las ganancias y la competitividad. Algunos simples cambios en la manera en que gestionamos nuestros negocios, basados en avanzadas técnicas para aumentar la productividad de los recursos, pueden proveer beneficios alarmantes para los accionistas de hoy y para las generaciones futuras.
Este enfoque se llama capitalismo natural porque es en lo que el capitalismo puede convertirse si su mayor categoría de capital -el «capital natural» de los servicios del ecosistema- son valorados adecuadamente.
(Resumen procedente de «La Ruta Hacia el Capitalismo Natural» de Amory B. Lovins, L.Hunter Lovins y Paul Hawken)

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Esta entrada tiene 0 comentarios

  1. lobo199

    La Tierra en una «botella»
    Mucho se escribió en su día sobre el fiasco de Biosfera 2, el ecosistema artificial creado en el desierto de Arizona para reproducir la Tierra. Dos misiones de “terrícolas” se encerraron en los gigantescos invernaderos de las montañas de Santa Catalina y descubrieron que la vida en el planeta es mucho más compleja de lo que nunca imaginamos.

    http://www.elmundo.es/america/blogs/en-la-ruta-verde/2011/01/22/la-tierra-en-una-botella.html

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