¿Podemos salvar el planeta comiendo canguro?

carne de canguro como sustitutivo de carne bovina

En general los automóviles, los camiones y los aviones tiene un papel importante en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). En los últimos tiempos, esto ha inducido a algunas personas preocupadas por el medio ambiente a comprar vehículos híbridos. Pero cada vez que el dueño de un híbrido va en coche al supermercado, puede estar cancelando su reducción de emisiones, al menos si va a comprar en la sección de carnes.

¿Cómo es esto? Pues porque las vacas, y en general los rumiantes, son unas grandes contaminadoras. Sus exhalaciones, flatulencias y estiércol emiten metano, que como gas de efecto invernadero es unas 24 veces más potente que el dióxido de carbono emitido por los automóviles. Hay estudios que indican que los rumiantes del mundo son responsables, aproximadamente, de la emisión de un 50% más de gases de efecto invernadero que todo el sector del transporte.

Sabemos que hay problemas globales que se derivaban de un consumo intensivo de carne, debido principalmente a los elevados recursos que se precisan: espacio, abono, agua, pasto o pienso. Sólo el espacio que se precisa para producir idéntica cantidad de proteínas vegetales y animales es 10 veces menor para legumbres, frutos secos y cereales.

Se estima que la ganadería ocupa el 70% de los terrenos del planeta que se destinan a la agricultura

En este aspecto, y simplificando mucho, surgen voces que dicen que tampoco ayudan mucho los movimientos localistas (tales como el movimiento SlowFood), que nos animan a consumir alimentos cultivados en nuestra zona. Dos investigadores de Carnegie Mellon, Christopher Weber y H. Scott Matthews, han estudiado el ciclo de vida de los principales productos consumidos por el americano medio, considerando las emisiones en todas las fases de la cadena de suministro de los productos alimenticios: producción, transporte, distribución y consumo. Este estudio indica que comprar productos locales puede hacer aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Por qué?

Más del 80% de las emisiones relacionadas con los alimentos tienen lugar en la fase de producción, y las explotaciones grandes son más eficientes que las granjas pequeñas. El transporte representa sólo el 11% de las emisiones, y el reparto de los productores a los minoristas sólo el 4%. La mejor manera de ayudar , sugieren Weber y Matthews, es cambiar sutilmente la dieta. Cambiando menos de un día a la semana de carne roja y productos lácteos a pollo, pescado, huevos o verduras, se reduce más la emisión de gases de efecto invernadero que comprando la comida a productores locales, aseguran los autores del estudio.

La ganadería ocupa el 70% de los terrenos destinados a la agricultura

Una solución puede ser pasar de comer carne de vacuno a comer canguro, ya que el destino ha querido que las flatulencias de canguro apenas contengan metano. Aún así, imaginad la campaña de marketing que se necesitaría para que Occidente consumiera hamburguesas de canguro. Y pensad la presión que ejercerían los grandes ganaderos para que no prosperara el consumo de este tipo de carne.

Por suerte, un equipo de científicos australianos está abordando este problema desde el lado contrario, intentando replicar las bacterias digestivas del estómago del canguro para poder trasplantarlas a las vacas.Para ello, han empleado técnicas de genética avanzada secuenciando masivamente el material genético presente en el intestino del canguro. Así han descubierto la presencia de una bacteria dominante no identificada anteriormente, con determinadas propiedades metabólicas que le hacen responsable de la baja emisión de metano. Empleando esos datos han reconstruido el posible metabolismo de esta bacteria, y han diseñado un medio de cultivo apropiado para poder aislarla y obtenerla en cultivo puro. A partir de aquí, la aplicación del hallazgo a la reducción de las emisiones de metano por nuestros rumiantes, puede pasar por la introducción de esta bacteria en los intestinos de los rumiantes, o en la manipulación genética de bacterias autóctonas de los bovinos reducir la producción final de metano. Dos soluciones menos drásticas que sustituir de nuestras vacas por canguros.

Este y otros casos curiosos aparecen en la serie de bestsellers Freakonomics y Superfreakomics, todo un ejercicio de frescura en lo que toca a la literatura económica de la mano de Stephen J. Dubner y Steven D. Levitt. No te los pierdas!! 

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Esta entrada tiene 0 comentarios

  1. Carmen

    Con lo fácil y sencillo que es o reducir el consumo de carne o hacerse vegetariano. Me parece una enorme tontería lo de sustituir la carne vacuna por la carne de canguro, la energía y recursos necesarios para conseguir carne independientemente de qué animal venga siempre será mayor que la necesaria para obtener alimentos no derivados de los animales.

    1. admin

      Tienes razón Carmen. Queríamos hacer notar que no cuestionamos cosas evidentes como el consumo desmesurado de carnes.
      Cuando los chinos se pongan a comer carne de vacuno al nivel de occidente, vamos a tener un problema serio de sostenibilidad
      Saludos,
      -Ricardo

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