¿Cómo podemos ahorrar más energía?

ecoeficiencia en electrodomesticosPara los que han podido observar que la factura de la luz se reduce sustituyendo las bombillas de incandescencia por otras de bajo consumo, para los que conducen coche ecoeficientes y para los que han elegido electrodomésticos verdes, la respuesta a esta pregunta puede parecer trivial.

Pero no hace mucho que Dick Cheney, ex vicepresidente de Estados Unidos, dijo a sus compatriotas que la conservación puede ser un signo de virtud personal, pero no una base suficiente para una política energética razonable y completa. Quizás no sea Cheney una autoridad moral en lo relativo a políticas energéticas sostenibles, pero sus palabras pueden ser un buen comienzo.

Por ejemplo, medidas para aumentar la eficiencia energética en edificios ya existentes pueden reducir su factura energética a la mitad. Este hecho no ha pasado inadvertido para el presidente Obama, cuyos planes para estimular la economía comprenden inversiones millonarias destinadas a aumentar la eficiencia energética de los edificios públicos de todo el país. Soluciones ecointeligentes como son los techos verdes, no solo ayudan a embellecer la ciudad, sino que actúan como aislantes, absorben la lluvia, reduciendo la escorrentía, y ayudan a moderar la temperatura del inmueble.

De todas formas, desde un punto de vista más amplio, la afirmación de Cheney no deja de ser interesante, pues pone de manifiesto (parafraseando a otro ex vicepresidente) una verdad incómoda: cuanta más energía ahorramos, más consumimos.

Esta paradoja fue estudiada a principios del siglo XIX por el economista inglés William Stanley Jevons, quién observó que el invento de una máquina de vapor más eficiente, curiosamente, había hecho aumentar de manera notable el consumo de carbón en el país. En palabras de Jevons, se equivoca quién supone que un uso más económico del combustible equivale a una reducción en el consumo.

cradle to cradleDespués de más de un siglo de observación empírica, la paradoja de Jevons tiene más vigencia que nunca, cuestión que remarcan McDonough y Braungart con su paradigma cradle to cradle en el que nos insisten en que las medidas basadas en la eficiencia no son suficientes para detener el deterioro de nuestro medio ambiente. Con sus palabras y refiriéndose a la ecoefiencia: lo menos malo no tiene por qué ser bueno. Por eso, la ecoefectividad ó ecoeficacia es el único camino para diseñar un mundo sostenible.

Puede que nos sintamos muy ecologistas cuando instalamos bombillas de bajo consumo, pero sin duda la energía más limpia y barata es la que no se consume.

Y recuerda, apaga la luz cuando salgas de la habitación!!

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Esta entrada tiene 3 comentarios

  1. Kino

    Apagando la luz tambien se ahorra dinero que se puede consumir en otros bienes (que necesitan energía, etc…). Lo que en realidad tenemos que hacer es, además de apagar la luz, llevar estilos de vida más austeros, consecuentes con los límites físicos del planeta.

    1. admin

      Tienes mucha razón.
      Lo de la luz es un ejemplo sencillo. Quizás racionalizando el uso de la climatización se podrían obtener ahorros notables.
      Saludos,
      -Ricardo

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.