Guía ecointeligente para la infancia: la energía (1)

Taller sobre sostenibilidad para niños en Solar Decathlon Europe 2012

Sabemos que son los niños los que asentarán el proceso de concienciación sobre la importancia del medio ambiente y de cuidar las consecuencias de nuestros actos. Sin duda, tienen en cuenta el cambio climático mucho más que los adultos, y se horrorizan ante sus consecuencias. Ellos y ellas, los responsables del futuro, son más receptivos a las nuevas ideas y comportamientos que sus padres.

En una sociedad como la actual en la que es necesario demostrar mediante números los resultados, también para esto tenemos datos: las familias que formaron parte de un estudio británico de la organización Centro para la Energía Sostenible valoraron la influencia de sus hijos casi dos veces por encima de la influencia de otras fuentes de información. El estudio, que se llevó a cabo en Londres, estaba inscrito en el programa La energía cuenta: el desarrollo energético en el hogar, que incluía materiales de educación, formación y apoyo para profesores de diversas escuelas, y demostró que las familias implicadas, gracias a sus hijos, adoptaron 3,5 medidas de ahorro de energía a partir de entonces. Los niños son, pues, mejores consejeros que los profesionales o, al menos, más influyentes. Si tu hijo o tu hija no forma parte de este grupo de concienciados y quieres que contribuya a mejorar el conocimiento de este problema en su generación y las venideras, aquí te damos unos consejos prácticos para el ahorro. Verás que no tienen por qué estar desligados de la diversión.

La Energía

Actualmente, la Unión Europea importa del exterior, y, a menudo de regiones políticamente inestables, más del 50% de su energía, principalmente petróleo y gas. La factura energética europea supone cada año un balance comercial negativo de cerca de 240.000 millones de euros. Peores cifras para España, que supera la media europea con creces: su dependencia energética del exterior es del 82%. Y, lejos de disminuir, estos números aumentan cada día.

Para que los más pequeños lo entiendan: al ritmo actual, sólo tardaremos 35 años en duplicar el consumo actual de energía y 55 en triplicarlo. Un ejemplo de ello es que a día de hoy existen más coches que hogares principales, y generalmente son utilizados por sus propietarios de manera individual.

Si conseguimos que al menos nuestros hijos e hijas puedan ser conscientes de que hay maneras de ahorrar energía que son fáciles de llevar a cabo, puede que poco a poco los pronósticos vayan siendo menos negros

Haz de tu hijo o tu hija un vigilante nocturno de las luces del hogar

Si hay luces encendidas que no están siendo usadas, o aparatos en modo de espera (el famoso stand by), implicarle en la responsabilidad de apagarlas (si llega al interruptor) puede resultar más que beneficioso: ¡las facturas de electricidad domésticas aumentan hasta en un 10% por la dichosa lucecita roja!

Deja que tus pequeños desarrollen su creatividad

Ahorrar energía es responsabilidad de todos. El error principal es que muchas personas siguen pensando que llevar a cabo ese cambio en las costumbres implica una renuncia en algunas actividades o comodidades. No siempre es así: está claro que implica un esfuerzo, pero también se trata de un aprovechamiento de las nuevas tecnologías y de un comportamiento más eficaz por parte del consumidor que no tiene por qué ser tan incómodo como lo imaginamos. El informe Factor 4 sugiere que la productividad de nuestros recursos podría multiplicarse por cuatro, es decir, que podríamos extraer cuatro veces mayor riqueza de los recursos naturales limitados que utilizamos en la actualidad. Y es que, aunque la mitad del ahorro energético puede alcanzarse mediante la plena aplicación, por los Estados miembros, de la legislación europea vigente en materia de edificios, consumo doméstico y servicios energéticos, el otro 10% requiere de nuestra imaginación y dinamismo, empezando por cambiar nuestro comportamiento. No consiste sólo en sustituir las viejas calderas por las nuevas o en comprar bombillas de bajo consumo: hay miles de maneras de aprovechar la energía y a tus hijos seguro que se le ocurren.

Taller sobre energías renovables en la Solar Race Región de Murcia 2012

Las escuelas de Rathenow, en Alemania, son un ejemplo de ello. A través de un proyecto incluido en la asignatura de física, construyeron un sistema fotovoltaico de 1KW, que permite ahorrar a las escuelas un promedio de 800 KW/hora al año.

Para fomentar la creatividad de tus pequeños, y de los no tan pequeños puedes consultar las exposiciones, cursos, guías y grupos de trabajo que ofrece el Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM)

También puedes hacer que el colegio de tus niños se implique más en el tema. Para ello, una buena manera de comenzar es inscribirse en el de U4energy. Tu centro escolar sólo tiene que enviar un ejemplo de buenas prácticas para crear hábitos de ahorro sobre eficiencia energética, medidas de sensibilización o ideas para llevar a cabo campañas de incidencia.

Jugando on-line también se aprende

Si son un poco más mayores y no les engañas con cualquier cosa, consigue al menos que salgan al aire libre a jugar en lugar de ver la televisión. Si es imposible que se despeguen de los aparatos electrónicos, proponles algunos juegos por Internet relacionados con el ahorro de energía, ¡hay algunos muy divertidos!

Consulta páginas web con recursos educativos sobre sostenibilidad y verás como a tus hijos se les ocurren mejores ideas que si se pasan toda la tarde viendo la televisión.

Esperamos que os haya gustado esta original guía que han preparado nuestros amigos de Twenergy. Podéis acceder desde aquí a esta Guía de ahorro para niños.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Esta entrada tiene 0 comentarios

  1. vicente

    Estupendo artículo de ahorro de ecointeligencia

  2. vicente

    Muy interesante el tema para los peques

    1. RES

      Seguro que le interesa a tus nietos.
      Sin duda eres un magnífico ejemplo para ellos.
      Abrazos,
      Ricardo, tu hijo

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