Los principales cuestiones que preocupan a las grandes urbes del planeta, léase congestión del tráfico, ecoeficiencia, alternativas a la movilidad urbana e incluso cuestiones como la convivencia entre conductores, ciclistas y peatones, van a ser tratadas en Toronto (Canadá) del 30 de junio al 28 de octubre en un gran proyecto abierto sobre la definición de la movilidad futura bajo el nombre de MOVE: The transportation Expo.
Formado por 5 grandes bloques temáticos, el proyecto plantea un gran debate mediante grupos de trabajo en los que definir las líneas maestras de las soluciones a la movilidad en la ciudad de Toronto, cuya media de 90 minutos en los desplazamientos de casa al trabajo está entre las peores del mundo. Los problemas y soluciones que se exponen en MOVE son aplicables a cualquier ciudad cercana nuestra.
El bloque de MOVE relativo a la energía se tratará la necesidad de rediseñar el automóvil para el transporte futuro, liberándolo condicionantes que le restan ecoefiencia y operatividad en las ciudades del futuro. Por otro lado se aborda el impacto energético de la construcción de carreteras. Las grandes infraestructuras viarias son actualmente elementos inertes de la estrategia energética, pero un nuevo enfoque podrían convertirse en grandes mecanismos de recuperación de energía y generación de energía limpia.
En lo relativo a los usos del suelo y movilidad, se observa en Norteamérica y en Europa una dispersión del hábitat urbano debido al desplazamiento de familias con bajos ingresos a los extrarradios de las ciudades, incrementando por tanto el coste del transporte respecto al total de los gastos familiares, llegando hasta el 30%. Escasos ingresos y una débil red de transporte público son una mezcla que conduce inevitablemente a la segregación. Los vectores de este bloque giran en torno a la integración del transporte público en las zonas de la periferia de modo que se haga accesible a un mayor número de personas y también acerca del rediseño de la red pública a partir de grandes nodos de transporte que aglutinen usos y desactiven la tendencia al empleo excesivo del automóvil.
Por último, se destaca el impacto de la movilidad en la salud. MOVE aborda el campo del impacto de la movilidad en la salud desde la incorporación del transporte activo entre la población, facilitando a los ciudadanos los desplazamientos a pie o en bicicleta. Por otro lado por cada coche que se retira de la calle se reducen las emisiones de CO2 y otros gases al aire que respiramos (unos 2.000 kg de CO2/año), lo cual es evidentemente beneficioso para la salud colectiva. Otro aspecto relacionado con la salud es de la incorporación de los ciudadanos más ancianos a una movilidad sostenible en las ciudades. Para un anciano, cuando ir en bicicleta por la ciudad implica demasiados riesgos y la capacidad de desplazarse a pie se ha reducido, la ciudad se transforma en un universo lleno de obstáculos, especialmente si uno vive en la periferia. Por tanto MOVE se plantea también cómo mejorar y estrechar las redes de transporte amigable con la Tercera Edad.
Como podemos ver MOVE es en realidad un proyecto que podría aplicarse a cualquiera de nuestras ciudades, siendo un ejemplo de cómo adaptar nuestro entorno urbano a una movilidad cada vez más ecointeligente.
Energyway: A transportation future for the QEW from Fei-Ling Tseng on Vimeo.
Más información en: TECMOVIA – MOVE: La estrategia de la movilidad, de Toronto a Barcelona
Pingback: Bitacoras.com
Qué ganas tengo de que pasemos de fase en el tema de energías renovables y alcancemos el punto de comercialización estandarizado, es decir, que los precios sean realmente asequibles, las recargas rápidas y duraderas y que podamos disfrutar de los beneficios de baja contaminación, ruido y ganancia de espacio. No obstante, me huele que va a ser necesario complementar a este gran avance con otras acciones. Me refiero a que hay servicios muy útiles y ya extendidos por la web, como el ridesharing (www.blablacar.es) que proporcionan una base de viajeros para compartir gastos de viaje en vehículo privado y aumentan la ocupación de éstos, reduciendo los coches en carretera y el CO2. O también el carsharing (www.respiro.org) que en esa línea se centra en las flotas de vehículos de alquiler y consigue los mismos beneficios finales. Si esta línea de acción surgida de la iniciativa personal se alía con las nuevas energías creo que podremos disfrutar de una sostenibilidad mucho mayor de lo que pensamos. Hay que ser paciente, sí, pero con un empuje global llegaría antes un mayor bienestar en movilidad.