Guía para unas vacaciones sostenibles (3)

En nuestra última entrega de la guía preparada por Twenergy, y después de hablar de destinos y de cómo cuidar nuestro entorno, continuamos con otras cuestiones interesantes:

Compra productos y regalos de comercio justo

Sabemos que aprovechas las vacaciones para llevar algún detalle a las personas de las que te acuerdas, y también para hacer las compras de productos típicos en los lugares de destino.

Entre el 70% y el 80% de los turistas, tanto en España como en el extranjero incluye las compras como una de las principales actividades durante sus viajes

Pero tienes que saber que, en muchas ocasiones, algunos de esos productos no respetan las normas básicas de comercio como transparencia y respeto por las comunidades en las que se han realizado. Para ello te proponemos el comercio justo como una alternativa, especialmente si viajas a los denominados países del Sur, o países en vías de desarrollo. Sus productos, que puedes encontrar en tiendas y en ONG de muchas localidades, llevan una marca que asegura que han sido elaborados respetando los principios de igualdad, protección de los derechos humanos y respeto del medio ambiente.

En algunas ocasiones son un poquito más caros que lo que compras normalmente, pero te aseguras de que nadie haya salido mal parado en el proceso de producción y comercialización: ¡imagina lo que conseguiríamos si todos los comprásemos! Así, los productores o manufactureros, recibirían por aquello que elaboran un precio real, sin saltarse las fases del comercio y permitiendo que el reparto sea equitativo. Además, en casos como el café o el cola-cao, los productos más populares de los comprados en el comercio justo, certificas que se fomente la agricultura ecológica, que no emplea químicos ni organismos genéticamente modificados. ¡Y son mucho más saludables!

Sigue reciclando aunque estés de vacaciones

Aunque estés de vacaciones tienes que seguir reciclando: ¡eso es lo único en lo que no debes descansar! Aunque te cueste buscar los contenedores y comprenderlos (porque en otros países son de otros colores), recuerda que tienes tiempo, estás de vacaciones y las prisas puedes dejarlas de lado para seguir contribuyendo a mejorar el medio ambiente.

Como ya sabrás, el reciclaje no sólo consiste en dividir la basura en cuatro: lo orgánico, los envases, el papel con el cartón y el vidrio. También puedes reciclar dándole una utilidad en lugar de tirar todo lo que tenemos: esa bolsa de plástico en la que llevas los bocadillos para las excursiones se puede usar para otras escapadas, ese bote de cristal en el que compraste pepinillos puede ser muy útil para guardar todo lo que tus hijos encuentran bajo el mar.

Apúntate al turismo lento

Quizá hayas oído hablar de slow-food, un movimiento que se contrapone a los valores y tendencias del fast-food para disfrutar de una alimentación equilibrada que no se lleve a cabo con prisas, sino cuidando los detalles y trabajando para garantizar la tradición, la naturalidad, la seguridad y, sobre todo, la calidad de los alimentos.

De lo que quizá no hayas oído hablar es del turismo lento, una ramificación del slow-food que pretende hacer del turismo una verdadera actividad del ocio. Se trata de disfrutar de tus vacaciones con plena consciencia del tiempo, parándote en los lugares que más te gustan algo más de lo planificado, dialogando con las personas que te rodean en el nuevo entorno, cuidando el medio ambiente y conociendo verdaderamente las culturas y tradiciones.

Este nuevo tipo de turismo ha surgido en los últimos años, en los que las prisas, las nuevas tecnologías o los medios de transporte de alta velocidad, nos desconciertan de alguna manera la forma en que vivimos el tiempo real. Así, podemos recorrer miles de kilómetros en apenas unas horas, comunicarnos sin ningún tipo de problema con gente que vive en el otro punto del planeta, o enterarnos de lo que sucede lejos de tu hogar en el mismo momento en que está ocurriendo.

Sin embargo, quizá no estemos tan acostumbrados a este tipo de vida como nos parece. Organiza unos días relajados, en los que quizá visites menos ciudades pero las conozcas mejor, y en los que puedas dejarte llevar por nuevas experiencias si estás atento a lo que te rodea. En realidad, el turismo lento rechaza la idea de “organización” y promueve más bien la del “conocimiento”.

Si te cansas más en vacaciones que en tus días laborales, esta es tu mejor opción

Se trata de no saber al detalle todo lo que vas a visitar, sino de informarse del lugar detenidamente para a partir de ahí poder conocer la realidad y la cultura del país de destino. Disfrutar de la música, o de la literatura del lugar puede ser tan importante como conocer todos sus museos y catedrales.

Aunque te parezca increíble, hay ediciones de guías especializadas en este tipo de turismo, como las de Bradt, en las que se explican de manera detallada las zonas rurales de Reino Unido como Cotswolds, Devon y Exmoor, Norfolk y Suffolk, norte de Yorkshire, y Sussex y el Parque Nacional de South Downs.

El periodista y escritor polaco, Ryszard Kapuscinski, ya lo narraba atónito en sus viajes por África: cuando preguntaba a los autóctonos a qué hora salía el autobús en el que él llevaba montado unos cuantos minutos, éstos siempre le respondían: cuando esté lleno. Puede que sea el momento en que aproveches para no mirar el reloj constante y compulsivamente y para dejar de pensar en cuál será tu próxima actividad, y así puedas observar, atónito o maravillado, la realidad que te rodea.

Esperamos que os hayan resultado interesantes estos planteamientos de la mano de Twenergy. Podéis acceder desde aquí a esta Guía para unas vacaciones sostenibles.