Río+20: ¿avance o retroceso?

logo Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Rio+20

Después de unos días intensos en los que los participantes en la Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Rio+20 se han estado moviendo entre tímidos avances y tibias conclusiones, se ha llegado a un acuerdo basado en la idea de que son las personas y las empresas, más que los gobiernos, quienes deben liderar los esfuerzos medioambientales.

El documento final de la cumbre, en la que participaron 191 países, apuesta por la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Las naciones estuvieron de acuerdo en que esa transición puede ser una herramienta importante si se basa en políticas que fomentan empleos decentes, bienestar social, y la inclusión y la conservación de los ecosistemas terrestres, desde los forestales hasta los de agua dulce.

La cumbre también dio el visto bueno para establecer un conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y lograr la cooperación de todas las naciones, ricas y pobres, en la fijación de metas relacionadas con un conjunto de retos en todo el mundo, desde el agua y el suelo hasta los desperdicios alimenticios. Se espera que los Objetivos de Desarrollo Sostenible complementen los Objetivos de Desarrollo del Milenio después de 2015.

Otros resultados potencialmente positivos incluyen: el marco de programas a diez años sobre consumo y producción sostenibles, con un grupo de compañías que anunciaron en Río+20 una serie de iniciativas para avanzar ya en campos como el de las compras públicas sostenibles de bienes y servicios; la decisión de trabajar sobre un nuevo indicador de la riqueza que vaya más allá de las limitaciones del PIB; alentar a los gobiernos para que soliciten a las compañías informes sobre sus huella medioambiental, social y de gobernanza.

Después de cuatro décadas de discusión y de llamados para fortalecer el programa medioambiental de la ONU, los gobiernos estuvieron de acuerdo en reforzar el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Presidencia de la cumbre Río+20

Los que ven avance, apuntan que RIO+20 abre un camino para definir metas de desarrollo sostenible para finales de 2014, además de señalar un apoyo a la llamada economía verde y de prever negociaciones para la proteger la vida marina.

Los que se ven retroceso, destacan como bandera la falta de plazos y metas tangibles en la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles, además de señalar problemas conocidos como la deforestación o la desertificación. La cumbre ha sido poco más que un lavado verde (greenwashing).

En definitiva, pocas cosas concretas para tanta movilización, sobre todo si se tiene en cuenta que alrededor de 100 jefes de Estado y de Gobierno participaron durante los tres días en que se extendió una cumbre donde se trata de producir un consenso sobre temas que afectan de manera dramáticamente desigual a mas de 200 países, incluidos Estados Unidos (250 millones) y Nuaru (21 km2, 10 mil habitantes, al nivel del mar), Ciudad del Vaticano (800 habitantes)  y Venezuela (dependiente del petróleo),  Qatar ($103.000 per cápita) y Haití ($1.100).

Este planteamiento no puede conducir a otra cosa que no sean acuerdos que no comprometen a nada y que se queden en buenas intenciones de las que nadie es responsable.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Esta entrada tiene 0 comentarios

  1. Ulán Arias A.

    Ya sabemos «la leche que dan» los políticos, NADA, son un «plato de babas», Cualquier acuerdo debe ser «personal» entre cada uno de nosotros y la naturaleza. Es la única forma de un cambio positivo y así mismo dejar una positiva huella que seguián las generaciones venideras. De NO hacerlo, no habrán «generaciones futuras».

  2. vicente

    Me ha gustado mucho el artículo

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