El aparcamiento gratuito contribuye al calentamiento global

parking gratuito abarrotado de cochesHemos encontrado el siguiente texto de Donald Shoup:

“El aparcamiento gratuito ha contribuido a la dependencia del coche , a la rápida dispersión urbana, al uso extravagante de la energía y a una multitud de problemas más. Los planificadores disponen de aparcamientos gratuitos para aliviar la congestión, pero acaban distorsionando las opciones de transporte, degradando el diseño urbano, dañando la economía y degradando el entorno. El aparcamiento gratuito omnipresente ayuda a explicar por que las ciudades se han extendido a una escala más apta para el coche que para el hombre, y por qué los automóviles estadounidenses consumen la octava parte de la producción mundial de petróleo”.

Independientemente de lo acuerdo que estés con esta opinión, en su desarrollo aparece lo que los economistas llaman efectos externos negativos descompensados. Cuando las cosas son realmente escasas o limitadas pero las valoramos como si fueran abundantes o ilimitadas, pueden ocurrir efectos negativos.

Pongamos por caso el calentamiento global. Ahora sabemos que el coste de poner toneladas de carbono en la atmósfera es que las temperaturas subirán provocando toda clase de consecuencias negativas. Pero habíamos valorado la emisión de CO2 a la atmósfera como si no tuviera consecuencias, que es como decir que no le dimos ningún valor. Dicho de otra forma, el coste medioambiental del carbono era externo a nuestro sistema económico y, como se ha demostrado, negativo. Los esfuerzos actuales por imponer tasas, restricciones y otros límites al CO2 son intentos de compensar los costes haciéndolos internos a nuestro sistema económico.

bolsas de un solo uso acumuladas en un domicilio particular

En relación a la valoración errónea de costes medioambientales tenemos el ejemplo de la bolsas de plástico, que hasta hace bien poco han sido gratuitas en España por que no les cargábamos directamente los costes de eliminar el carbono que se genera en su utilización. Pero hemos empezado a medir y tomar en cuenta cada vez más los efectos externos negativos (convirtiéndolos en efectos negativos internos puesto que ahora forman parte explícitamente del sistema económico cerrado). Y como tales, estamos empezando a ver recargos en los supermercados por el uso de bolsas no reciclables.

Esto es una realidad en el mundo físico pero veamos ahora el mundo de Internet. En el universo de los bits, los costes medioambientales están lejos de ser un problema. El uso excesivo del ordenador, el almacenamiento y el ancho de banda se reducen básicamente a la electricidad, y el marcado puede ser muy preciso en la evaluación de los costes medioambientales de ésta. Restricciones al carbono, legislación a favor de las energías renovables y los límites a las emisiones por países han aconsejado a empresas como Google, Microsoft y Yahoo! a situar sus centros de datos cerca de fuentes de energía de carácter renovable. La simple economía hará que en uso excesivo de bits no tenga las mismas consecuencias medioambientales que el malgasto en el mundo físico.

Pero también en el mundo digital puede tener costes no contabilizados. Pensemos en nuestra tarifa plana de acceso a Internet, en la que el sobreuso es gratuito. Es fácil tener un conocido que haya cambiado sus costumbres al disponer de esta capacidad gratuita y realiza un uso abusivo con programas tipo P2P. Esa minoría termina usando la mayor parte de la capacidad de la Red, y como resultado el acceso para todos es más lento, obliga a los proveedores a instalar más equipamiento con un consumo energético mayor.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Esta entrada tiene 0 comentarios

  1. Lucho

    Completamente de acuerdo hasta que has comentado lo de Internet.
    La capacidad de la Red, no se ve disminuida por un uso abusivo de los clientes (ya que te venden la conexión con unos limites máximos de bajada y subida que puedes usar o nó), sino que los proveedores se dan el lujo de vender más capacidad de la que aguanta su red.
    En mates: si telefonica instala un cable de fibra entre Madrid y Sevilla con una capacidad de 1000 Megabytes/segundo. ¿Cuantos usuarios podría tener como máximo si la velocidad por usuario fuera de 10 Megasbytes/segundo? Solo 100 usuarios. Pero la legislación les permite vender la velocidad máxima que pueden alcanzar, en vez de garantizar un mínimo. Lo que quiere decir que ese mismo cable lo utilizan como quieren.
    Nos han hecho creer que el problema son los propios clientes, porque hasta hace muy poco no se hacía un uso tan intensivo de la red, y ahora todo el mundo quiere utilizar al máximo sus conexiones, y los proveedores siguen vendiendo velocidades de descargas que no pueden aguantar.
    Te pediría que por favor elimines ese comentario ya que hace creer a la gente que el problema del rendimiento de su conexión son las descargas P2P del vecino, en vez de acusar al proveedor, y a la legislación que tanto les favorece.
    Un saludo, y por supuesto, buen artículo.

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