Ciudades lentas, ciudades ecointeligentes

slow citiesNuestro ritmo de vida nos ha llevado a una desconexión con el medio natural. Coincidiréis con nosotros en nuestras ciudades son cada día más anónimas y que la prisa es el motor de todas nuestras acciones.
Ante nosotros aparece la alternativa del movimiento Slow cuya intención es mostrarnos la posibilidad de llevar una vida plena y desacelerada, haciendo que cada individuo pueda controlar y adueñarse de su existencia.
El movimiento Slow tiene su inicio en la Plaza de España en Roma (Italia) en 1986 y es fruto de cierta actitud contestataria por parte del periodista Carlo Petrini cuando se topó con la apertura de un restaurante Mc Donalds en este enclave histórico de la capital italiana. Consideró que se estaban traspasando los límites de lo aceptable y predijo los peligros que se cernían sobre los hábitos alimentarios de los europeros, empeñados en imitar los dictados del otro lado del Atlántico. La respuesta no se hizo esperar, fundándose la semilla del movimiento Slow Food.
Como una consecuencia de este movimiento, las ciudades Cittá Slow ó Slow Cities buscan el bienestar de sus vecinos atendiendo a principios alejados de los ritmos habituales de las grandes urbes, en las que prima la rapidez a la calidad de vida entre sus habitantes.

Las Slow Cities son lugares en los que se concentra la actividad humana entorno a plazas, se fomenta la producción de alimentos autóctonos y los pequeños negocios

Las Slow Cities se nutren de un turismo selecto que acude impulsado por los efectos positivos de esta filosofía. La intención es poner en contacto a toda una red de personas (networking) que les guste compartir estas experiencias sostenibles. En las Slow Cities impera el equilibrio entre modernidad y tradición. De esta forma, los centros históricos son espacios peatonales en los que el tráfico y el ruido asociado desaparecen, fomentando el paseo tranquilo. Las grandes superficies son rechazadas en favor de los pequeños comerciantes de la localidad, favoreciendo los productos autóctonos.
Para formar parte de dicha red, los municipios aspirantes deben reunir una serie de requisitos entre los cuales destacan los siguientes:

  • La aplicación de una política medioambiental basada en promocionar técnicas de recuperación y reciclaje de los residuos.
  • La política urbanística ha de servir para mejorar el territorio, no para ocuparlo.
  • El uso de los avances tecnológicos para la mejora de la calidad del medioambiente y núcleos urbanos.
  • La promoción de la producción y uso de productos alimentarios obtenidos mediante técnicas naturales y  compatibles con el medioambiente, sin incluir los productos transgénicos e implantando, si procede, servicios propios de defensa y desarrollo de producciones autóctonas.
  • La potenciación de las producciones autóctonas vinculadas al territorio: se mantienen las tradiciones más ancestrales y se promociona la relación entre los consumidores y productores de calidad.
  • La potenciación de la hospitalidad y convivencia entre los habitantes y turistas.
  • La concienciación tanto de los habitantes como de los operadores turísticos sobre lo que significa el hecho de vivir en una ciudad slow y sus repercusiones, dedicando especial atención a la sensibilización de los jóvenes mediante planes de formación específicos.
  • La población de las ciudades de la red no puede ser superior a 50.000 habitantes.

En España contamos con los siguientes municipios adheridos a la iniciativa Citta Slow: Begur, Bigastro, Lekeitio, Mungia, Pals y Rubielos de Mora.
En resumen, las Slow Cities son para los que nos gustan, entre otras cosas, que las casas mantengan la misma línea en las fachadas, altura y tejados y que los restaurantes ofrezcan recetas tradicionales del lugar a base de productos locales que se cultivan siguiendo postulados de la agricultura y ganadería ecológicas.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Esta entrada tiene 0 comentarios

    1. lobo199

      Calidad de vida no es tener más cosas.
      Quizás la calidad de vida empieza por disfrutar de lo que ya tenemos.
      Saludos,

    2. Pilar

      Creo que el movimiento «show» es necesario y útil para mejorar nuestras vidas y por supuesto para nuestra querida Tierra, vivir» lentamente» puede contribuir a la toma de conciencia de la finitud de la vida

  1. AGUSTIN ENRIQUE VASQUEZ RENGIFO

    Más que un comentario, quisiera promover que municipios de la amzonía peruana puedan adherirse a la iniciativa de ciudades lentas, es uy fecunda esta iniciativa para el caso de nuestra mayoría de municipios menores.

    1. RES

      Hola Agustín,
      Gracias por tu comentario. Las ciudades lentas son un concepto que habitualmente pensamos que se aplica a las grandes urbes, que es donde el ritmo de vida suele ser frenético. Sin embargo, las pequeñas localidades rurales están perdiendo el encanto del gusto por la vida y son en las que debemos hacer un esfuerzo para que no se alejen del ideal de la ciudad lenta.
      Saludos,
      -Ricardo

    1. RES

      Hola Cristina,
      Muy interesante!! Le vamos a echar un vistazo.
      Saludos,
      -Ricardo

  2. Raul

    Cristina, como estas!
    Muy interesante el proyecto de Slow City.
    Me gustaria saber si realmente este Proyecto en Catalunya se llevó a cabo y en ese caso, como está resultando la experiencia.
    Saludos Cordilales

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