Recicla medicamentos y ayuda al Medio Ambiente

Logo punto sigreNo es una práctica saludable vaciar un bote de jarabe en nuestro lavabo.

En España, el Plan Nacional de Residuos califica los medicamentos como residuos domésticos especiales y algunos compuestos farmacéuticos incluso forman parte de la listas de residuos peligrosos. Además, continuamente se introducen en el mercado nuevas sustancias, cuyos efectos a medio o largo plazo se desconocen. Por esta razón, los medicamentos, caducados o no, no deben acabar en el cubo de la basura o en el desagüe. Tampoco sus envases, en los que pueden quedar restos del producto, pueden mezclarse con el vidrio, el cartón o el plástico que separamos para reciclar.
Aunque la contaminación medioambiental por medicamentos es todavía una gran desconocida, expertos de la Universidad de Baltimore (EEUU) ya han advertido que incluso los restos de medicamentos (algunos tan comunes como los analgésicos o antidepresivos) que se eliminan a través de la orina, suponen una amenaza para la vida acuática. Así, no es difícil imaginar los efectos perjudiciales de la liberación directa de compuestos farmacéuticos en el Medio Ambiente. En este sentido, investigaciones del CSIC señalan a los antibióticos y a los compuestos sintéticos con efectos hormonales como una de las principales amenazas contaminantes en un futuro cercano. Es en este punto cuando aparecen los conceptos de disruptores endocrinos y de híbridos monstruosos, de los que nos ocuparemos en otro artículo de ecointeligencia.
Durante años, la forma más ecológica y solidaria de deshacerse de los medicamentos usados y caducados ha sido devolverlos a alguna de las muchas farmacias, que, en otro gesto de solidaridad, donaban los medicamentos en buen estado a ONGs y daban a los caducados un destino más adecuado que nuestro cubo de basura. Sin embargo, a veces no basta con la buena voluntad. Por poner un ejemplo, de las 35.000 toneladas de medicamentos que llegaron como donativo a Bosnia-Herzegovina entre 1992 y 1996, 17.000 eran medicamentos no válidos que debían eliminarse.
Gracias al programa Sigre (Sistema Integrado de Gestión y Reciclado de Envases) se posibilita la recogida ecointeligente de medicamentos y envases de medicamentos a través de contenedores situados en las farmacias. SIGRE Medicamento y Medio Ambiente es una entidad sin ánimo de lucro creada para garantizar la correcta gestión medioambiental de los envases y restos de medicamentos de origen doméstico. Su puesta en marcha fue promovida en 2001 por los laboratorios farmacéuticos y cuenta con la participación activa de las oficinas de farmacia y las empresas de distribución farmacéutica.

SIGRE nace para dar un correcto tratamiento medioambiental a los envases y a los restos de medicamentos

SIGRE persigue un doble objetivo: reducir los perjuicios medioambientales que los envases y restos de medicamentos pueden ocasionar, mediante la prevención de los residuos en origen y el correcto tratamiento medioambiental de los residuos generados; y favorecer la no acumulación de medicamentos en los hogares y sensibilizando al ciudadano sobre los riesgos sanitarios derivados del uso inadecuado de los mismos.
SIGRE ha sido diseñado como un sistema de gestión cerrado, basado en un proceso de logística inversa en el que participan los distintos agentes de la cadena del medicamento.

funcionamiento sigre

La actividad se inicia con la recogida de los residuos de medicamentos a través de los contenedores específicos instalados en las oficinas de farmacia (Puntos SIGRE), donde los consumidores pueden depositar los medicamentos que ya no necesiten o que estén caducados, así como sus envases vacíos.
A continuación, la distribución farmacéutica recoge los residuos de medicamentos y los almacena en contenedores estanco ubicados en sus instalaciones, desde donde son retirados por gestores autorizados para su transporte hasta la Planta de Clasificación de Residuos de Medicamentos de Cerceda (A Coruña).
Durante 2009, a través de los 20.767 puntos de recogida existentes en las farmacias españolas, se recicló una media de 5,99 kilos mensuales de envases y restos de medicamentos por cada 1.000 habitantes, lo que supuso un incremento con respecto al año anterior de un 13,23 por ciento.
Las comunidades autónomas que más colaboraron en el reciclado de medicamentos fueron Navarra, con 8,02 kilos de media mensual por cada 1.000 habitantes; Cataluña con 7,51 kilos; Aragón con 7,06; Murcia con 6,49 y la Comunidad Valenciana con 6,39 kilos.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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