Hypercar, el vehículo ecointeligente

La industria del automóvil está particularmente madura para el cambio tecnológico.

Sólo un 1% de la energía consumida por los coches de hoy en día es en realidad utilizado para mover al conductor

Después de un siglo de desarrollo, la tecnología de los motores de los vehículos se está mostrándose obsoleta. Sólo un 1% de la energía consumida por los coches de hoy en día es en realidad utilizado para mover al conductor: Sólo entre un 15% y un 20% de la potencia generada por la combustión de la gasolina alcanza las ruedas (el resto se pierde en forma de calor y fricción) y el 95% de la propulsión resultante mueve el vehículo, no el conductor. La infraestructura de la industria es enormemente cara e ineficiente. Sus productos son convergentes, compiten por estrechos nichos, en mercados clave saturados y a precio de bienes de consumo. La fabricación de automóviles es intensiva en capital y los ciclos de los productos son largos. Es rentable en años favorables pero sufre grandes pérdidas en años malos.
Como la industria de las máquinas de escribir antes de la aparición de los ordenadores personales, la industria del automóvil es vulnerable a su sustitución por algo completamente distinto.

Vamos a hablar del coche eficiente conocido por Hypercar. Cuando el Rocky Mountain Institute puso este concepto de automotor en el dominio público, varias docenas de fabricantes de vehículos, reales y potenciales, habían comprometido miles de millones de dólares para su desarrollo y comercialización.
El Hypercar integra las mejores tecnologías existentes para reducir el consumo de combustible hasta un 85% y la cantidad de materiales utilizada hasta un 90%. Para ello se introdujeron cuatro innovaciones principales. Primero, fabricar el vehículo a partir de compuestos de polímeros avanzados, principalmente fibra de carbono para reducir su peso en dos tercios a la vez que se mantiene su resistencia al choque. Segundo, implementar un diseño aerodinámico y mejoras en los neumáticos para reducir la resistencia del aire hasta un 70% y la fricción de rodamiento hasta un 80%. Estas innovaciones juntas permiten ahorrar hasta dos tercios del combustible. Tercero, del 30% al 50% del combustible restante se ahorra con una motorización eléctrica híbrida. En este sistema las ruedas las mueven motores eléctricos cuya potencia se genera a bordo con un pequeño motor o turbina, o incluso de forma más eficiente con una célula de combustible de hidrógeno. La combinación entre la fuente de potencia pequeña, limpia y eficiente y la carrocería ultraligera reducen todavía más el peso, coste y complejidad de ambos. Cuarto, buena parte del chasis tradicional – desde las transmisiones y los diferenciales hasta los ejes y ciertas partes de la suspensión- pueden ser reemplazados por elementos electrónicos controlados por software altamente integrado, adaptable y revalorizable.
Estas tecnologías hacen viable la fabricación de coches no contaminantes con alto rendimiento, automóviles deportivos, furgonetas o camiones tipo pick-up, y camionetas que recorren entre 10 y 30 km por litro (o sus equivalentes energéticos en otros combustibles). Estas mejoras no requerirían ningún compromiso en calidad o utilidad. Los ahorros en combustible no serán resultado de fabricar vehículos más pequeños, lentos, inseguros o excesivamente caros; ni dependerán de las tasas en combustibles, regulaciones o subsidios gubernamentales. Por el contrario, los Hypercars se impondrán por la misma razón por la que la gente compra compact discs en lugar de cintas: el CD es un producto superior que redefine las expectativas del mercado. Desde el punto de vista de los fabricantes, los Hypercars reducirán hasta diez veces el número de revoluciones, las necesidades de capital, las partes de la carrocería, el esfuerzo de ensamblaje y el espacio. Los que lo desarrollen primero tendrán una enorme ventaja competitiva, razón por la que docenas de corporaciones, incluyendo la mayoría de fabricantes de automóviles, están ahora luchando para introducir el Hypercar en el mercado.
A largo plazo, el Hypercar transformará las industrias además de los automóviles. Cuando la fibra de carbono sea más barata desplazará buena parte del mercado del acero directamente y parte del resto eventualmente. Los Hypercars y sus similares pueden llegar a ahorrar tanto petróleo como vende actualmente la OPEP. De hecho, el petróleo puede perfectamente dejar de ser competitivo como combustible mucho antes de que pase a ser escaso y demasiado caro. A retos similares se enfrentan las industrias de la electricidad y del carbón porque el desarrollo del Hypercar probablemente acelerará mucho la comercialización a buen precio de células de combustible de hidrógeno. Estas células de combustible ayudarán a cambiar la producción de energía desde plantas térmicas y nucleares centralizadas hacia redes de generadores a pequeña escala y descentralizados. De hecho, los Hypercars, propulsados con células de combustible podrían ellos mismos ser parte de esas redes.
En efecto, podrían ser plantas sobre ruedas de 20 kW de potencia. Dado que los coches están aparcados, esto es inutilizados, más del 95% del tiempo, los Hypercars podrían ser conectados a una red eléctrica y vender entonces suficiente electricidad para pagar hasta la mitad del coste previsto de alquilarlos. Una flota nacional de Hypercars podría incluso tener desde cinco a diez veces la capacidad generadora de la red eléctrica norteamericana.
Tan radical como suena, el Hypercar no es un caso aislado. Ideas similares están surgiendo en industrias químicas, agrícolas, forestales, energéticas, de semiconductores, de manufactura en general, de tratamiento de aguas y aguas residuales, y diseño urbano. Por ejemplo la cantidad de dióxido de carbono emitida puede ser reducida casi 100 veces mediante mejoras que ya son provechosas o que pronto lo serán.
(Resumen procedente de «La Ruta Hacia el Capitalismo Natural» de Amory B. Lovins, L.Hunter Lovins y Paul Hawken)

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Esta entrada tiene 0 comentarios

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.