Los cuatro principios del Capitalismo Natural

El viaje hacia el capitalismo natural implica cuatro cambios principales en las prácticas de negocio, todas vitalmente interrelacionadas:

Aumentar dramáticamente la productividad natural de los recursos

Reduciendo los desperdicios y el flujo destructivo de recursos tanto en la explotación como en la contaminación representa una gran oportunidad de negocio. A través de cambios fundamentales tanto en el diseño como en la tecnología, las compañías con visión de futuro están desarrollando formas para aprovechar los recursos naturales (energía, minerales, agua y bosques) 5, 10, y hasta 100 veces más que hoy en día.
Estos grandes ahorros de recursos a menudo proporcionan mayores ganancias que las conseguidas en negocios despreocupados por el ahorro. Y no sólo se amortizan con el tiempo, sino que en muchos casos reducen las inversiones de capital inicial necesarias.

Cambiar hacia modelos de producción biológicamente inspirados

El capitalismo natural busca no sólo reducir los residuos sino también eliminar el mismo concepto de residuo o desecho. En sistemas de producción de ciclo cerrado, modelados según diseños naturales, cada output es o bien devuelto al ecosistema como nutriente y sin perjuicio o bien se convierte en un input para fabricar otro producto.
Tales sistemas pueden a menudo ser diseñados para eliminar el uso de materiales tóxicos, los cuales pueden poner en peligro la capacidad de la naturaleza para reprocesar los materiales.

Avanzar hacia un modelo de negocio basado en soluciones

El modelo de negocio de fabricación tradicional reside en la venta de bienes. En cambio, el nuevo modelo se sustenta en el flujo de servicios. Por ejemplo, trata de proporcionar iluminación, en vez de vender bombillas. Este modelo conlleva una nueva percepción del valor de las cosas.
Supone pasar de la adquisición de bienes como medida de la riqueza a considerarlo como la continua satisfacción de las cambiantes expectativas de calidad, utilidad y funcionalidad.
La nueva relación une los intereses de los proveedores y los clientes de forma que los premia por aplicar las dos primeras innovaciones del capitalismo natural -el aumento de la productividad de los recursos y la visión del proceso de fabricación como un círculo cerrado.

Reinvertir en capital natural

En última instancia, el negocio debe reponer, sostener, y expandir los ecosistemas del planeta, para que puedan producir sus servicios vitales y sus recursos biológicos incluso más abundantemente. Las presiones para conseguirlo aumentan a medida que las necesidades humanas crecen, los costos provocados por el deterioro de los ecosistemas aumentan y la conciencia ambiental de los consumidores se expande.
Afortunadamente, todas estas presiones crean oportunidades de negocio. El capitalismo natural no está inspirado por la escasez de recursos naturales. De hecho, actualmente, muchos recursos biológicos, como la pesca, ya escasean y otros como el cobre o el petróleo lo harán en breve.
Sin embargo, la clave de su explotación está en el modelo adoptado. Los índices de precios promedio de las mercancías son tan bajos como hace 28 años, gracias en parte a poderosas tecnologías extractivas, las cuales suelen estar subvencionadas y cuyos daños al capital natural no se contabilizan. Incluso a pesar de esos precios artificialmente bajos, la utilización más productiva de los recursos puede ser ahora tan provechosa que compañías punteras, grandes y pequeñas, se han embarcado ya en el viaje hacia el capitalismo natural.

Todavía surge una pregunta: si son posibles y rentables grandes ahorros en recursos, ¿por qué no todas las empresas intentan conseguirlos?

La respuesta es simple: las prácticas comunes de contabilización, tanto en el sector privado como en el público, sistemáticamente premian a las compañías por derrochar recursos naturales y las penalizan por incrementar la productividad de los recursos.
Por ejemplo, la mayoría de compañías, en su hoja de balances, contabilizan como gastos su consumo de materias primas, pero no consideran como ingresos los ahorros en inversión de recursos. Esta distorsión hace que fiscalmente, sea más eficiente desperdiciar combustible que invertir en mejorar la eficiencia de consumo.
En pocas palabras, a pesar de que el camino hacia el capitalismo natural parece claro, la brújula en que las compañías se basan para establecer su ruta está estropeada. Esto será argumento en otro post.
(Resumen procedente de «La Ruta Hacia el Capitalismo Natural» de Amory B. Lovins, L.Hunter Lovins y Paul Hawken)

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

Esta entrada tiene 6 comentarios

  1. Yago

    El autor demuestra no saber nada sobre el funcionamiento del sistema capitalista. La propuesta de «capitalismo ecológico» es un oxímoron. El sistema economico capitalista necesita el crecimiento al igual que el vampiro necesita sangre humana. Y está demostrado que el crecimiento económico está ligado a crecimiento de materiales y energía. Baste con leer a José Manuel Naredo, Óscar Carpintero, entre otros muchos para saber que la propuesta del artículo es un disparate. Salufos

    1. Diego

      To creo que te equivocas debido a que el autor demuestra que sabe sobre el tema.

  2. Fernando cmCueto

    El Capitalismo Natural habla de una serie de cambios en el paradigma de la producción y venta de servicios. Yago cuando a firmes que alguien no tiene ni idea debieras argumentarlo, de lo contrario tú comentario no resulta serio. Cierto es que este artículo como la mayoría de los que se pueda encontrar en Internet no profundiza demasiado en el tema.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.